Difícilmente habrá quien se sorprenda al leer que las bibliotecas públicas del país se encuentran en una situación crítica. No solo hemos pasado entre 2014 y 2018 de 869 a 477 bibliotecas públicas municipales[1], sino que también, digámoslo con claridad, en general las bibliotecas importan poco o nada a las autoridades de los diferentes niveles de gobierno. Como resultado, muchas de las bibliotecas públicas del país, entre otras varias falencias, no cuentan con infraestructura adecuada ni con materiales bibliográficos pertinentes y actualizados. Es así que la implementación real del Sistema Nacional de Bibliotecas (SNB) -creado por ley hace 37 años, pero que todavía no conoce una implementación verdadera y sostenible- aparece como una necesidad urgente.
Al respecto, la Biblioteca Nacional del Perú, como ente rector del SNB, está desarrollando una estrategia que busca la articulación del territorio a través de funcionarios de la BNP desplegados en los departamentos del Perú, la puesta en marcha de un plan continuo de capacitación de primer nivel y de alcance nacional, y el fortalecimiento tecnológico, así como la mejora de las colecciones bibliográficas y documentales. En este marco, venimos desarrollando una serie de acciones concretas desde la BNP. En los próximos meses se contratará un primer grupo de coordinadores departamentales que contribuirán con una efectiva articulación del territorio.
Se pondrá a disposición el portal del SNB, que incluirá un centro digital gratuito de formación para encargados de bibliotecas y un banco de modelos arquitectónicos para construir bibliotecas de diferentes formatos. También se están desarrollando publicaciones y eventos especializados para fortalecer las capacidades de los bibliotecarios del país. El objetivo es renovar las Estaciones de Biblioteca Pública que dependen de la BNP para convertirlas en bibliotecas públicas modelo, y echar a andar bibliotecas móviles. Asimismo, relanzaremos la publicación emblemática La Gaceta Bibliotecaria del Perú, que aspira a convertirse en el órgano comunicacional del SNB.
Un país de lectores
Una de las acciones más efectivas para una apropiada implementación del SNB es que el Estado dote periódicamente de materiales bibliográficos a las bibliotecas del país. En ese sentido, la reciente aprobación de un presupuesto de 13.5 millones de soles para la implementación de bibliotecas públicas municipales y espacios de lectura es una noticia que podríamos considerar histórica. Permitirá entregar a las bibliotecas públicas municipales un aproximado de 400 volúmenes, cuya selección se hará gracias a la ayuda de especialistas de la BNP y de bibliotecarios de diferentes partes del país. La mejor manera de que este paso dado sea relevante y dé frutos es haciéndolo costumbre.
Esto puede ser una realidad si el dictamen de nueva Ley de Fomento de la Lectura y el Libro, aprobado en la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso, es aprobado a su vez por el pleno del parlamento, ya que prevé recursos para la compra y distribución de materiales bibliográficos. A este paso hay que sumar otros. Por ejemplo, la aprobación de la Política Nacional de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas, que marque las rutas a seguir para hacer del Perú un país de lectores, en donde estos puedan acceder a la información y a la cultura a través de bibliotecas públicas modernas y de calidad.
Si antes de la emergencia sanitaria, las celebraciones del bicentenario ya eran una oportunidad para repensar el país, la emergencia sanitaria ha elevado la intensidad de los reflectores que se posan sobre las brechas que nos dividen entre peruanos. Tras la pandemia, la oportunidad de repensar debe, en algunos casos, ser acompañada por la capacidad de refundar. Estos tiempos, pienso, deberían también significar la posibilidad de construir un gran pacto social por las bibliotecas públicas del país, que articule diferentes voluntades para volver a otorgar a las bibliotecas el lugar central que tenían en el origen de nuestra república como espacios vitales para la promoción de la libertad, la justicia y la igualdad, y como verdaderos motores de desarrollo para las comunidades que atienden. Construyamos bibliotecas. Dotémoslas de materiales bibliográficos y documentales de calidad. Que no haya provincia o distrito sin biblioteca pública.
[1] Según el Registro Nacional de Municipalidades.
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