Casi 50% de presos compraron sus armas a policías o amigos
Casi 50% de presos compraron sus armas a policías o amigos
Redacción EC

PIERINA PIGHI BEL / @PierinaPighi

Según el Informe Regional sobre Desarrollo Humano 2013–2014 del (PNUD), 1 de cada 4 de peruanos ha sido víctima de robos en las calles, lo que nos recuerda que es un problema cotidiano en nuestro medio.

La cifra es preocupante y también el detalle de que en el Perú al menos la quinta parte de estos delitos se comete con pistolas o revólveres. Pero causa aun mayor alarma la procedencia de estas armas de fuego. El 47% de los presos por delitos cometidos con ellas dice que se las compró a un amigo o a un agente policial.

Según el estudio, todo ello hace pensar a casi la mitad de ciudadanos que la policía está involucrada en la delincuencia.

La abogada penalista Romy Chang Kcomt explica que estos ángulos de la inseguridad no se deben solo a que la policía sea corrupta. En Lima –afirma– aún rige el Código Procesal Penal antiguo y, de acuerdo a este, los policías señalan qué delito han cometido los delincuentes, y lo hacen en un atestado que los fiscales toman como definitivos en la investigación, aunque no lo sean necesariamente.

“Como no son abogados, los policías no saben formular acusaciones. Los atestados están mal hechos y así se cae cualquier investigación, y los delincuentes siguen libres y confiados en que no los castigarán”, dice Chang. Con el Nuevo Código Procesal Penal, tipificar los delitos dependerá de los fiscales.

La complicidad tampoco es la única causa de la filtración de armas a la delincuencia. Según Chang, el Ministerio del Interior no da armas todos los días a los policías, por lo que estos se ven obligados a comprar una propia. Cuando se retiran prefieren venderla legalmente, es decir, a alguien con licencia, así se trate de un delincuente, con lo cual  recuperan algo del gasto. “El Estado debe controlar este vacío en el sistema”, dice Chang.

El general PNP (r) José Tisoc Lindley, ex director de la Policía Nacional, atribuye la coladera de armas a que muchos civiles prefieren vender las suyas en el mercado negro, para evitar el engorroso trámite de renovación de licencia.

Pese a todo, persiste la desconfianza en la policía y al menos un 28% de ciudadanos peruanos aceptó ante el PNUD que prefiere hacer la justicia por sus propias manos.

SENSACIÓN DE INSEGURIDAD

Según el informe, la tasa peruana de robos es la segunda más alta de Latinoamérica, por debajo de Ecuador. Está por encima de las de México, Venezuela, El Salvador, Colombia y Guatemala. Esta situación propicia que nuestro país encabece en la región la percepción de inseguridad en los barrios.

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