Reactiva Perú impulsó las colocaciones de créditos en el primer semestre, que crecieron 17,1% para la banca. Sin embargo, según la empresa de cobranzas Kobsa, los ingresos por intereses solo aumentaron 0,3%.
Al sexto mes del año, la reducción de los resultados de la operación de los bancos y las financieras, que se apreciaba desde abril, se profundizó. A raíz de ello, las ganancias del rubro financiero se redujeron en más del 50% en el primer semestre, respecto a similar período de 2019.
En el caso de la banca, las ganancias disminuyeron en 52,5% y en las financieras en 60,4%. Más aún, las utilidades del grupo de entidades especializadas en el financiamiento de consumo, conformado por tres bancos y tres financieras asociadas a casas comerciales, se contrajeron en 85,9%, según los estados financieros publicados por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
Ana Vera, gerente general de la empresa de cobranzas Kobsa, señaló dos factores que originaron el deterioro de los resultados de las entidades financieras.
Primer factor
El primero está asociado con las menores colocaciones de créditos registrados tanto en los bancos como en las financieras. De acuerdo con la especialista, al representar la operación de créditos más del 80% de la facturación de estas empresas, el menor flujo de colocaciones provocó una reducción de los ingresos financieros.
“Si bien la banca, en el primer semestre, aumentó sus colocaciones en 17,1%, sus ingresos por intereses solo crecieron en 0,3%, debido a que la mayor parte de los nuevos créditos otorgados fueron del programa Reactiva Perú, cuyas tasas de interés solo les permitieron cubrir parte de sus costos”, indicó Vera.
La representante de Kobsa mencionó que otra fue la situación de las financieras. Los ingresos de la operación de créditos de estas entidades, que representa el 98,7% de su facturación, se contrajeron en 1,1%, debido a que su cartera de préstamos casi se estancó, al disminuir en 0,36% durante el primer semestre del 2020.
En cuanto a los resultados únicamente del mes de junio, estos aumentaron su reducción en los tres grupos de empresas. En la banca, las utilidades disminuyeron a S/70,6 millones, mientras que las pérdidas en las financieras alcanzaron los S/22,3 millones y en las empresas especializadas en el crédito de consumo llegaron a los S/31,6 millones.
Segundo factor
El segundo factor que explicó el deterioro de los resultados de los bancos y las financieras fue el incremento de las reservas para respaldar la cartera atrasada, conocido como provisiones.
En el caso de la banca, las provisiones crecieron en 26,5%, al totalizar S/6.972 millones, consumiendo el 44% de los ingresos financieros de estas entidades.
En el caso de las financieras, las provisiones crecieron en 44%, al totalizar S/864 millones, consumiendo el 43% de sus ingresos financieros.
En las entidades especializadas en el negocio de consumo, las provisiones aumentaron en 86%, al sumar S/5.848 millones, lo que mermó el 33% de sus ingresos financieros.
De acuerdo con Vera, el mayor gasto en provisiones obedeció sobre todo al aumento de la morosidad y a la constitución de reservas preventivas, debido a que la mayor proporción de la cartera de créditos se encuentra reprogramada por la emergencia sanitaria.
La morosidad de la banca se ubicó en 3,1% al sexto mes del año, la morosidad de las financieras llegó a 5,2% al igual que la de las empresas especializadas en financiamiento de consumo.
La compañía indicó que es un indicador más preciso del deterioro de los créditos es la proporción de la cartera de alto riesgo, que incluye a los créditos atrasados, refinanciados y en cobranza judicial.
Según cálculos de Kobsa, este indicador llegó a 4,5% en el caso de los créditos totales de la banca y llegó a 5,7% en los créditos de consumo de estas instituciones.
Para el caso de las financieras, la cartera de alto riesgo representó el 7,9% de los créditos totales y se extendió a 9% en la cartera de préstamos de consumo. Por último, para el caso de las empresas especializadas en el negocio de personas, la cartera de alto riesgo llegó al 9,9%.
En los siguientes meses -proyectó la ejecutiva-, a medida que culminen los plazos de gracia y reprogramaciones de créditos se prevé un mayor deterioro de las finanzas de las entidades del sistema financiero, por lo que una moratoria generalizada podría empeorar la situación, en perjuicio de los ahorros del público.
Agregó que las personas que tienen capacidad para pagar sus deudas podrían verse desincentivada de hacerlo, poniendo en riesgo la salud financiera del sistema, los ahorros del público y la mejora del comportamiento de pago alcanzada en los últimos años.