La directora peruana holandesa Heddy Honigmann presentó en el 25 Festival de Cine de Lima su último documental: "No hay camino" (Imagen: Festival de Cine de Lima)
La directora peruana holandesa Heddy Honigmann presentó en el 25 Festival de Cine de Lima su último documental: "No hay camino" (Imagen: Festival de Cine de Lima)

Cuando la genial cineasta Agnès Varda ( 1928 - 2019 ) decidió filmar ( 2019 ), concibió esta película como una despedida. Para ella, esto implicó entregar al mundo un documental en el que recogía su experiencia como cineasta a la vez que revisaba su obra y lo que aprendió a través de su extensa carrera. Un trabajo magnífico como magnífica fue su autora, que mezcla ternura e inteligencia, y en el que el paso del tiempo no se lamenta ni se celebra. Solo se vive.

Esto último tienen en común Varda by Agnès y No hay camino ( 2021 ), el documental que Heddy Honigmann ( Lima, 1951 ) ha filmado a modo de despedida.

Ritual de melancolía

No hay camino es la forma que ha elegido la cineasta peruano–holandesa para ser recordada tras recibir el diagnóstico de un cáncer terminal. Por ello, visita a su hermana y recuerda a sus padres. Emprende un viaje al Perú, se reúne con amigos, visita a su primer amor, canta, toma un pisco, sonríe, llora, mira el mar. Luego, regresa a Holanda; pasa tiempo con su esposo, con su hijo, con amigas; pasea en bote con el cineasta español José Luis Guerín; y, en su conversación, elige el nombre del documental.

La nostalgia es palpable en cada escena, pero sin un ápice de miserabilismo ni autocompasión. Es, más bien, un ejercicio de dignidad en el que Honigmann es brutalmente honesta con lo que siente, con lo que quiere y lo que no. Importante es, por ejemplo, la descripción de los encuentros y desencuentros que tuvo con su padre, el dibujante Víctor Honigman, uno de los creadores del Supercholo, el personaje que nació en este mismo espacio, en El Dominical de El Comercio.

Él, nacido en Polonia, sobreviviente de un campo de concentración, llegó a Lima y conoció “a la mujer más bella de la comunidad judía en el Perú”. De ese matrimonio nacerían Heddy y su hermana Jessica.

Una marca cinematográfica

La carrera de Heddy Honigmann no ha sido del todo apreciada en el Perú, a pesar de que es la autora de uno de los documentales más potentes y bellos de la historia de nuestro cine: ( 1993 ). Al no contar con una cinemateca nacional, los trabajos de Honigmann son difíciles de ubicar en nuestro país, pero su producción es vasta, e incluye cortos y largos de ficción y documentales.

Pero regresemos a Metal y Melancolía. Este trabajo supone para ella dos cosas: primero, su regreso al Perú tras 20 años de ausencia y su paso al cine documental tras dedicarse más de 15 años a la ficción. Aquí, la directora indaga en la esencia del alma humana a través de una serie de conversaciones que los taxistas sostienen con ella, en la que pintan al Perú de inicios de los 90, pero, sobre todo, pintan la vida que se transformaba en ese momento, porque “la vida es hermosa, pero difícil”.

En No hay camino, confiesa algo así como “todos mis documentales atendían temas que en ese momento precisaba atender”. Y reconoce también que, cuando vio el resultado final de Metal y melancolía, dijo: “Esto es lo que quiero”. Y eso es lo que hizo. Por eso, en No hay camino, las conversaciones son protagonistas, y, por primera vez, su trabajo también trata sobre ella misma.

La despedida bien podría ser un género cinematográfico.

¿Dónde verla?

No hay camino sigue a la directora Heddy Honigmann en un viaje real y espiritual. Hoy, enfrentada a una enfermedad terminal, viajará por el Perú y Europa, revisando los lugares y momentos importantes de su vida, ricamente ilustrados con clips de sus películas. El filme estará disponible hasta el martes 31. Las entradas pueden comprarse hasta el 29 de agosto, en la web

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