Mercado informal de GLP incrementa el riesgo de explosiones
Mercado informal de GLP incrementa el riesgo de explosiones
Redacción EC

El 29 de enero pasado, una explosión en un hospital infantil de México D.F. dejó cinco muertos y decenas de heridos. El desastre llegó junto con un camión que transportaba gas licuado de petróleo (GLP). Este iba a abastecer de ese hidrocarburo al centro de salud, pero una fuga de ese gas derivó en la tragedia.

Cabe preguntarse si en Lima podría suceder una tragedia similar. El riesgo en la capital es latente porque la distribución de GLP, combustible que satisface al 75% de la demanda de gas de la ciudad –la diferencia es cubierta por gas natural– no llega a tener un control óptimo y los intermediarios sacrifican seguridad por ganancias.

El GLP tiene propano y butano, y es altamente inflamable. En caso de fugas tiende a ubicarse en lugares bajos, puede ser mortal si se concentra en ambientes cerrados, y una mínima chispa genera una explosión. Además, en determinados porcentajes, su mezcla con el aire es explosiva.

“Lo que pasó en México podría pasar acá. Existe una brecha entre las normas y la realidad. En cuanto al GLP, muchos no respetan las reglas de seguridad”, explica Pedro Gamio, ex viceministro de Energía.

“Los balones de GLP están diseñados para una instalación fija y no movible, como cuando los adaptan en mototaxis para tener combustible. O cuando en ese tipo de vehículos se hace ‘delivery’ de balones y se llevan tres o cuatro a la vez. O también si una camioneta de pasajeros lleva esos cilindros, o incluso si son transportados en bicicleta”, agrega Gamio.

OPERACIONES INOPINADAS

Una caída del balón no genera una tragedia, pero el movimiento durante la transportación predispone a que el balón estalle en el caso de que un eventual choque produzca una chispa eléctrica,  explica el especialista.

Para Gamio, Osinergmin (Organismo Supervisor de la Inversión Privada en Energía y Minería) debería fiscalizar rigurosamente las conexiones de GLP de vehículos y locales  en coordinación con la PNP y el Ministerio Público, que debe actuar de oficio. “El GLP no tiene el control que sí tiene el gas natural”, dice Gamio.

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