Comunidad shipiba en Nuevo Saposoa, en Pucallpa.  La cosmovisión de este pueblo amazónico será parte de este proyecto interdisciplinario.
Comunidad shipiba en Nuevo Saposoa, en Pucallpa. La cosmovisión de este pueblo amazónico será parte de este proyecto interdisciplinario.

Por: Pablo Quintanilla
Es materia de debate si la filosofía es un producto únicamente occidental o si hubo y hay filosofía en sociedades no occidentales. Lo que parece claro, sin embargo, es que todas o la mayor parte de sociedades actuales tienen opiniones o presupuestos acerca de muchos de los temas que la tradición occidental clasifica como filosóficos.

Así, por ejemplo, es razonable suponer que toda comunidad tiene alguna estrategia para distinguir entre creencias confiables y no confiables (lo que nosotros llamamos verdad), entre opiniones dignas de ser aceptadas por la mayoría y aquellas que no lo son (lo que llamamos conocimiento), entre personas y acciones que deben ser apreciadas por su valor y aquellas que son consideradas nocivas (lo que solemos llamar bien), etc.

Esto es esperable porque todas las sociedades necesitan hacer ciertas distinciones conceptuales para garantizar su supervivencia. Una comunidad que careciera de alguna manera para diferenciar entre quienes dicen la verdad y los mentirosos compulsivos, por ejemplo, se condenaría a una rápida extinción. Lo mismo pasaría con un grupo humano que no tuviera manera de discernir entre quienes cumplen las normas y aquellos que, transgrediéndolas sistemáticamente, se benefician de los que sí las cumplen (los llamados free-riders).

En la mayoría de sociedades habrá palabras cuyos significados hacen esas clasificaciones, aunque quizá en algunas haya formas de hacer las distinciones pero no significados específicos para ellas. En ambos casos, empero, habrá conceptos. Es de esperar que toda sociedad tenga algún concepto de causalidad, esto es, alguna manera para discriminar entre eventos que producen otros eventos, incluso si algunas lenguas no tienen un significado específico para ese concepto.

Pero esta tesis, que parece bastante plausible, nunca ha sido demostrada empíricamente, ni en su conjunto ni en sus detalles. No sabemos, por ejemplo, si hay conceptos filosóficos universales y si, de haberlos, qué rasgos de ellos lo son y cuáles son culturalmente diversos.

—Conocimiento y comprensión—
Gracias a tres universidades estadounidenses (Pittsburgh, Rutgers y UCLA), a una red interdisciplinaria de académicos en más de diez países del mundo y a la financiación de la Fundación Templeton, este proyecto llamado Geografía de la Filosofía se está realizando desde el año pasado y se espera culminar en 2020. Se ha comenzado con tres conceptos filosóficos: conocimiento, comprensión y sabiduría, en lenguas no indoeuropeas e indoeuropeas de China, Corea del Sur, Ecuador, Eslovaquia, India, Japón, Marruecos, el Perú y Sudáfrica, con equipos de investigadores en Estados Unidos y el Reino Unido.

En el caso peruano, la tarea está en manos del Grupo Interdisciplinario de Investigación Mente y Lenguaje, de la Universidad Católica, que reúne a ocho antropólogos, cinco filósofos, cinco lingüistas y dos psicólogos. Todos ellos con formación e interés en la investigación interdisciplinaria. Ellos trabajarán con hablantes de dos lenguas originarias: quechua de Andahuaylas y shipibo de Pucallpa, además de un grupo de control conformado por estudiantes costeños hablantes de castellano. Los líderes del equipo peruano están desde hace un año en contacto con los líderes de los otros equipos. El trabajo de campo se inició hace unos días.

—Intuiciones filosóficas—
Se aplicará series de pruebas psicológicas y lingüísticas a hablantes de más de 20 lenguas de todo el mundo, con el objetivo de medir sus ‘intuiciones filosóficas’, es decir, las ideas que tienen respecto de algunos problemas que solemos llamar filosóficos. La mayor parte de filósofos occidentales, por ejemplo, asocia conocimiento con verdad y justificación, y desde Platón se suele definir el conocimiento como la creencia verdadera justificada. Por ello consideraríamos absurdo —es decir contraintuitivo— si alguien dijera que sus propios conocimientos son falsos o que tiene creencias verdaderas pero imposibles de justificar de alguna forma concebible.

No obstante, ¿podrá haber una comunidad que no vea ninguna relación entre sus conceptos de conocimiento, verdad y justificación? Parece poco probable que exista alguna comunidad que carezca de algún concepto para lo que llamamos verdad, ¿pero ocurrirá lo mismo para conocimiento y justificación? Resulta poco plausible que haya alguna sociedad que no tenga mecanismos para dar fundamento y legitimidad a sus creencias, pero esto es algo que suponemos aunque nunca se ha estudiado a nivel global. Sobre estos temas se ha escrito ampliamente en filosofía del lenguaje, pero nunca se ha hecho trabajo experimental.

Como se aplicarán las mismas pruebas a las distintas comunidades de hablantes, será necesario integrar después los resultados. El primer taller internacional se realizará en Lima, del 7 al 9 de noviembre de este año, y ahí se comenzará a presentar los primeros resultados y a comparar las distintas investigaciones. Hacia fines de 2021 tendremos las primeras interpretaciones de estos. Si el proyecto es exitoso, como todo lo augura, quizá después se trabaje con conceptos filosóficos de otras áreas, como justicia, cooperación, compasión y bondad. Y así en adelante. Es posible que en un mediano plazo podamos elaborar una suerte de mapa filosófico del mundo.

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