Internet forma parte de nuestro día a día, y su uso ha hecho que incorporemos al español palabras provenientes del inglés o derivados de nombres de marcas, como Google, WhatsApp, Twitter, etc. Algunas de estas han sido aceptadas por la Academia, pero no otras porque, en algunos casos, se consideran anglicismos innecesarios, como sucede con link, que se traduce como enlace o vínculo. Aunque parece que la Academia no incorpora palabras nuevas con frecuencia, si revisamos la última edición del Diccionario, veremos que ha aceptado algunos términos. Cuando entramos a cualquier página web y queremos acceder a algún menú, lo hacemos a través de clics. Si entramos a Twitter, podemos tuitear (‘comunicarse por medio de tuits’) un tuit (‘mensaje digital que se envía a través de la red social Twitter® y que no puede rebasar un número limitado de caracteres’), y, si lo hacemos, nos conocerán como tuiteros (‘persona que tuitea’). En internet podemos leer blogs o crear uno y convertirnos en blogueros. La acción de escribir entradas en un blog se conoce como bloguear, y, aunque este verbo no está registrado en el Diccionario, es un término ya consolidado, al igual que videoblog y otras variantes. Como estas palabras ya están asentadas no es necesario escribirlas en cursivas o con comillas.
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