(Foto: Fernando Sangama / GEC)
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/ FERNANDO SANGAMA
Redacción EC

El domingo último, el Ejecutivo publicó la guía técnica para restaurantes y servicios afines con modalidad de delivery, los cuales empezarán a operar durante el estado de emergencia nacional por el avance del COVID-19. La norma se oficializó a través de la Resolución N° 250-2020 del Ministerio de Salud (Minsa) y estableció distintos lineamientos para evitar posibles contagios durante los repartos.

En el documento se determinó que el personal de los establecimientos comerciales deberán contar con equipos de protección (guantes, cofia, lentes de protección y mascarilla), según la actividad que realicen. En el caso del reparto del producto, el repartidor deberá mantener una estricta higiene de manos (con jabón o alcohol), controlar su temperatura corporal (no mayor a 37°C) y no presentar síntoma alguno (tos, dolor de garganta, entre otros). Asimismo, tendrá que asegurarse que el contenedor o caja del producto esté debidamente cerrado y desinfectado.

En una primera etapa, el Gobierno ha establecido que la modalidad de servicio a domicilio alcance a restaurantes y servicios afines, tales como cafeterías, pizzerías, confiterías, pastelerías, salones de té, salones de reposterías, salones de comidas al paso, salones de comidas rápidas, fuentes de soda y bares.

Ningún protocolo es 100% eficaz

El debate se ha centrado en la pertinencia de habilitar el delivery para restaurantes y negocios afines en un contexto donde la pandemia –al 5 de mayo– ha cobrado la vida de 1.444 peruanos y peruanas, cifra a la que se suman 51.189 casos confirmados en las 25 regiones del país. Ante tal situación, la pregunta es: ¿los protocolos sanitarios que establezca el Minsa serán 100% eficaces para evitar posibles contagios?

El doctor Elmer Huerta, experto en Salud Pública, explicó a El Comercio que no existe ningún protocolo infalible frente al nuevo coronavirus. “La reactivación del delivery tiene que hacerse guiada por la ciencia, la evidencia y la epidemiología. Bajo esa primera lógica, todas aquellas personas que van a trabajar en restaurantes, preparando alimentos y luego transportándolos, deberían tener un diagnóstico negativo para el COVID-19. Por ello, teóricamente, el único método infalible es que todos los días pasen por una prueba molecular para que sigan trabajando”, dijo.

Huerta agregó que, como tal escenario es inviable e impráctico, en el Perú se tienen que evaluar las prioridades en el reparto. Es decir, habilitar el envío a domicilio en servicios que sean realmente necesarios para la mayoría de la población, no para unas cuantas personas en zonas urbanas. “Se debe medir eso para poner las cosas en una balanza de prioridades”, concluyó.

En esto coincide César Cárcamo, experto en Epidemiología y profesor en la Universidad Peruana Cayetano Heredia: “Definitivamente, no hay un protocolo 100% eficaz y el riesgo de contagio siempre existe. Sin embargo, habilitar el delivery tiene pros y contras: la ventaja es que previene que las personas ya no acudan a los mercados y se eviten así las aglomeraciones; la desventaja es que aún no se conoce a ciencia cierta si fomenta la propagación del virus en una jurisdicción”.

Cárcamo indicó que, en esa línea, se debería habilitar el servicio de delivery en negocios locales, dentro de un mismo distrito, donde se recorren distancias cortas. Esto, teniendo en cuenta que la fiscalización del cumplimiento del protocolo sanitario estará a cargo de los municipios distritales. “El monitoreo tiene que ser diario, pero se puede tener un primer balance general luego de dos semanas”, dijo.

Recomendaciones y experiencias

La discusión sobre qué servicios tienen el delivery habilitado ya se ha dado en otros países. En Chile, por ejemplo, el Gobierno estableció que únicamente los negocios de comidas y abastecimiento de artículos de primera necesidad puedan realizar repartos a domicilio. Está prohibido para las tiendas de retail o tiendas por departamento, así como locales de emprendedores que no podrían cumplir con los protocolos sanitarios debido a su menor alcance.

En Argentina, los restaurantes tuvieron que cerrar debido a la cuarentena, pero recientemente el Gobierno reactivó este rubro aunque únicamente con servicio de envío a domicilio. Como la mayoría de locales comerciales no contaba con repartidores, dependían de las aplicaciones de delivery (Rappi, Glovo, Uber Eats) que también han sido habilitadas, a diferencia del Perú.

En Colombia, las autoridades permiten el delivery solo para la entrega de productos de primera necesidad y de locales gastronómicos por medio de motocicletas y bicicletas, las cuales deben estar plenamente identificadas. Estas experiencias internacionales han dejado una serie de recomendaciones para quienes reciben los productos repartidos, las cuales pueden resumirse en cuatro pasos:

  1. UTILIZAR MASCARILLA Y GUANTES: Para recibir los productos, es indispensable que se utilicen equipos de protección especial. El repartidor no debe retirarse el casco.
  2. ESTABLECER UNA ZONA DE DESPACHO: Es importante que se delimite un área en la vivienda o el edificio para recibir los productos, la cual debe ser desinfectada a diario.
  3. EVITAR EL PAGO EN EFECTIVO: Se recomienda utilizar sistemas de transacciones digitales para realizar los pagos, a fin de no manipular billetes y/o monedas.
  4. DESINFECTAR LOS PRODUCTOS: Cada producto recibido debe ser desinfectado –individualmente– con una solución de agua y lejía antes de ser utilizado.

¿Quiénes son las personas que corren más riesgo por el coronavirus?

Debido a que el COVID-19 es un nuevo coronavirus, de acuerdo con los reportes que se tienen a nivel mundial, las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes son las que desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.

¿Cómo se contagia el coronavirus?

El COVID-19 se contagia por el contacto de una persona sana con otra que esté infectada. Esta enfermedad se propaga de persona a persona mediante las gotículas procedentes de la nariz o boca cuando el que se encuentra enfermo tose o exhala.

En muchos casos, estas gotículas caen sobre objetos o superficies, que después tocan otros individuos y se llevan a la nariz, ojos o boca cuando pasan sus manos por la cara.

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