El comportamiento que genera que las personas hagan largas colas en los principales supermercados y centros de ventas de diferentes puntos del país para vaciar los anaqueles tras los anuncios de la propagación del COVID-19 se conoce, según los psicólogos, como compras de pánico.
- Coronavirus en Perú: Martín Vizcarra anuncia que los casos han aumentado a 28
- Histeria al por mayor: cientos de limeños abarrotan los supermercados por pandemia del coronavirus | CRÓNICA
- Coronavirus en Perú: vuelos desde Europa y Asia quedan suspendidos por 30 días a partir del 16 de marzo
- Coronavirus en Perú: ¿desde cuándo la transmisión de la enfermedad sería comunitaria?
Se originan ante el temor de no poder controlar los riesgos de una supuesta amenaza, en este caso esta nueva enfermedad y la afectación que puede tener en la salud.
Para el doctor Yuri Cutipé Cárdenas, director ejecutivo de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), con la información adecuada la gente debe volver a la calma, pues se trata de “un mecanismo de defensa que tiene que ver con acopiar elementos de supervivencia como primera reacción, puesto que, mientras las personas más conozcan la enfermedad, se calmarán y se darán cuenta de que inicialmente hubo una exageración con estas compras”.
En busca del control
En esa misma línea, la psicóloga y vicepresidenta para Latinoamérica de la Organización Internacional de Estudios Psicoanalíticos, Giuliana Rivera, señala que algunas personas son más propensas que otras a este tipo de comportamiento. Es la forma que tienen para buscar la sensación de control.
“Las personas ante esto que no conocen, que es el coronavirus, sienten incertidumbre y se van generando en sus mentes ideas recurrentes de que no tienen el control, que esto se les escapa de las manos y sienten que tienen que tener algo para poder manejar esta situación. Una reacción es comprar cosas”, menciona la especialista.
En efecto, los psicólogos resaltan que el coronavirus asusta porque, al ser una nueva enfermedad, hay mucha información que desconocemos. Esto sin duda origina que lleguemos a comprar de manera indiscriminada productos básicos, como el papel higiénico, que no necesariamente van a evitar la propagación de la enfermedad.
La doctora en Psicología por la PUCP Rosa María Cueto menciona que ante las situaciones de amenaza o de temor “la gente reacciona de esta manera que a veces nos puede parecer sobredimensionada, pero lo que hay que considerar es que estamos viendo reacciones normales ante situaciones que no son normales”.
Es comprensible, agrega, pero no significa que no tengamos que apelar a la razón y evaluar si nuestro comportamiento casi automático de ir y acabar la provisión de jabón y el papel higiénico de los supermercados no es contraproducente o mínimamente egoísta.
Ante ello, la especialista hace un llamado de atención: “Lo que está sucediendo es que quienes necesitan mascarillas, guantes y desinfectantes, porque tienen una persona enferma en casa, no van a encontrar lo que necesitan”.