Cantagallo: el pequeño Luis Miguel luchó 16 días por su vida

Sobre el ataúd de Luis Miguel se apoyaban dos retratos. En uno él carga una bolsa de compras, y en el otro posa con ropa deportiva y una sonrisa que ilumina la imagen. Fue durante el velorio de Luis Miguel que ambas fotografías servían para describir las virtudes con las que hoy es recordado: “Siempre ayudaba a los demás. Era un niño sano, deportista y feliz”, dijeron sus amigos durante el velatorio. 

El cuerpo de Luis Miguel dejó de responder luego de 16 días internado en el Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja. Ese 4 de noviembre, su madre, Virginia, estaba en una reunión familiar. Advirtieron por micrófono que había un incendio y salió corriendo. Vio su casa en llamas y el instinto la llevó a querer entrar. Pero Luis Miguel ya no estaba en casa. Su hermano mayor, Luis Alberto, dice que lo vio caminar ya con quemaduras en el cuerpo: había resistido las llamas tanto que incluso pudo bajar del segundo piso hasta la salida de su vivienda.

Luis Miguel se mantuvo despierto las primeras horas, y perdió el conocimiento cuando le aplicaron anestésicos. Pero lo que recién más tarde descubrieron los médicos es que el humo inhalado se estaba dañando seriamente los órganos internos.

Con medio cuerpo quemado Luis Miguel luchó hasta el final las múltiples intervenciones que le hicieron para salvarlo. 

Hoy la muerte del pequeño de 11 años, que cursaba el cuarto grado de primaria, reabre las heridas del incendio en Cantagallo. Algunos damnificados del incendio que destruyó comunidad shipiba intentan levantar sus casas con materiales precarios como palos y ladrillos, y reclaman que la Municipalidad de Lima aún no les informa sobre el lugar y la fecha de reubicación. 

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Se recuerda que la Municipalidad Metropolitana de Lima anuló el proyecto Río Verde, el cual contemplaba la reubicación de la comunidad shipiba que habitaba en Cantagallo, y empleó los recursos del fideicomiso para la ejecución del by pass de 28 de julio.