A tres días de la violación que sufrió una menor de ocho años, en Comas, aún se desconoce qué sucedió dentro del Hospital Sergio Bernales, a donde la niña fue llevada porque no dejaba de sangrar de sus partes íntimas. La víctima jamás fue atendida en ese establecimiento de salud.
La menor fue ultrajada por su primo, de 13 años, en la sala de la casa de la abuela de ambos, en Collique. En el momento del abuso, su mamá estaba en una habitación, en el segundo piso de la vivienda. El adolescente le había tapado la boca para que nadie escuche sus gritos. Solo un niño de seis años, primo de ambos, fue testigo del hecho. Hasta el momento no ha recibido terapia psicológica, según informaron sus familiares a este Diario.
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Cuando la madre vio a su hija sangrando, en el baño, la cargó en brazos y tomó un taxi, pero en el camino se encontró con un patrullero policial. Los agentes las llevaron al Servicio de Emergencia del Hospital Sergio Bernales, en donde, según el parte policial, “el médico de turno indicó que no podía tocar a la menor y que primero debería ser conducida a Medicina Legal” porque se trataba de un caso de violación. Esto ha sido desmentido por la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud).
“Cuando los médicos están a punto de atenderla, el policía, que acompañó a la madre y a la niña, le sugirió ir al Instituto de Medicina Legal para que la evalúen, mejor ahí, por lo que la menor nunca fue atendida. No hay registro", informó el superintendente Carlos Acosta.
El director del Hospital Sergio Bernales, Julio Silva, entregará a Susalud un informe detallado sobre lo sucedido ese lunes 6 de enero y también mostrará el registro de las cámaras de seguridad del área de emergencia.
-La ruta de la agonía-
Luego de retirarse del hospital, la madre y su niña fueron llevadas al Centro de Investigación Especial de Delitos contra la Libertad Sexual de Menores de la policía, para que les dieran un oficio solicitando la evaluación médica legal que certificaría si fue violada o no.
"Ahí les dijeron a los policías [del patrullero] que no me atenderían porque, seguramente, mi hija estaba sangrando porque era la regla”, contó la mamá. En el patrullero fueron a la comisaría de Collique, donde hicieron los trámites y, finalmente, el examen de medicina legal concluyó que la niña presentaba “signos de acto contra natura reciente, lesión corporal traumática extragenital, y requiere atención médico- quirúrgica de urgencia”.
El martes, la Policía Nacional informó que separaron de sus cargos a los dos agentes que no atendieron a la mamá y a su hija. A través de Twitter, la PNP informó que la teniente Angelita Vega y el suboficial Carlos Cervera, del Centro de Investigación Especial de Delitos contra la Libertad Sexual de Menores, serán investigados por omisión de funciones al no haber auxiliado oportunamente a la víctima.
El quinto juzgado especializado de familia tutelar informó que los menores de 14 años, “merecen una consideración especial, y aun cuando aquel haya incurrido en una conducta típica y antijurídica, no se le puede atribuir culpabilidad, por cuanto no han cumplido esa edad mínima y no podrán considerarse responsables en un procedimiento de infracción a la ley Penal (mayores de catorce años)”. Por tal motivo se dispuso que el adolescente sea puesto en libertad y que reciba tratamiento psiquiátrico.
El comisionado de la Lucha contra la Violencia Hacia la Mujer, general Augusto Sánchez, sostuvo que en los casos de violación lo que prima es la vida y la salud de las víctimas. "Lo primero que se debió hacer, y se hizo, fue atender a la víctima llevándola, dentro de un patrullero, a un nosocomio. Eso es parte del procedimiento policial”, dijo.
-¿Cómo se deben proceder los médicos?-
El superintendente nacional de Salud explicó que cuando llega una víctima de agresión sexual, como este, a un centro médico, lo primero que se hace es comunicar al policía que está de turno en el área de Emergencia del hospital, y este debe avisar a una dependencia policial para solicitar la pericia de medicina legal.
“Los médicos hacen un primer reconocimiento en presencia de su madre y/o apoderado. Luego, en una segunda revisión, el médico retira la ropa de la niña para evaluar sus partes íntimas. La ropa son guardadas para, luego, entregarlas al Ministerio Público, entidad que realizará las investigaciones y peritajes. La evaluación se puede realizar en presencia de un ginecólogo para analizar si la víctima tiene desgarros o lesiones. Se puede llamar a un perito forense del Instituto de Medicina Legal, también para que acuda al hospital. Quiero recalcar que la historia clínica que realicen los médicos tiene un valor médico-legal y sirve para las indagaciones. Para eso nos hemos formado”, detalló.