El Perú ya está en la tendencia mundial de una disminución, durante los últimos años, del número de nacimientos, de acuerdo con las cifras divulgadas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), lo que genera una serie de interrogantes sobre las razones que llevan a las parejas, sobre todo a los jóvenes, a no tener hijos o no casarse.
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En el estudio se detalla que en nuestro país, entre los años 2022 y 2023, la inscripción de nacimientos pasó de 516,295 a 462,755, representando una disminución de 53,540 (-10,4%), mientras que, en el periodo 2019-2023, se ha observado un descenso en el número de nacimientos inscritos, disminuyendo en 118,267, lo que representa un 20,4%.
En el documento, el INEI remarca que los nacimientos inscritos reflejan una tendencia decreciente, con una caída más pronunciada durante el 2020, pero recordó que en ese año se inició la pandemia del COVID-19 y se dictó un confinamiento desde marzo de ese año, en donde se restringieron servicios como la inscripción de nacimientos en las oficinas de Reniec.
En el periodo comparativo 2022-2023, la inscripción de nacimientos solo se incrementó en el departamento de Loreto (25,6%). Por otro lado, los mayores descensos registrados fueron en Lima Metropolitana (-16,9%), Amazonas (-15,8%), Pasco (-14,9%), Huánuco (-14,3%), Madre de Dios (-14,2) y La Libertad (-13,8).
Cifra de matrimonios también cae
El INEI informó que, en el 2023, se registraron 66,804 matrimonios, cifra que representa una disminución en 18,738 (21,9%) comparado con el 2022, que alcanzó 85,542. A nivel departamental, 31,057 matrimonios fueron inscritos en Lima Metropolitana, le siguen Arequipa (4,158), Lima (3,090) y Junín (2 862), entre los principales. En el otro extremo, una menor inscripción se presentó en el Callao (37) y Madre de Dios (64).
El 33,0% (21,929) de los matrimonios fueron celebrados en Lima Metropolitana, le siguen Arequipa (4,155), Piura (3,477), Callao (3,456) y Lima (3,358), entre los principales; por el contrario, en Madre de Dios (274) se celebraron menor cantidad de matrimonios. En comparación con el 2022, los únicos departamentos que registraron incremento fueron el Callao (28,9%) y Lima (14,8%).
En el Perú, durante el 2023, se celebraron 20 matrimonios por cada 10,000 habitantes. La tasa más alta se observó en Lima (33,7), el Callao (29,0) y Arequipa (26,3). Respecto al 2022, solo las dos primeras (Lima y el Callao) mostraron incrementos de 3,9 y 6,1 matrimonios por cada 10,000 habitantes, correspondientemente. Por el contrario, la tasa más bajo se observó en Amazonas (10,9) y Cajamarca (11,3).
En cuanto a los divorcios, en el 2023, se inscribieron 16 538 divorcios en todo el país, cifra menor en 2 713 divorcios (-14,1%) respecto al año 2022; y mayor en 53 divorcios con relación al año 2019.
Muchas parejas se están casando a mayores edades
John Silva Zúñiga, jefe del Servicio de Centro Obstétrico del Instituto Nacional Materno Perinatal (INMP), indicó que uno de los factores que contribuiría a la disminución del número de nacimientos sería que muchas parejas se están casando a mayores edades.
En ese contexto, remarcó que las posibilidades de que una mujer quede embarazada bajan significativamente a partir de los 35 años. Señaló que el promedio actual en el país es que una mujer tenga dos hijos.
Además, el especialista remarcó que otro factor es que las mujeres postergan sus embarazos porque desean prepararse para ser profesional y obtener un trabajo.
Silva Zúñiga remarcó que la pandemia y la situación económica del país también han impactado en las expectativas de las parejas de convertirse en padres.
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“Hay los factores económicos y un poco que se han acentuado en la pospandemia. La mayoría de las personas ha tenido problemas económicos y también ha sido un factor que ha influido en que las familias decidan posponer de repente el tener hijos”, manifestó.
Disminución del número de nacimientos tendrá un impacto e la fuerza laboral a futuro y en un mayor envejecimiento de la población
El antropólogo Carlos Aramburú, experto en demografía, explicó a El Comercio que la fecundidad en el Perú viene cayendo sostenidamente desde los años 50, incluso recordó que esa época era común que las mujeres tuvieran, en promedio, hasta 7 hijos, la cual consideró que era “una tasa altísima”.
El especialista explicó que la disminución del número de nacimientos en el país venía cayendo de manera lenta, pero luego se hizo más rápida y se acentuó en los últimos años. Sin embargo, precisó que se trata de “un fenómeno mundial y que no es anormal”.
“En los últimos cinco a seis años se ha acelerado muchísimo esa caída (del número de nacimientos), después de un periodo de estancamiento de 2.2 hijos por mujer, pero hoy tenemos a nivel nacional un promedio de 1.8 hijos por mujer en completa vida reproductiva, que se conoce como una tasa por debajo de reemplazo”, informó Aramburú.
