Redacción EC

Alrededor de las 03:00 a.m. un numeroso grupo de miembros del movimiento llegó hasta el estadio de , por medio de la calle Mendoza Merino, en fila y en orden, para tomar parte de la explanada del recinto deportivo.

Provistos con escaleras, cascos, planchas de metal y madera, equipos de soldadura, y diversas herramientas, los religiosos bloquearon las vías de acceso del área que se encuentra en disputa desde hace dos años. Sería cuestión de horas para que se desate la violencia.

Durante las primeras horas de la mañana este grupo se mantuvo atrincherado en el área del estadio aliancista. Incluso algunos colocaron carteles anunciando que en este lugar se construiría el nuevo templo para su comunidad, tal como lo habían anunciado su líder Alberto Santana.

Sandro Balbín, representante legal de esta iglesia, fue uno de los primeros en pronunciarse. "Tenemos toda la documentación en regla. Somos propietarios", dijo el abogado. La presencia policial y fiscal solo alargaba la espera para el ingreso de los barristas que desde las redes sociales anunciaban algunas convocatorias. Frente a este momento de tensión, los colegios cercanos al inmueble suspendieron las clases para dar seguridad a los escolares.

Pasada las 09:00 a.m., un grupo de presuntos hinchas de Alianza Lima accedió a la explanada por la tribuna oriente del estadio. En ese momento se inició una batalla campal que terminó con la intervención policial, dos personas heridas y tres detenidas.

El enfrentamiento continuó en el exterior del recinto deportivo. Por varios minutos los miembros de El Aposento Alto se resistieron a abandonar el local.

Al mediodía, una vez recuperado el control por la Policía Nacional, algunos hinchas aliancistas iniciaron la limpieza de las paredes del estadio, que fueron pintadas de blanco por los cristianos para ocultar los símbolos del club íntimo. El caso aun no se encuentra cerrado pues la propiedad del terreno sigue en manos del Poder Judicial.

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