"El mar es un olvido", libro de Rubén Silva
"El mar es un olvido", libro de Rubén Silva
Redacción EC

RAÚL MENDOZA CÁNEPA

"El mar es un olvido" (Paracaídas/Editores, 2014)  es un conjunto de muy buenos poemas, ágiles, transparentes, consagrados a aquellas cosas fundamentales que el hombre pierde en el tránsito azaroso de su existencia.

El mar es un olvido, y solo cuando nadie lo contempla, el mar es el mar, dice Ledo Ivo. Es presencia real, existencia pura, objeto, pero es, a la vez, ausencia para el hombre, ausencia tal, que alcanza la descomunal dimensión del olvido,que es también infinito.

Una de las riquezas de este  libro es que la mujer es el centro giratorio, la raiz donde se funde la belleza y el ideal, el deseo y la incertidumbre, probablemente el dolor y el olvido. La mujer es también el cuerpo que adquiere una nueva significación con estos versos, en su suprema desnudez ella rige y como en Cernuda (uno de cuyos poemas inspira al título), la mujer conjuga la esperanza y la incertidumbre, pero también el padecimiento que solo el olvido redime. Cernuda lo escribe en su clásico poema: "Donde habite el olvido....Donde penas y dichas no sean más que nombres, Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, Disuelto en niebla, ausencia, Ausencia leve como carne de niño..."

En "Madrigal prestado" escribe Silva: "Lo que amo de ti/ no es tu sonrisa/diamantino canto de fuente/que baila con el viento....no son los soles/rosados/en cuyas puntas orbita mi cuerpo/ ni tu cintura pequeñita/ que estrangula el mundo...tampoco son tus muslos/generosos manzanos/ que unen el cielo a la tierra...lo que amo de ti/ es la incertidumbre/ de dejar el tiempo/ tras tu puerta..." El cuerpo es presencia y la presencia apenas un detalle o un episodio, frente a él se cierne la sombra del olvido como una amenaza fiera y letal.


El olvido es también caida y adiós, sombría estación de desamparos, "Cómo detener" titula uno de los poemas que el poeta hila bien y concatena con un epigrafe de T.S Eliot. En efecto, "abril es el mes más cruel". Y en esa trama de caídas, de hojas del otoño que se desprenden una a una, él se pregunta: "cómo detener con palabras/lo que se lleva el invierno/ el sol que muere en tus ojos/ las florecillas blancas/ que caen en tu pelo/ y también mueren",

Amor, deseo,presencia, ausencia, olvido. Un libro memorable en su lírica esencial y en su elaboración. Corre dentro de él como por una vena abierta los más entrañables sentimientos y la ubicua perplejidad de los poetas.

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