En el 2012, los huaicos dejaron dos fallecidos y 1604 damnificados en Chosica. El temor de la población existe al igual que los riesgos (Foto: GEC/Hugo Curotto)
En el 2012, los huaicos dejaron dos fallecidos y 1604 damnificados en Chosica. El temor de la población existe al igual que los riesgos (Foto: GEC/Hugo Curotto)
Yasmin Rosas

“Vivo acá 58 años y he visto huaicos toda mi vida. He sido testigo de cómo el agua ha inundado las casas; el lodo y las piedras han destruido todo lo que había a su paso “. Lo dice Sofía Zevallos, una mujer que vive en la zona de Carossio, una de las 16 quebradas que se activan en cuando las lluvias arrecian en las zonas altas.

Sofía dice que en su zona, una urbanización que se asentó hace muchos años sobre el cauce natural de la quebrada Carossio, viven más de 100 familias expuestas a los huiacos. “Hay mucha gente -dice- que se estresa y tensiona por lo que va a pasar. Todos los años es lo mismo y el apoyo de las autoridades municipales es mínimo. Somos los vecinos los que muchas veces nos nos organizamos para actuar de manera rápida ante cualquier emergencia”.

A lo largo de la empinada caída de Carossio, algunos vecinos construyeron muros altos para proteger sus viviendas de la embestida del lodo y las rocas. Son paredes de cemento y otras de piedra. Sin embargo, algunas viviendas están totalmente desprotegidas. Un fuerte huaico traería abajo sus casas como ocurrió en el 2012.

En la quebrada Carossio habitan más de 1800 personas. En la zona alta hay una malla antihuaicos que los protegería ante la eventual activación. Sin embargo, el temor no persiste durante estos meses de verano (Foto: GEC/Hugo Curotto)
En la quebrada Carossio habitan más de 1800 personas. En la zona alta hay una malla antihuaicos que los protegería ante la eventual activación. Sin embargo, el temor no persiste durante estos meses de verano (Foto: GEC/Hugo Curotto)

Aquel año, en Chosica, los huaicos hicieron colapsar 569 viviendas y afectaron a otras 525. Sobre la cantidad de personas que sufrieron por el desastre natural, el Indeci reportó que dos fallecidos, 1604 damnificados y 3.841 afectados.

Sofía Zevallos ya vivía en la zona de Carossio. Ella recuerda que en la zona alta estaba lloviendo y eso provocó un río de lodo y piedras. Fue tan fuerte la embestida del huaico que una máquina pesada del municipio fue arrastrada y a su paso destruyó varias casas. Una fue la de Sofía. “El brazo hidráulico rompió la pared de la fachada y destruyó parte del primer y segundo piso”.

Años después, el 2016, la Autoridad Nacional del Agua instaló en la quebrada Carossio una malla antihuaicos que defendió a los que viven en la zona de las consecuencias del Niño Costero del 2017. Toneladas de piedra y lodo quedaron contenidas detrás de las estructuras metálicas.

Este año, los vecinos de Sofía ya han empezado a organizarse. Están recibiendo algunos implementos del municipio como sacos de arena para poner en la entrada de las casas.

Chosica, con 234.570 habitantes, es uno de los distritos más vulnerables de Lima Metropolitana cuando hablamos de huaicos. Según el Plan de Prevención y Reducción de Riesgo de Desastres 2019-2020, de la Municipalidad de Lima, en este distrito y también en Chaclacayo hay 98.063 personas viviendo en 16 quebradas, es decir, expuestos a este tipo de fenómenos. Se estima que en riesgo hay 14.675 viviendas. También un número importante colegios, hospitales, postas, iglesias, comedores, locales comunales y otras infraestructuras en peligro.

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-Plan de acción-

Según la Comisión Multisectorial del ENFEN (Estudio Nacional del Fenómeno El Niño), tanto El Niño Costero como la Niña Costera pasaron a “no activo”. “Se espera durante la temporada de verano la normalización de la temperatura superficial del mar en la región que incluye la zona norte y centro del mar peruano. Sin embargo, La Niña continuará desarrollándose en la zona del Pacífico central con menos intensidad”. El próximo reporte del ENFEN saldrá el 14 de enero. En este se podrá saber con más precisión qué pasará este verano.

