“En estos momentos nos parece que no tiene sentido mantener los vehículos privados sin circular los domingos”, dijo Ántero Flores Aráoz –entonces jefe de un breve Gabinete Ministerial– en una entrevista con la agencia del Estado el sábado, en medio de la crisis que golpea el país.
La respuesta de los ciclistas fue contundente: miles salieron a ‘rodar’ el domingo y, en algunas de las principales vías de Lima, casi no se vieron autos durante varias horas del día.
El recorrido empezó en el parque Kennedy de Miraflores rumbo a la plaza Alameda 28 de Julio, en el Cercado de Lima. Algunos participantes retornaron al sur y otros continuaron hacia la plaza San Martín, donde hubo otra concentración importante.
Gran parte de la movilización ciclista dio una vuelta a la plaza y tomó diferentes caminos, mientras que otro grupo continuó por las avenidas Nicolás de Piérola y Abancay hacia el Congreso de la República, punto de encuentro de una protesta masiva.
“Nuestra llegada [al centro] coincidió con la renuncia de Merino. Después de cantar el himno, los y las ciclistas se organizaron para acercarse a diversos puntos de la ciudad”, señaló Zoé Sandoval, vocero de Actibícimo, un grupo de ciclistas con más de 32 mil seguidores en Facebook.
No hubo violencia ni enfrentamientos con la policía, sí un minuto de silencio por Inti Sotelo y Jack Pintado, los dos jóvenes muertos el sábado por la represión policial.
Es difícil calcular cuántos ciclistas se sumaron a la manifestación del domingo. Se estima que entre 2.000 y 4.000 pedalearon por la avenida Arequipa, pero muchos otros se incorporaron desde otros distritos y rutas.
Participaron no solo diversos colectivos organizados, sino grupos de amigos y familias enteras; muchos portando carteles de protesta contra el gobierno de Manuel Merino y otras consignas. En Lima, una ciudad tomada desde hace décadas por un transporte caótico e informal, montar bicicleta también es una forma de hacer política.
El objetivo de la manifestación no fue solo hacer deporte y promover el transporte sostenible. “Todos nos sumamos por una única causa: la lucha por nuestra democracia”, menciona Nilton López, presidente de Cicloaxion, un colectivo de ciclistas urbanos al que más de 38 mil personas siguen en Facebook.
–Calle y redes–
El activista Carlos Santibáñez, promotor de la movilización, relata que la convocatoria empezó el jueves en la primera movilización masiva contra el gobierno de Merino. “Imprimimos volantes y los hemos repartido desde ese día. En estas manifestaciones, el ciclista tiene un espacio y perfil propio”, añadió.
Las redes sociales fueron claves para la convocatoria a la ‘bicicleteada’ del domingo 15. En Facebook, Twitter, Instagram y WhatsApp se compartieron afiches y diseños para llevar a la marcha, pero también consejos de seguridad y recomendaciones para estar seguros en una protesta.
Santibáñez también explica que la organización fue clave. Un primer grupo de ciclistas estuvo en todo momento delante de la movilización para ‘limpiar’ el camino. “La bici ya es un actor y un distintivo de Lima. Y el mensaje ha sido de rebeldía: cancelan el domingo sin auto, salimos muchos más”, indica.
Nilton López destaca que si algo ha quedado demostrado con las restricciones por la COVID–19 es lo sencillo que es utilizar medios de transporte sostenibles. “Estamos protegiendo nuestra salud y la salud de la ciudad”, indicó.
Para Zoé Sandoval, la principal reflexión es que la bici es una “herramienta para democratizar la ciudad”, pues ha unido –y eso quedó demostrado el domingo– a miles de peruanos.