(Ilustración: Víctor Aguilar)
(Ilustración: Víctor Aguilar)
/ Víctor Aguilar

“Todo esfuerzo intelectual, sea auténtico o falso, posee una filosofía subyacente”, escribió Mario Bunge en un artículo titulado “La filosofía tras la pseudociencia”. En dicho texto, explica que, en oposición a la creencia ampliamente extendida, el método científico no excluye la especulación. Tan solo pone orden en la imaginación. “A los pseudocientíficos no se los acusa de ejercer su imaginación, sino más bien de dejarse arrastrar por ella. El lugar para la especulación desenfrenada está en el arte, no en la ciencia”, puntualiza.

Inmersos en una pandemia que volvió a poner la importancia del desarrollo científico en boca de todos los ciudadanos del mundo, se hicieron más evidentes las tensiones entre quienes defienden el conocimiento científico reconocido de forma universal —la vacunación como método de inmunización validado por la OMS, por ejemplo— y quienes difieren de él. Estas divergencias van desde decidir no vacunarse o no usar mascarilla hasta promover dichas ideas.

Entre lo heterodoxo y lo pseudocientífico

Luis Bartolo, presidente de la Sociedad Peruana de Epistemología y Lógica (SPELO), explica que, en la ciencia, hay espacio para la racionalidad incluso cuando se habla de teorías o postulados divergentes. “Las contradicciones en la ciencia se pueden manejar racionalmente porque existe un sistema alrededor: los científicos publican, se critican entre ellos, tienen congresos, debaten, discuten”, señala. Pero, en el caso de las personas que no son científicas, no necesariamente hay una razonabilidad en sus posturas, sobre todo cuando se enfrentan a cuestiones para las que no están adecuadamente preparadas o informadas.

Bartolo añade: “Quienes están fuera de la discusión científica no necesariamente están expuestos a una mayor probabilidad de razonar lógicamente, pues no son criticados o interpelados de forma constante. En las redes sociales —espacio de las discusiones de estos tiempos—, se da el fenómeno de las burbujas. Por ejemplo, las personas que entran a Facebook y leen que hay una vacuna que va a implantar un chip y que siguen muchas páginas que circulan la misma información no están expuestas a entradas que cuestionen sus ideas, pues el algoritmo de Facebook hace que se vaya acumulando una serie de preferencias que vuelven más probable que lleguen a uno videos de una sola tendencia”.

Sin embargo, el presidente de la SPELO señala que hay que distinguir entre la pseudociencia y el cuestionamiento científico. Mientras el segundo ha hecho avanzar el mundo, lo primero no hace sino ponerlo en riesgo. “Isaac Asimov habló de la ciencia heterodoxa para referirse a determinado tipo de información que aún no sabemos si se trata de ciencia revolucionaria o de pseudociencia”, explica. Es decir, la ciencia heterodoxo se refiere a ideas plausibles de ser sometidas a contrastación científica. La ciencia no le huye al debate, pero sí le da la espalda a aquello que no tiene sustento. En ese sentido, Bartolo, en coincidencia con el saber científico documentado, pone como ejemplo a los movimientos como el terraplanismo o el antivacunas: no puede considerarse que alguno de ellos se aferre a ideas que tienen sustento científico.

Riesgos de la pseudociencia

En el artículo “Las pseudociencias como problema social en la era tecnocientífica”, los investigadores Jesús Valero–Matas y Carlos Muñoz detallan los ataques dogmáticos lanzados contra la ciencia que han alimentado la aparición de pensamientos anticientíficos. Diferencian tres períodos históricos: el primero, con la aparición de la ciencia moderna, cuando surgen voces contrarias a la ciencia al percibir en ella un mal que viene a sustituir los valores religiosos-espirituales por un método objetivo; el segundo, en la segunda década del siglo XIX, con dos componentes harán renacer la anticiencia: el romanticismo político y el existencialismo; por último, en la década de los sesenta del siglo pasado, con la aparición del movimiento postmoderno, que viene a legitimar cualquier idea, aunque no haya sido confirmada por la experimentación. Así, pseudoconocimientos no sustentados adquieren criterios de validez.

Los mismos autores advierten que, con las pseudociencias, la sociedad se enfrenta al deterioro del saber, a la amplificación de actividades fraudulentas derivadas de la falsa ciencia, que juega con la desesperación de las personas ofreciendo esperanzas engañosas. ¿Ejemplos? Los autores señalan la muerte, en 2015, de niños en Alemania y España a causa de las campañas contra la vacunación. El movimiento antivacunas en esta pandemia nos ofrece, en tiempo real, una performance de la actuación de la pseudociencia en un momento en que la esperanza del mundo entero pende de una vacuna.

Día mundial de la lógica

El año pasado, la Unesco declaró el 14 de enero como el Día Mundial de la Lógica. La Sociedad Peruana de Epistemología y Lógica (SPELO) realizará, entre el 13 y el 16 de enero, una serie de charlas en el marco de este día. El evento rendirá especial homenaje al filósofo Francisco Miró Quesada Cantuarias. La programación está disponible en .

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