Las fiestas virtuales se han convertido en una opción ante la pandemia. (Foto: Facebook Zoomparty)
Las fiestas virtuales se han convertido en una opción ante la pandemia. (Foto: Facebook Zoomparty)
Christian Lengua

Plataformas como Zoom, Google Meet y Skype no solo se usan para estudiar o trabajar. Ante la prohibición de las reuniones y al ser incierta la reapertura de discotecas, las fiestas virtuales vienen ganando terreno. Las ofertas de celebraciones por Internet son variadas y tienen una demanda que va en crecimiento.

Una de ellas es Zoomparty, creado por Martín Reyna, actor egresado de la PUCP con 13 años de experiencia. Ya había trabajado en eventos presenciales corporativos, pero, en vista de la pandemia y a manera de generar un ingreso extra, decidió incursionar en el rubro en junio pasado.

Cumpleaños para niños y adultos, baby showers, matrimonios e, incluso, la memoria del año de la muerte de una persona. Reyna utiliza sus herramientas actorales para crear un personaje que anima la fiesta. Un diferencial de sus celebraciones es que indaga sobre las personas y adapta dinámicas de acuerdo a su perfil.

“Me gusta personalizar las fiestas, Lo que hago es un anecdotario previo para conocer más a la persona. Me gusta generar complicidad, por ejemplo, averiguo qué platos le gusta al agasajado, qué países le gustaría conocer, qué música les gusta”, señala Reyna.

Por este motivo, indicó, su precio está un poco por encima del promedio. Hay fiestas en el mercado desde S/ 30 hasta S/ 120. La tarifa de Zoomparty va entre S/ 250 y S/ 300, por hora y media de show. La reunión comienza media hora antes hasta que estén todos presentes.

Para Reyna esta es una alternativa que se va a poner de moda. Si bien el peruano es mucho de celebrar y abrazarse, esta es una buena manera de conectar con los que no están cerca. Se va a convertir en una herramienta que vino para quedarse, apuntó.

Por otro lado, para un perfil más fiestero está Private Party. Richard Cornejo (DJ Moo) en sociedad con Jean Paul Moscoso (DJ Loup), empezaron este proyecto desde la primera semana de cuarentena, todos los viernes y sábados.

Por un lado, tienen los Cuarentonos, que son fiestas virtuales gratuitas por Zoom, que les ha permitido crear una comunidad. El alcance es alrededor de 500 mil personas en Facebook cada semana, y en los eventos tienen 500 asistentes en promedio desde las 9 p.m. hasta las 3 a.m.

Sin embargo, su negocio principal se basa en las fiestas privadas. “Tenemos de 4 a 7 fiestas por semana, la mayoría son por cumpleaños. Y cobramos por hora y por cantidad de personas en sala. La tarifa es S/ 100 por sala en promedio, y puede ser por Meet o Zoom”, contó Cornejo.

Según indica, la mayoría de DJs cobra entre S/ 150 y S/ 250, por lo que están un poco debajo del promedio del mercado. El servicio incluye, básicamente, música a pedido y la sala con tiempo ilimitado. Tienen un animador, pero la mayoría de asistentes prefiere poder abrir ellos el micrófono y conversar mientras suena la música.

Otra iniciativa fue organizar una fiesta privada por Zoom cobrando entrada por Joinnus. Vendieron 763 entradas a S/ 5 y S/ 10. “Sí hubo margen de ganancia. Si haces un evento, de cada S/ 100 soles, te llevas unos S/ 30, aproximadamente, porque hay inversión en publicidad, y la entrada, al ser virtual, es menor”, refirió Cornejo.

Otra forma de monetizar fue para una fiesta de fin de ciclo que hicieron hace poco, y que tuvo mil asistentes por Zoom, e, incluso, tenía personas esperando entrar. Se asociaron con una marca de licores para ofrecer un código de descuento para los registrados en el evento, y tuvieron un porcentaje de las ventas.

¿ES RENTABLE?

Martín Reyna estudió el mercado antes de comenzar con su emprendimiento y se dio cuenta que hay fiestas de todo tipo. Actualmente, con ZoomParty tiene 3 a 4 shows a la semana y es un ingreso extra que supera el sueldo mínimo.

El actor también viene estudiando la posibilidad de organizar fiestas temáticas cobrando un determinado precio. Cabe recordar que Reyna empezó su emprendimiento con un celular, un aro led y un micrófono pechero. Y es su papá quien lo ayuda a poner la música.

Por el lado de Private Party, señala que se necesita de una buena conexión de Internet asimétrica. La consola de sonido, que es el gasto más fuerte, para poder mezclar la música. “Fuera de eso hay que invertir tiempo en redes sociales, pensando en crear una comunidad”.

Cornejo recomienda a quien quiera empezar un negocio así, que es una posibilidad mientras le pueda dedicar el tiempo que requiere. Sin embargo, reconoció que no da lo suficiente como para vivir. “Es un ingreso adicional”, acotó.

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