Luego de ser primera dama, más de uno le augura buen futuro político a Michelle Obama.
Luego de ser primera dama, más de uno le augura buen futuro político a Michelle Obama.

“Hasta el momento he sido abogada. He trabajado como subdirectora de un hospital y como directora de una organización sin ánimo de lucro que ayuda a gente joven a labrarse una carrera profesional seria. He sido estudiante negra de clase trabajadora en una elegante universidad cuyo alumnado es mayoritariamente blanco. He sido la única mujer, la única afroamericana, en lugares de todo tipo. He sido novia, madre primeriza estresada e hija desgarrada por la tristeza. Y hasta hace poco fui la primera dama de Estados Unidos, un trabajo que, si bien oficialmente no lo es, me ha brindado en cualquier caso una plataforma que nunca habría imaginado”. Este es el prefacio de Mi historia, el libro de memorias de la ex primera dama de Estados Unidos Michelle Obama, obra que se ha convertido en la autobiografía más vendida de la historia al colocar casi diez millones de copias, según anunció en marzo de este año su casa editora, Penguin Random House.

Dicen que las autobiografías gustan, sobre todo, a los historiadores y a quienes disfrutan husmeando la vida de los demás, y que el interés por ellas aumenta cuando son el retrato de personas polémicas, admirables o relacionadas con el poder. La carismática señora Obama, sabemos, cumple dos de estos requisitos.

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El éxito de las memorias también tiene que ver con que son la crónica de una época a través de una visión personal, y Mi historia no falla en ese sentido, al relatar no solo las luchas de Michelle, sino también el camino de los Obama para llegar a ser la primera familia afroamericana en la Casa Blanca. Pero también hay espacio para saber que los esposos tuvieron que acudir a terapia de pareja, que sus hijas fueron concebidas por fecundación in vitro o que hubo días en los que a Michelle le costó levantarse de la cama.

Hillary Clinton sigue involucrada en la política de su país.
Hillary Clinton sigue involucrada en la política de su país.

—Protagonistas de la historia—

Cuando George Washington se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos (1789-1797), su esposa, Martha, era presentada como “lady Washington”. El apelativo de primera dama no sería usado hasta que James Buchanan se convirtiera en presidente (1857-1861). Al ser soltero, durante su mandato surgió el dilema protocolar de cómo llamar a su sobrina Harriet Lane, quien le asistía como acompañante. Hubo quien se dirigía a ella como “la anfitriona”, hasta que un periodista del Frank Leslie’s Illustrated Newspaper optó por usar la expresión “Primera dama de nuestra tierra”. Por vez primera, este tratamiento se usaba en un medio escrito.

Aunque no existe el cargo oficial de primera dama, las esposas de los presidentes han sabido ser más que las “señoras de”. Martha Washington, por ejemplo, fue reconocida por su ayuda a los soldados durante la guerra de la Independencia; Harriet Lane defendió la mejora de las condiciones de vida de los indios americanos en las reservas; y Mary Todd Lincoln (primera dama entre 1861y 1865), la de los esclavos afroamericanos liberados. Seguro todas tuvieron maravillosas historias que contar, pero la primera en atreverse a hacerlo en un libro fue Helen Taft, esposa del presidente William Taft, quien ocupó el cargo entre 1909 y 1913.

Eleanor Roosevelt, referente importante en la corriente feminista de los Estados Unidos.
Eleanor Roosevelt, referente importante en la corriente feminista de los Estados Unidos.

En Recollections of Full Years, publicado en1914, Taft cuenta, con bastante naturalidad, que fue la primera esposa de un presidente que tuvo y condujo su propio automóvil. También apoyó el sufragio femenino y se opuso a la prohibición de la venta de alcohol. Aunque el libro no goza de popularidad en el Perú, es interesante acercarse él. Tanto como lo es leer Lo que aprendí viviendo, las memorias de Eleanor Roosevelt, publicadas originalmente en 1960 y reeditadas a fines de 2018. Llegó a nuestras librerías con un cintillo naranja con una frase de Michelle Obama: “Esta mujer es mi ídolo”.

Muchos consideran que Roosevelt redefinió el papel de primera dama, cargo que ocupó por doce años, entre 1933 y 1945. Fue una gran activista social que se destacó por acciones como celebrar conferencias de prensa en las que solo convocaba a mujeres para animar a los periódicos a contratar reporteras. En su relato no oculta sus inseguridades, sus aprendizajes y el camino cuesta arriba que le supuso aprender a lidiar con la exposición social.

Otra es la historia que escribió la reservada Jackie Kennedy, quien ocupó el cargo entre 1961 y 1963. El libro Conversaciones históricas sobre mi vida con John F. Kennedy, editado en 2011, puede considerarse lo más cercano a una autobiografía oficial, al recoger la transcripción de las ocho horas y media de entrevista que el historiador Arthur Schlesinger, Jr. realizó en marzo de 1964 a la entonces reciente viuda. La tardía publicación, 17 años después de la muerte de la protagonista, se debe a que, por órdenes de Jackie Kennedy, las cintas de esas sesiones se sellaron y luego se depositaron en el Museo Presidencial John F. Kennedy. Por el 50 aniversario de la toma de posesión del presidente Kennedy, su hija Caroline autorizó la publicación de este contenido.

Jackeline Kennedy es una de las más famosas primeras damas. Su vida ha llegado también al cine.
Jackeline Kennedy es una de las más famosas primeras damas. Su vida ha llegado también al cine.

Así llegamos a una de las más famosas primeras damas y políticas contemporáneas: Hillary Clinton. Sus primeras memorias, Historia viva, datan de 2003, cuando ejercía como senadora por el estado de Nueva York. En estas habla de su paso por la Casa Blanca, entre 1993 y 2001, y de las complejidades de su matrimonio con Bill Clinton, incluido el episodio que involucra a Monica Lewinsky. Pero Clinton ha publicado más libros después, y seguro seguirá escribiendo otros más, pues su carrera política no ha terminado: ha sido secretaria general de Estados Unidos y, en las últimas elecciones de 2016, estuvo a punto de convertirse en la primera mujer en ocupar la presidencia.

La historia de Clinton —como la de Michelle Obama— aún se escribe en tiempo presente.

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