En la calle Bucaramanga hay un sardinel que divide a los distritos de Ate y La Molina. El retiro de esta estructura fue la causa de una gresca entre serenos de ambas comunas. (Foto: Dante Piaggio / El Comercio)
En la calle Bucaramanga hay un sardinel que divide a los distritos de Ate y La Molina. El retiro de esta estructura fue la causa de una gresca entre serenos de ambas comunas. (Foto: Dante Piaggio / El Comercio)
Jorge Malpartida Tabuchi

La indefinición limítrofe entre los distritos de Magdalena del Mar y San Isidro pinta escenas que rozan con el absurdo. La calle en donde vive Francis Allison, alcalde de Magdalena, es resguardada por serenos en bicicleta de San Isidro. En el parque Acosta, ubicado al frente del domicilio del burgomaestre, hay carteles con la programación cultural de la comuna sanisidrina. En el cruce de José de Acosta con Bernardo Monteagudo, personal de Magdalena pinta las líneas peatonales de una calle en donde transitan vecinos que, en su mayoría, pagan sus arbitrios a San Isidro.

Desde la década de 1960 San Isidro y Magdalena se disputan 42 manzanas, enmarcadas entre las avenidas Salaverry, Sánchez Carrión y Juan de Aliaga. En dicha franja, los vecinos reciben servicios de limpieza, vigilancia y cuidado de parques de ambas comunas.

Para el especialista en gestión territorial Alfredo Pezo, lo que sucede en estos distritos es una consecuencia de crear jurisdicciones sin delimitar los territorios a partir de criterios cartográficos, es decir, trazado de mapas.

Pezo, quien estuvo a cargo de la Dirección Nacional Técnica de Demarcación Territorial (DNTDT) de la PCM entre 2012 y 2016, informa que en octubre del año pasado se determinó que el 90% de los 43 distritos de la provincia de Lima no tenían definidos sus límites.

“Este desorden genera conflictos entre distritos. A veces se disputan arbitrios y, en otros casos, hay un afán de captar inversiones. También se afecta a los vecinos porque a veces se les cobra por servicios municipales que nunca recibieron”, explica Pezo.

—Conflicto pendiente—
Actualmente, existen disputas territoriales entre Surco y Chorrillos, San Martín de Porres con Independencia, San Juan de Lurigancho con Chosica y Comas. La semana pasada, se reavivaron las pugnas entre Ate y La Molina. El sábado, un grupo de serenos de Ate se dirigió a la calle Bucaramanga, zona limítrofe con La Molina, para retirar un sardinel y unas jardineras. Esta acción generó una gresca con los serenos de la comuna vecina.

El Instituto Metropolitano de Planificación, ente de la comuna de Lima, convocó para mañana a las 2 p.m. a los alcaldes de ambas jurisdicciones a una mesa técnica para solucionar el problema.
Óscar Benavides, alcalde de Ate, señala que la zona limítrofe es un espacio compartido y que cualquier obra debe consultarse con su comuna. “Esas estructuras afectaban el libre tránsito de los vecinos”, dice.

Juan Carlos Zurek, alcalde de La Molina, indica que las jardineras estaban dentro de su territorio y que tenían un fin ornamental. Además, dijo que existen pasos peatonales en ambos extremos de la calle Bucaramanga.

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