Un año de encierro, enfermedad y muerte, seguido de otro cuyo primer semestre —al menos en este lado de los Andes— promete solo incertidumbre no parece grato para el recuerdo ni para el recuento. Los libros no han sido la excepción. Hubo menos producción editorial por las cuarentenas forzadas y el cierre de librerías, pero quizá, para algunos, también más tiempo para leer. Aquí algunas ideas.
Contenido sugerido
Contenido GEC