Aún cuando los reportes actuales no manifiestan una advertencia, El Comercio visitó Chosica esta semana para conocer qué labores se están haciendo en la zona. William Zegarra, subgerente de Defensa Civil de esta municipio, culpó a las anteriores autoridades de una mala gestión del riesgo. “Nosotros tenemos una visión de desarrollo basada en la prevención. Somos un distrito que convive con el río y debemos dedicar tiempo en trabajar en las quebradas y puntos críticos para poder reducir los daños y darle tranquilidad a la población”, dijo.

Sofía Zevallos vive más de 50 años en la zona de Carossio, una de las 16 quebradas activas que rodea al distrito de Lurigancho-Chosica. En la imagen señala la parte que se destruyó en el 2012 debido a un huaico que arrastró maquinaria pesada dejada por la comuna en la zona alta. (Foto: Hugo Curotto)
Sofía Zevallos vive más de 50 años en la zona de Carossio, una de las 16 quebradas activas que rodea al distrito de Lurigancho-Chosica. En la imagen señala la parte que se destruyó en el 2012 debido a un huaico que arrastró maquinaria pesada dejada por la comuna en la zona alta. (Foto: Hugo Curotto)
/ HUGO CUROTTO

Además de la construcción de canales, diques, muros de contención y calzaduras, el plan de la comuna se ha basado en la arborización de las zonas altas en los cerros. “Es un trabajo de mediano y largo plazo para evitar la erosión de los terrenos durante las lluvias. Hasta el momento hemos plantado más de 40 mil árboles y muchos de esos plantones ya tienen casi 1,5 metros de alto”, explica.

En un trabajo conjunto con la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), se ha logrado quitar un aproximado de 40 mil metros cúbicos de tierra y piedras acumulados en las 22 geomallas del distrito, una de ellas la instalada en Carossio. “Desde el 2019 nosotros hemos empezado con estos trabajos de limpieza. Los técnicos de la ANA han podido verificar el estado de las barreras dinámicas y arreglar los lugares en los que habían desperfectos”, dice Zegarra.

En el distrito de Lurigancho- Chosica existen 16 quebradas activas y 22 barreras dinámicas o geomallas. Se estima que en cada uno de estos puntos se encuentran entre dos a tres mallas, las cuales atrapan las rocas y retienen la tierra para que no lleguen a las zonas urbanas. (Foto: Hugo Curotto)
En el distrito de Lurigancho- Chosica existen 16 quebradas activas y 22 barreras dinámicas o geomallas. Se estima que en cada uno de estos puntos se encuentran entre dos a tres mallas, las cuales atrapan las rocas y retienen la tierra para que no lleguen a las zonas urbanas. (Foto: Hugo Curotto)
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-Bajo la lupa-

Para Sofía Zevallos, que ha sido víctima de la furia de los huaicos en carne propia, esta nueva gestión aún se encuentra a prueba. Ella, su familia y vecinos poco o nada creen en los grandes avances, planes y obras que se ven como soluciones prometedoras para mitigar daños.

En el 2012, la vivienda de la familia Zevallos quedó completamente inundada. Las dos plantas empozaron el agua y tomó varios días poder quitar el lodo y las piedras que se acumularon allí dentro.

Tuvimos que contratar maquinaria particular y uno de nuestros muros fue destruido por una máquina que fue arrastrada por el huaico. En ese entonces, la municipalidad estaba haciendo obras y no hubo tiempo de sacar el vehículo. Fue una situación terrible, pero es el lugar donde nosotros vivimos y no todos tenemos las posibilidades económicas para salir de aquí. Somos resilientes y cada vez aprendemos a convivir más con esto”, explica Sofía.