En esa línea, el experto explicó que existen factores macrosociales que han tenido impacto en la disminución de la natalidad, como la urbanización, la mejor educación de la mujer y el aumento del trabajo femenino.
“Son tres factores: la mejor educación de la mujer, que hace que tenga una mejor vida profesional, el incremento del trabajo femenino en el Perú y la urbanización, son tres los fenómenos que explican un poco esta tendencia a largo plazo, aunque se ha acelerado en la última década”, manifestó.
También indicó que hay factores microsociales que explican la actual tendencia decreciente de nacimientos, como la decisión de la mujer a casarse a una edad más tardía y la menor duración de las uniones.
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“La mujer tiende a casarse cada vez más tarde, sobre todo la mujer más educada porque primero quiere terminar su educación y conseguir un buen trabajo. Entonces, el matrimonio no es un punto de partida, es un punto de llegada. Y eso se refleja en el aumento importante de matrimonios con separación de bienes”, argumento.
“Lo que es importante son dos cosas: cambios en el estatus de la mujer, que ahora aspira a trabajar, tener vida laboral y vida profesional, y se casa más tarde. La edad promedio de unión antes era 21 o 22 años, ahora está por encima de 28 o 29 años”, agregó.
Aramburú enfatizó que esta situación tendrá un impacto en la fuerza laboral a futuro y en un mayor envejecimiento de la población. Incluso, resaltó que si una generación debe reemplazar a sí misma tiene que haber, más o menos, 2.1 de nacimientos de hijos por mujer, pero que actualmente se tiene un promedio de 1.8, lo que significa que la población a futuro no solamente crecerá más despacio, sino que tenderá a disminuir.
“Hay dos consecuencias en este decrecimiento de la fecundidad: uno es la disminución de la población en edad laboral, que va a tener que asumir la carga de los adultos mayores, y el segundo es un mayor envejecimiento, ya que esta ola son jóvenes que nacieron hace 20 o 30 años y que ahora van a tener que mantener a los abuelos”, señaló.
“Desde el punto de vista laboral no es necesariamente un problema muy serio por dos razones: primero, la economía tiene a diversificarse y a tecnificarse, entonces, hay reemplazo de mano de obra. Lo que importa más que el tamaño de la fuerza laboral es su capacitación”, añadió.
En esa línea, refirió que los dos retos que afronta el Perú en estos momentos son que hasta el momento hay una fecundidad no deseada que no se ha podido bajar, y en segundo lugar el envejecimiento de aquí a 20 años aproximadamente.
“El Perú se encuentra en tránsito a una sociedad más urbana”
El psicólogo social Jorge Yamamoto indicó que la reducción del número de nacimientos en el Perú representa un tránsito de las sociedades rurales a unas más urbanas, donde ya hay mayores recursos económicos, pero el costo de vida aumenta.
“Esta es una característica muy común en diferentes países que pasan de un contexto modernización. ¿Qué entendemos en este contexto por modernización? Un paso de la sociedades agrícolas, ganaderas y rurales a unas más urbanas, que se caracterizan no tanto por un país con una base de pobreza muy amplia, que paradójicamente se caracteriza con una alta tasa de natalidad, sino por un país donde ya hay mayores recursos económicos, pero el costo de vida aumenta”, indicó Yamamoto a El Comercio.
Remarcó, no obstante, que en el Perú y Colombia los estudios han determinado que en América Latina, a diferencia de Europa Occidental, aún se sigue manteniendo la importancia de la familia nuclear con hijos, pero la decisión de convertirse en padres lo postergan para más adelante y reducen la cantidad de hijos.
En cuanto a la disminución de matrimonios en el Perú, Yamamoto remarcó que en nuestro país se encuentra en medio de dos extremos: por un lado, el caso de parejas que deciden convivir desde muy jóvenes y, y en otro lado, la obligación a la mujer de casarse.
“Es una tendencia mundial en los países más ricos. La tasa de emparejamiento informal, por decirlo de alguna manera, es más alta. En las sociedades tradicionales rurales, ahí el matrimonio es prácticamente una cosa determinante, hasta es una vergüenza, especialmente para la mujer, que conviva, pero luego, en el otro extremo tenemos países ricos que los jóvenes conviven desde la universidad y, en muchos casos, tienen sus hijos, tienen un hogar establecido, algo que uno pueda ver como un matrimonio funcionalmente pero nunca se han casado. También es cierto que en esas sociedades que confieren derechos automáticos”, expresó.
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“Frente a esos dos extremos, el Perú urbano está pasando por ese tránsito. Porque nos podemos ir a las comunidades amazónicas remotas y es tal cual ocurría hace 3 mil años, y podemos irnos a ciertos grupos de hispters un poco posmodernos y también están conviviendo en una edad temprana. Los estilos de vida y las presiones sociales acerca de la formalización han cambiado bastante y van a seguir cambiando”, agregó.
