El canciller Óscar Maúrtua señaló recientemente que entre los focos de su gestión estará fortalecer “las relaciones con nuestro entorno fronterizo, vecinal y sudamericano”.
En esa línea, indicó que se apuntará a “robustecer” la Alianza del Pacífico, bloque económico del cual es miembro el Perú junto con Chile, Colombia y México.
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Édgar Vásquez, extitular del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), consideró el anuncio como “muy positivo” y agregó que, con la entrada en vigor de este acuerdo en el 2012, el país ha recibido –como uno de los beneficios– mayor protagonismo comercial.
“El hecho de que el Perú esté en este grupo le ha dado, al igual que a los otros miembros, una mayor preponderancia ante al comercio mundial que no tienen otros países vecinos. En general, América Latina es de las regiones que menos países integrados tiene, pero con este acuerdo se hizo el esfuerzo para romper dicha inercia”, comentó.
En esa misma línea, José Silva-Martinot, también exministro de la mencionada cartera, saludó el anuncio de darle un mayor protagonismo a este acuerdo, considerando sus efectos positivos sobre las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
“Como Mincetur, se negoció este acuerdo comercial previendo que las mipymes, entre sus primeros retos para crecer, apuntan a exportar a países vecinos”, refirió.
Sin embargo, tanto Vásquez como Martinot coincidieron en que todavía hay importantes pendientes.
“El comercio de los cuatro miembros de la Alianza del Pacífico bordea el 7% del comercio mundial. Hay un reto importante por hacerlo crecer”, apuntó Vásquez.
Añadió que, solo a nivel de la Alianza, el Perú cumple con varias condiciones para elevar sus cifras de exportaciones con valor agregado.
“Un caso puntual es la maquinaria de metalmecánica en el rubro gastronómico. Aquí hablamos de hornos para pollos a la brasa y demás. Otros espacios potenciales son el encadenamiento a industrias automotrices en México y el ofrecimiento de servicios sobre el rubro minero a Chile”, apuntó.
Para ello, señaló que, desde el Estado, se deben identificar cuáles son las empresas que servirán como anclas para los encadenamientos de industrias. También señaló que debe abordarse el factor financiamiento en un contexto donde el impacto económico de la pandemia ha sido considerable.
A su turno, Silva-Martinot indicó que deben reforzarse los trabajos de las oficinas comerciales (Prom-Perú), que son finalmente las que acompañan a las empresas en sus etapas de internacionalización. Esto, añadió, debe sumarse a concretar la homologación de normas a escala regional.
Consejo Empresarial
Ricardo Márquez, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) y del Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (CEAP) - Capítulo Perú, informó que, a partir del anuncio del canciller y por su intermedio, solicitarán “en los próximos días” al presidente Pedro Castillo la reactivación de este grupo, que busca la articulación público-privada y establecer agendas de trabajo en conjunto.
“Desde fines del 2019, el CEAP estaba inactivo, por lo mismo que las prioridades eran otras. Pero hoy, la reactivación de este grupo calza como una prioridad en un contexto de recuperación de la economía”, comentó.
Márquez también señaló que la SNI está trabajando para desarrollar la industria 4.0; la Confiep se ocupa de la integración financiera; y Cómex-Perú, de la huella hídrica.
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