El virus de la innovación, por Alberto Goachet [OPINIÓN]
El virus de la innovación, por Alberto Goachet [OPINIÓN]
Redacción EC

El miércoles pasado en el Simposio Internacional: Empresa y Gestión Sostenible, organizado por Perú 2021, formé parte de un panel de discusión sobre los retos de que el Perú tiene en frente y sobre cómo, de no aprovechar este momento, perderíamos la gran oportunidad para poder dar el gran salto como país. Pero cuando hablamos de innovación no nos referimos simplemente a hacer las cosas de una manera distinta, sino de mejorar procesos y experiencias o de resolver problemas y agregar valor a las vidas de las personas. De alguien leí una vez la frase “Si no mejora la vida de la gente, no es una innovación”.

En el campo de la creatividad, esta lógica se aplica exactamente igual: si no logra los objetivos, no es creativo. La creatividad que no genera un cambio de pensamiento, una reflexión o una acción, es estéril y gratuita.

Es fácil pedir creatividad. También es fácil estar de acuerdo con la misión de innovar. Pero debemos preguntarnos si realmente contribuimos a generar ambientes donde este ‘virus’ contagie a toda una organización.

Acá algunas ideas para que reflexiones si eres un portador del virus:
1. Libertad para equivocarse: Una de las primeras condiciones para incentivar la innovación es promover el equivocarse. Innovar requiere probar caminos no andados, y muchas veces nos topamos con una pared, debemos retroceder y buscar otro. Si el error no es permitido, todos van a ir por el camino seguro que, evidentemente, es el que ya ha sido recorrido.
2. Presupuesto para experimentar: Una vez le propuse a un cliente que tenía una marca llamada a liderar la innovación que destinara un porcentaje del presupuesto de márketing para experimentar. O sea, probar cosas por probar, sin ninguna presión de negocio más que simplemente descubrir nuevas fórmulas, usar nuevas herramientas, y de diferentes maneras. La tecnología cambia tan rápido hoy que, si no haces esto siempre, vas a estar 10 pasos atrás. Creo que no fui muy convincente.
3. Compromiso desde arriba: La innovación no puede ser únicamente algo que active el área de márketing o de I+D. Tiene que venir de una convicción que irradie y “contagie” desde la gerencia general y que movilice a toda la organización. Esto garantiza que tenga el apoyo necesario para que realmente se tangibilice y no sean acciones pirotécnicas aisladas con poca trascendencia social.
4. Eliminar el egoísmo corporativo: Cuántas visiones de compañías he visto en las que el principal objetivo es “agregar valor a los accionistas”. ¿Realmente creemos que nuestra gente se va a levantar en las mañanas llena de ganas de cumplir esta visión de empresa? Debemos abrazar causas más trascendentes en nuestra sociedad que marquen una diferencia, y que inspiren y movilicen a toda nuestra gente.

El Perú está en un momento histórico para dar el gran salto, y sin la innovación de la mano con la creatividad y la tecnología, va a ser un salto insuficiente. Seamos portadores del virus y contagiemos hasta tener una epidemia de innovación. 

El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.