Población de América Latina crece menos de lo esperado y llega a los 663 millones
La población de América Latina y el Caribe alcanza actualmente los 663 millones de habitantes, un 3,8% menos de lo previsto hace dos décadas, informó el jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“La mortalidad y la fecundidad de la región pasaron de ser elevadas en los años cincuenta a ser bajas en la actualidad”, sostuvo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en un informe enviado a la prensa.
El estudio, elaborado por el observatorio demográfico del organismo, revisa a la baja la proyección del 2000, cuando estimó que para este año la población llegaría a los 689 millones de habitantes.
En 2020 en la región vivían 654 millones de personas.
“La caída de la fecundidad es un hecho sin precedentes: en la década de 1950, las mujeres de la región tenían en promedio 5,8 hijos durante su período reproductivo; en 2024, ese número ha caído a 1,8″, destacó el informe.
La fecundidad de las mujeres de 15 a 19 años y de 20 a 24 años bajó en todos los países de la región a partir del siglo XXI.
En América Latina, Chile y Costa Rica mostraron la caída más pronunciada con un descenso del 91% y 70% respectivamente.
Las mujeres han retrasado la maternidad. Mientras que en 2000, la mayoría de ellas tenía hijos a partir de los 21 años, en 2024 la edad promedio es de 24 años.
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Y se espera que en 2050 se postergue hasta los 28 años, señala la Cepal.
A la par con la reducción de los nacimientos, la población se ha envejecido aceleradamente.
Hace 70 años la mitad de los habitantes tenía 18 años, ahora se estima que la media se ubica en los 31.
“El envejecimiento incide en todos los ámbitos de la política pública y, sobre todo, conlleva un aumento de la demanda de servicios de cuidados de largo plazo”, alerta la Cepal.
Medidas en otros países para impulsar la tasa de natalidad
Tokio, la capital de Japón, lanzó su propia aplicación de citas, medida que forma parte de un plan del Gobierno para impulsar la baja tasa de natalidad en el archipiélago, informaron las autoridades locales.
Los usuarios tendrán que presentar la documentación que pruebe que están solteros y firmar un documento que atestigüe que desean casarse.
La aplicación también requerirá un comprobante de los impuestos que demuestre el salario anual.
“Sabemos que 70% de la gente que quiere casarse no participa activamente en eventos o con aplicaciones para encontrar pareja”, indicó a la agencia AFP, en junio pasado, un funcionario de las autoridades de Tokio a cargo del la nueva aplicación.
“Queremos darles un pequeño empujón para que la encuentren”, añadió.
Las autoridades municipales japonesas organizan a veces eventos para que las personas se conozcan y se creen parejas, en un intento de frenar la baja natalidad del país, ´pero es poco usual que desarrollen sus propias aplicaciones.
Como parte del proceso de registro en esta aplicación se tendrá que realizar una entrevista para confirmar la identidad de los usuarios.
La aplicación está siendo probada desde finales del año pasado.
Japón registró en 2023, por octavo año consecutivo, una bajada de sus cifras de natalidad, de un 5,1%, hasta situarse en 758.631 nacimientos, según los últimos datos del gobierno. El número de decesos fue de 1.590.503.
El archipiélago se enfrenta a una escasez de mano de obra y el entonces primer ministro, Fumio Kishida, prometió una serie de medidas para intentar aumentar la tasa de natalidad, entre ellas ayudas económicas a las familias y un mejor acceso a los cuidados de los niños.
Corea del Sur
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, dijo que quiere crear un nuevo ministerio para revertir la baja tasa de fertilidad del país asiático, amenazado por una crisis demográfica.
“Pido la cooperación del Parlamento para revisar la organización del gobierno para crear un ministerio de planificación contra la baja tasa de fertilidad”, declaró en un discurso a la nación.
El gobierno ha invertido miles de millones de dólares para incentivar la natalidad, pero en 2023 el país registró solo 230.000 nacimientos, el mínimo histórico desde el inicio de la serie estadística en 1970.
La tasa de fertilidad (el número de hijos que se espera que tenga una mujer en su vida) cayó a 0,72, lejos del 2,1 necesario para mantener la población actual de 51 millones de habitantes.
Esto sitúa a Corea del Sur como el país con una menor tasa de fertilidad dentro de la OCDE, y también en el que las mujeres tienen a su primer hijo más tarde, a los 33,6 años.
La baja natalidad sumada a la larga esperanza de vida de los surcoreanos, una de las más altas del mundo, cierne la amenaza de una crisis demográfica sobre el país.
Los miles de millones de dólares destinados a subsidios económicos para los padres, servicios de guardería y ayudas para tratamientos de infertilidad no han conseguido frenar el declive.