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Viernes 14 de marzo. El ex consejero regional Ezequiel Nolasco hizo una parada en una bodega en Huacho con su abogado y su guardaespaldas antes de regresar a Chimbote. Minutos después, fue asesinado con ocho balazos por el sicario Christian Cruzate Pereda ‘Bayron’.
El crimen remeció al país. El saldo: una familia desamparada y una región que exigía justicia. La fiscalía determinó meses después que la orden de matar a Nolasco vino de una red criminal enquistada en el Gobierno Regional de Áncash, liderada por César Álvarez, hoy preso.
Este homicidio de connotaciones políticas es uno de los más de 288 crímenes por encargo cometidos en lo que va de este año. Es decir, en promedio, cada día una persona es asesinada en el país por un sicario, ya sea por enfrentamientos entre bandas, disputas electorales o cobro de cupos.
Sin embargo, esta cifra parece no preocupar al presidente Ollanta Humala ni al titular del Interior, Daniel Urresti. El lunes el ministro despertó una ola de críticas al sostener que “el sicariato solo debe preocupar a los delincuentes”.
El mandatario no se quedó atrás y ayer señaló: “esta práctica criminal que viene de décadas atrás es producto de un fenómeno de globalización”.
El Comercio consultó con expertos y analistas en seguridad y todos coincidieron en que las declaraciones de Humala y Urresti revelan un desconocimiento para solucionar este problema.
“Que yo sepa, Ezequiel Nolasco no era un delincuente e igual lo mataron”, dijo el general (r)PNP José Tisoc.
“El sicario no es nuevo, es el asesino a sueldo contratado para matar. Él no hace diferencias al seleccionar a sus víctimas, solo se preocupa por el dinero. Es una célula cancerosa de la sociedad que puede atacar a cualquiera”, añadió Tisoc.
En efecto, al desglosar la complejidad de este crimen es inevitable mencionar delitos entrelazados como la posesión ilegal de armas, la extorsión, el cobro de cupos y la lucha de bandas por la venta de drogas. Todos ellos tienen como víctima en común a la sociedad en general.
Para el ex viceministro del Interior Carlos Basombrío, Humala y Urresti “no entienden que el sicariato es la manifestación del crimen organizado”. “No se puede menospreciar el sicariato. Los crímenes ocurren en lugares públicos, lo que aterroriza a la población. Es un trauma colectivo. Además, las balas que matan pueden alcanzar a otras personas”, añadió.
Por ello, Basombrio sostiene que son “profundamente equivocadas, bastante irresponsables y denotan poco conocimiento del problema” las declaraciones del jefe del Estado y del titular del Interior.
En tanto, Remigio Hernani, ex ministro del Interior, refirió que la aseveración de Urresti sobre el sicariato evidencia que “no conoce el tema de seguridad ciudadana”. “Él [Urresti] es un profano del tema. Y lo peor es que cuando un profano cree que sabe y en realidad ignora, estamos por mal camino”, dijo.
Por su parte, el ex ministro de Defensa Roberto Chiabra resalta que también debe preocuparnos “cómo los sicarios se atreven a realizar su tarea a plena luz del día y en un sitio público”. Para Chiabra, ello significa que estos criminales “están conscientes de que no les va a pasar nada o que no habrá ninguna reacción de las autoridades”.
Guillermo Arteta, general (r) PNP, afirma que se debe tener en consideración el desarrollo del mapa del delito en el país. Por ejemplo, indica que La Libertad es el departamento donde más se presentan estos homicidios por encargo, con 88 casos. Le sigue Lima con 65 asesinatos. “Esta es una realidad que afecta a la ciudadanía. Y las estadísticas así lo revelan”, dijo.
FISCALÍA SE DESMARCA DE URRESTI
El fiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia, señaló ayer que su institución tiene una posición diferente a la de Urresti respecto a los casos de sicariato. “Sabemos que no son uno o dos los sicarios, sino que existen organizaciones de sicariato [detrás]”, anotó. Dijo que la fiscalía redoblará esfuerzos para combatir estas redes.
