Ana Briceño

Nancy Dahua Carihuasary es optimista a pesar de que su vida está en riesgo. Nació en Iquitos, tiene 57 años, y hace tres meses le detectaron cáncer de mama en cuarto grado.

Su situación es, probablemente, la que afrontan miles de peruanos que no tienen dinero suficiente para pagar los tratamientos de quimioterapia, una mastectomía o los medicamentos para mitigar los dolores. El problema se agrava porque a ella le han negado el acceso al Seguro Integral de Salud (SIS) y no puede ser atendida de manera gratuita en el (INEN).

—Atrapada—
En 1994, Jorge Tanchiva, hijo de Nancy, murió en la zona de emergencia en la provincia de Tocache, en San Martín. Era un soldado que, según ella, se empecinó en “servir a su patria y luchar contra el terrorismo”. Se enroló en el Ejército del Perú y murió a los 16 años “en acción de armas”.

La Subdirección de Administración de Derechos de Personal del Ejército dispuso, a raíz del fallecimiento, otorgarle a Nancy una pensión mensual equivalente al sueldo de un suboficial, es decir S/1.700.

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mueren cada día en el Perú a causa del cáncer de mama, según el Ministerio de Salud (Minsa).

“Con los descuentos por mis préstamos saco S/650, que no me alcanzan para pagar la quimioterapia que cuesta ocho mil soles”, se queja. Vive en Lima desde hace más de cinco años, es viuda y tiene cuatro hijos.

Cuando le diagnosticaron el cáncer de mama, Nancy intentó afiliarse al SIS, pero le dieron la mala noticia de que no podía porque ella recibía esa pensión del Ejército y, por lo tanto, no tenía derecho al seguro, al que acceden solo las personas de bajos ingresos económicos.

“Me dijeron que debido a que recibía esa pensión, tenía el seguro del Hospital Militar. Pero cuando fui allí me informaron que no cubría el cáncer”, dice resignada.

Desde ese entonces, el dinero mensual que recibe por la muerte de su hijo ha pasado a ser una traba para curarse de un mal que avanza cada día. Ahora su único deseo es afiliarse al SIS. Incluso, ella asegura que no le importa renunciar a su pensión para ser atendida con el seguro.
Hasta la semana pasada, Nancy fue al Cuartel General del Ejército del Perú, tocó decenas de puertas para suplicar que le suspendieran el pago mensual, entregó documentos, pero todos le dijeron que tuviese paciencia. La respuesta final, sin embargo, fue: “No podemos hacer nada. Le recomendamos que le pida ayuda al presidente Kuczynski”.

Fuentes de la Oficina de Planillas del Ejército del Perú nos informaron que “lamentablemente no es posible renunciar a ese pago mensual”.
“No sé cómo explicarles que no quiero esa pensión, porque por ese pago no puedo estar en el SIS. Deseo salvar mi vida, primero”, dice.
El requisito fundamental para estar afiliado al SIS es no pertenecer a ningún otro seguro de salud. Además, certificar que no se cuenta con recursos económicos.

Hace un mes, Nancy solicitó a la Municipalidad de Cieneguilla, distrito donde vive, una clasificación socioeconómica para que evalúen su situación de pobreza y así pueda contar con el SIS. Luego de la verificación que realizaron, la comuna determinó que sí ameritaba ser afiliada al seguro. Creyó que, quizá, con esa certificación contaría con él.

“Me fui a las oficinas del SIS, en Santa Anita, pero me volvieron a rechazar. Les dije que el seguro del Hospital Militar no me cubría el cáncer, pero no conseguí nada”, cuenta entre llantos.

El capitán Omar Santa María, quien forma parte de la Sanidad del Hospital Militar, precisó que todos los suboficiales y oficiales diagnosticados con cáncer tienen derecho a una cobertura básica de salud, que consiste en la quimioterapia, hospitalización y la entrega de algunos fármacos.

“Hay exámenes más especializados y medicamentos costosos que muchas veces el seguro no cubre, por eso algunos cuentan con un seguro oncológico, por el cual pagan S/20 al mes”, dijo.

El ex ministro de Defensa Roberto Chiabra recomendó a Nancy acudir al Ministerio de la Mujer para que la ayuden. “No puede renunciar a esa pensión y tampoco quedar desamparada”, remarcó.

Nancy dice que ha ido en más de una ocasión al INEN para ir familiarizándose con el lugar donde busca ser atendida por el tumor que tiene en el seno izquierdo. Su fuerza para vencer el cáncer crece cada día.

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