La menor incidencia del coronavirus coincidió con un aumento en el ritmo de vacunación y tuvo un ligero impacto en la menor demanda de camas hospitalarias y UCI. Sin embargo, el uso de estas últimas todavía supera el pico de la primera ola (Foto: Violeta Ayasta/ Archivo GEC)
La menor incidencia del coronavirus coincidió con un aumento en el ritmo de vacunación y tuvo un ligero impacto en la menor demanda de camas hospitalarias y UCI. Sin embargo, el uso de estas últimas todavía supera el pico de la primera ola (Foto: Violeta Ayasta/ Archivo GEC)
/ VIOLETA AYASTA
Jorge Falen

Mayo marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la de en el país. En este período, los fallecimientos, contagios y positividad registraron un pronunciado descenso respecto a abril, el peor mes de la

La menor incidencia del coincidió con un aumento en el ritmo de vacunación y tuvo un ligero impacto en la menor demanda de camas hospitalarias y UCI. Sin embargo, el uso de estas últimas todavía supera el pico de la primera ola.

La tendencia a la baja se mantuvo a pese a que desde el 10 de mayo Lima Metropolitana y el Callao relajaron las medidas restrictivas para su población (pasaron de nivel de riesgo “extremo” a “muy alto”). Sin embargo, el Minsa estima una eventual tercera ola entre agosto y setiembre.

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Menor mortalidad

La principal reducción se observa en este indicador que a inicios de esta semana fue actualizado por el grupo de trabajo técnico (GTT) creado por el Ejecutivo para medir el impacto de la pandemia.

Las nuevas cifras –que toman en cuenta siete criterios para el registro de víctimas– muestran que en mayo se reportaron 16.635 muertes por coronavirus, cifra menor en 29% que lo observado en abril. Según la nueva metodología, cada día de mayo fallecieron en promedio 537 personas, la cifra más baja de los últimos cuatro meses.

En la última semana, el promedio diario de fallecimientos bajó a casi 400, un 50% menos de lo presentado a mediados de abril, durante el pico de la segunda ola.

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Ceden los contagios

La tendencia decreciente también se refleja en los casos detectados de la enfermedad. En mayo, el Minsa reportó 161.642 infecciones, 36% menos respecto a abril, el mes con más casos desde el inicio de la enfermedad. Si bien la transmisión sigue en descenso, aún está por encima de los niveles reportados a inicios de año.

De esta manera, cada día de mayo se diagnosticaron en promedio 5.214 nuevos casos de coronavirus.


Diferencias por zonas

Si bien el retroceso del COVID-19 se ha producido de una manera casi uniforme –con mayor énfasis en Lima Metropolitana–, la epidemia aún sigue en ascenso en Arequipa, la región más importante de la zona sur y que fue sede del último debate presidencial.

El decano del Consejo Regional V del Colegio Médico en Arequipa, Javier Gutiérrez, señaló a El Comercio que en esta región los casos y fallecidos aún están en ascenso. También advierte escasez de oxígeno.

“La situación todavía es crítica y esto subirá por lo menos dos semanas más como consecuencia del debate. Hemos visto congestión de gente, incumplimiento de las medidas de seguridad y muchas veces alentadas por las autoridades. El Gobierno en ningún momento quiso poner a la provincia de Arequipa en alerta extrema”, explicó.


Vacunación al alza

La reducción de contagios coincidió con un mayor ritmo de vacunación, así como la llegada de más fármacos. Solo en el último mes el promedio de dosis aplicadas de la vacuna contra el COVID-19 aumentó de 25 mil a casi 72 mil [ver cuadro].

Según , el mayor avance en la inmunización se dio en el grupo de adultos mayores que superan los 80 años, donde el 70% ha recibido al menos con la primera dosis.


Menor ocupación de los recursos hospitalarios

La cantidad de pacientes hospitalizados por el COVID-19 también disminuyó en el último mes y la demanda se sitúa por debajo de los niveles observados durante la primera ola. Actualmente, la tasa de ocupación de camas alcanza el 58% de la capacidad total, 12 puntos porcentuales menos de lo reportado a finales de abril.

La ocupación de camas UCI se encuentra en un 94% respecto a su capacidad límite. Sin embargo, esta cifra representa un descenso de solo 2% respecto a finales de abril y aún está en niveles por encima del pico de la demanda en la primera ola (1.140 camas).


Para el médico infectólogo Julio Cachay, el retroceso de la pandemia se ha reflejado en una marcada disminución de atenciones hospitalarias, así como en un cambio del paciente afectado por la enfermedad. A diferencia de los primeros meses del año, los jóvenes representan la mayor proporción de pacientes sintomáticos y con complicaciones.

“Según la tendencia, da la impresión de que va a mantenerse en descenso, especialmente con el incremento de la cobertura de vacunación. Esto si se mantiene la condición de ambientes amplios y ventilados con distanciamiento, que son los factores que previenen y cortan la propagación. De otro lado, a medida que pasa más tiempo las personas tienen más conocimiento sobre el verdadero mecanismo de contagio de la enfermedad”, opinó.

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