Dejar a los hijos por ir a trabajar puede resultar complicado para algunas madres, quienes incluso pueden sentir culpa. Sin embargo, las hijas de una madre que trabaja fuera de casa son más propensas a tener un trabajo por sí mismas, responsabilidades de supervisión en esos trabajos y ganar más dinero que las hijas de madres que se quedan en casa, según un estudio elaborado por Harvard Business School (HBS).
El efecto de las madres que tienen un trabajo también se percibe en los hijos, quienes generan lazos más fuertes con su familia. Los hijos de madres trabajadoras tienden a pasar más tiempo preocupándose por sus familiares y colaborando con trabajos domésticos que aquellos chicos con madres que se quedan en casa. De hecho, para los primeros, crecer significa compartir el trabajo doméstico.
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La investigación incluyó encuestas con preguntas sobre actitudes de género, vida doméstica y carrera profesional. Sin embargo, la pregunta clave –según HBS– era la siguiente: ¿tu madre alguna vez recibió trabajo por un sueldo luego de que hubieras nacido y antes de que tuvieras 14 años de edad?
Las investigadoras encargadas del estudio indican que no era relevante si el trabajo de las mamás había durado algunos meses o si era una adicta al trabajo, sino que lo importante era saber si la persona había tenido un modelo que le enseñara que las mujeres trabajan tanto dentro como fuera de casa. Las mujeres encuestadas sumaron más de 13.000, mientras que los hombres, más de 18.000 en 24 países desarrollados (incluyendo México y Chile).
“Hay mucha culpa de padres respecto a que ambos trabajen fuera de casa, pero este estudio señala que no solo están ayudando económicamente a su familia, sino que están ayudando a sus hijos e hijas”, indicó una de las investigadoras.