Imagen de cómo termino la quebrada Carossio después del huaico del 2012. Sofía Zevallos señala que se demoraron semanas en limpiar la zona. (Foto: Hugo Curotto)
Imagen de cómo termino la quebrada Carossio después del huaico del 2012. Sofía Zevallos señala que se demoraron semanas en limpiar la zona. (Foto: Hugo Curotto)

En otra zona, en la Villa Don Bosco, Óscar Luyo, quien también ha vivido toda una vida en Chosica, critica la falta de planificación y la discontinuidad de las obras. “La anterior gestión hizo muros y dejó huecos por donde puede pasar el agua e inundar las casas. Hay mucha dejadez. Esas obras se deben hacer con tiempo; ahora en estos meses ya es muy tarde para poder subsanar lo que está mal. Me preocupa la seguridad de los vecinos”, explica el hombre.

Desde la gerencia de Defensa Civil y Prevención de Riesgos se dio a conocer que los vecinos han participado en capacitaciones y que la comuna se ha encargado de equiparlos para que puedan ayudar en la labor de prevención y atención ante cualquier panorama adverso.

Nosotros contamos con un plan de acción para todo el distrito, pero que tiene especificaciones para cada quebrada. Allí se han contemplado estrategias que se han adaptado a la realidad de las personas y al entorno en el que se desarrollan. Desde ya, le decimos a la población que el distrito está preparado para afrontar esta temporada de lluvias”, sostiene el funcionario Zegarra.

De acuerdo con la comuna, se tienen planes de contingencia específicos para cada quebrada y zona de riesgo. Además, señalan que la entrega de sacos de arena es una acción preventiva, que complementa los proyectos de construcción de diques, muros de contención, canales, etc. (Foto: Hugo Curotto)
De acuerdo con la comuna, se tienen planes de contingencia específicos para cada quebrada y zona de riesgo. Además, señalan que la entrega de sacos de arena es una acción preventiva, que complementa los proyectos de construcción de diques, muros de contención, canales, etc. (Foto: Hugo Curotto)
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Se ha constatado el estado de los cuatro pluviómetros, instrumentos para medir la cantidad de lluvia, instalados en las zonas de San Antonio, Libertad, Corrales y La Cantuta, asegura el municipio. De ser el caso, estos artefactos mandan una señal y se activa un sistema de alerta temprana que permite comenzar la evacuación de las personas que viven en las zonas de riesgo.

Se está cerrando un acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) para instalar pluviómetros en otras quebradas importantes e también un radar de monitoreo que cubra el comportamiento del río Chillón.

El Comercio también recorrió algunas zonas de Chaclacayo, donde los vecinos tienen temor por la crecida del río Rímac en las últimas semanas y desconocen si el municipio tiene un plan. A pesar de la solicitud de entrevista con la gerencia de Gestión del Riesgo de Desastres de este municipio, al cierre de esta nota, no obtuvimos respuesta.

La comuna señala que en un trabajo conjunto con la Autoridad Nacional del Agua y el Indeci se han logrado quitar un aproximado de 40 mil metros cúbicos de tierra y piedras acumulados en las 22 geomallas del distrito. (Foto: Hugo Curotto)
La comuna señala que en un trabajo conjunto con la Autoridad Nacional del Agua y el Indeci se han logrado quitar un aproximado de 40 mil metros cúbicos de tierra y piedras acumulados en las 22 geomallas del distrito. (Foto: Hugo Curotto)
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Para tomar en cuenta

  • El Senamhi ha venido anunciando el incremento del caudal del río Rímacdebido a las precipitaciones que se han reportado durante los últimos días, sobre todo entre la parte media y alta de la cuenca, específicamente en los sectores de San Mateo y Casapalca. La temporada de lluvias dura hasta finales de abril.
  • A la población que vive cerca de estas zonas de riesgo, se le exhorta a mantenerse informada y tomar las precauciones correspondientes, así como evitar realizar actividades cercanas a los ríos. Las alertas hidrológicas se pueden encontrar en las redes sociales y página web del Senamhi.
  • Indeci recomienda que las autoridades locales ejecuten sus planes de contingencia, prepararen sus sistemas comunitarios de alerta temprana, prevean la organización de la población y dispongan del monitoreo permanente de los ríos para tomar medidas de alerta y evacuación.

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