Por el "Día de todos los santos", personas de todas partes del país llegaron hasta el cementerio Virgen de Lourdes, en Villa María del triunfo, para visitar a sus muertos.
El cementerio más grande del Perú, conformado por 60 hectáreas a lo largo de tres cerros, albergó a visitantes acompañados de música, bailes, alcohol y tristeza.
Al camposanto, cuyas primeras tumbas fueron de inmigrantes, también llegaron miles de comerciantes. Así como al mercado de flores aledaño.