Ser usuario del Metropolitano implica tener la seguridad de dos escenarios: habrá colas y los buses estarán llenos, especialmente en la hora punta que ha dejado de limitarse a momentos específicos del día para prolongarse durante casi toda la operación. Pero si eres usuaria, a todo lo anterior debes sumarle el riesgo de que en el tumulto puedes ser acosada. No es una situación exclusiva del Metropolitano. El transporte público y su inacabable desorden espacio utilizado frecuentemente para cometer los delitos de acoso, tocamientos u otros de índole sexual.
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Hace dos semanas, la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) inició un plan piloto para enfrentar este problema. Días antes, una investigación de El Comercio reveló que existen al menos tres grupos en Facebook donde hombres promueven el hostigamiento y acoso sexual a pasajeras dentro de los buses de este servicio.
Uno de los componentes de dicho plan piloto fue la creación de una cola exclusiva para mujeres, niñas, niños y adolescentes. Ayer, El Comercio puso a prueba esta iniciativa en el terminal Matellini, en el distrito de Chorrillos.
Embarque vs. Bus
Las 11 de la mañana en Matellini no es hora punta, pero el embarque se llena de por lo menos 300 personas cada cinco minutos. Apenas ingresas, se escucha la voz amplificada por megáfono de una orientadora que anuncia la nueva disposición de colas: “Lado Izquierdo, por la línea amarilla, mujeres y menores de edad. Dos filas generales a la derecha”. Son cinco orientadores distribuidos en el embarque, algunas llevan pañuelos morados de la brigada antiacoso y letreros con mensajes alusivos a la lucha contra la violencia sexual.
Ubicarse no es difícil. Se trata de una estación relativamente pequeña en comparación con Naranjal (en Independencia) o Javier Prado y Canaval y Moreyra (San Isidro). Sin embargo, hay que decidir rápido qué fila te corresponde entre las cuatro que se han habilitado. Al tratarse de un plan piloto, no hay obligación de que una mujer se coloque en una cola específica. Con los varones sucede lo mismo porque comprobamos que algunos –acompañantes de las pasajeras o usuarios apurados– usaron la fila exclusiva sin problemas.
Son cuatro colas que se forman para cada puerta del bus: la preferencial (que incluye adultos mayores, personas con discapacidad, embarazadas y adultos con niños pequeños) es la primera fila de la izquierda, la nueva fila exclusiva para población vulnerable (mujeres, adolescentes y niños) que se ubica justo al lado y dos colas generales situadas en las últimas puertas del lado derecho.
Aunque el ingreso distribuido de esa forma favorece que el bus se divida tácitamente en dos grupos de usuarios separados por el acordeón [lado izquierdo: mujeres, lado derecho: varones], el problema surge en las siguientes estaciones que no cuentan con la cola exclusiva y los usuarios deben entrar indistintamente por la puerta que les sea más fácil. Adentro todo se mezcla y la segregación inicial no pasa de una parada.
Balance inicial
El plan piloto inició el 18 de abril en Matellini y el miércoles 24 de ese mes se amplió en las estaciones Rosario de Villa, Terán, Escuela Militar, Estadio Unión, Bulevar, Balta y Plaza de Flores. El horario va de 10 de la mañana a 4 de la tarde.
Giovanna Yupanqui, vocera en temas de género de la ATU, explicó a este Diario que el objetivo principal es disuasivo. “Queremos incrementar la seguridad y mitigar la posibilidad de este delito al que están expuestas principalmente las niñas, niños, adolescentes y mujeres. Lo que generamos desde la ATU es un cambio de actitud para no enfocarnos solo en la víctima, que muchas veces se congela y no puede denunciar, sino también incidir en el victimario para que sepa está siendo vigilado, observado y estamos generando todos los esfuerzos para que sean denunciados”, dijo.
Lo cierto es que por el momento aún resulta insuficiente probar la estrategia fuera de horario punta. Sobre ello, Yupanqui reconoce que el principal reto es avanzar el plan piloto en estaciones más congestionadas en las próximas semanas. Este cambio de actitud que supone la lucha contra el acoso sexual ha contribuido a la decisión de que se elimine las llamadas colas de sentados que propician las aglomeraciones. “Nos apoya la policía en estaciones de mayor cobertura como Naranjal. Es difícil el cambio de comportamiento pero si no tomamos acción no va a resultar”, añade.
De todas formas, la vocera de la ATU destacó que en la primera semana del plan piloto se redujo la incidencia de casos de acoso sexual de 13% a 6%. “Hicimos una investigación el 26 de abril con 472 usuarios que nos dio esos resultados”, explicó. Además, se identificó que el 68% está de acuerdo con el plan piloto, el 76% con la fila exclusiva para para niñas, niños, adolescentes y mujeres y el 90% de usuarios dijo que la presencia policial es favorable para la seguridad.
El plan incluye la presencia de policías en los embarques -durante el tiempo que El Comercio estuvo en Matellini no vimos a ninguno, la brigada antiacoso con orientadoras preparadas para identificar y actuar ante denuncias, personal incógnito en los buses para observar la dinámica e intervenir en caso de emergencia, así como la instalación de módulos de atención del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
De todas formas, los casos de acoso no disminuyen. Según la vocera, en lo que va del año se han reportado 84 casos de acoso sexual en el servicio de transporte público que incluye el Metropolitano, corredores y la Línea 1 del Metro de Lima. Del total, 44 casos corresponden al Metropolitano. “Los casos se han elevado pero es importante mencionar que estamos haciendo un trabajo de incidencia para que las personas denuncien este tipo de delitos. Los testigos sean actores clave para ayudar en el protocolo”, añadió.