(Lino Chipana / El Comercio)
https://elcomercio.pe/lima/transporte/colectivos-toman-control-avenida-javier-prado-notepases-noticia-540559
Redacción EC

A las 7:30 a.m. el chofer de una miniván plateada toca la bocina intermitentemente, como dando martillazos al timón. Consigue a sus tres primeros pasajeros. Dice que es venezolano pero no quiere dar su nombre. Solo explica que llegó hace un mes a Lima y que un grupo de transportistas lo ‘contrató’ para hacer colectivo por toda la . Más bocinazos. Suben otros dos clientes.

Estamos en el centro de San Isidro, concretamente en la puerta del Westin Lima, uno de los hoteles más prestigiosos de la capital. Son las 7:40 a.m. A esta hora ya no son solo los colectiveros, sino también sus jaladores con carteles, quienes ocupan todo un carril de esta avenida convirtiéndola en un paradero informal, a la vista de un grupo de fiscalizadores municipales.

Si este chofer llegó hace un mes a Lima podría estar circulando sin brevete peruano. Pero para nuestro sistema vial eso no importaría: los inspectores de transporte público no tienen facultades legales para retenerlo y, al no contar con licencia, tampoco pueden imponerle multas. Las papeletas que le impondrían solo estarán vinculadas al vehículo y se acumularán hasta que una orden judicial establezca su orden de captura para que vaya al depósito. Pero en Lima los depósitos están llenos.

Esta escena se repite entre las calles Rivera Navarrete y Las Begonias. Para las 8:15 a.m. estos compactos vehículos se habrán multiplicado por toda la Javier Prado, generando dos cuadras continuas de tráfico. “Estos colectiveros circulan sin SOAT para servicio público y con autos que no tienen condiciones de seguridad. Los pasajeros se exponen a muchos peligros”, dice Luis Quispe Candia, director de la ONG Luz Ámbar.

–En detalle–
El servicio de colectivo está prohibido por la Ley General de Transportes, pero es usado por miles de personas donde no hay una oferta de transporte público. Sin embargo, la red de colectiveros que se han instalado en San Isidro realiza rutas donde sí hay otras opciones para movilizarse, como el corredor Javier Prado - La Marina.

Estos colectivos hacen servicio entre el óvalo de La Perla (Callao) hasta Ceres (Ate). En estos 23 km vemos buses de los corredores formales con pasajeros que no cubren su capacidad. Representantes de Pro Transporte y de los concesionarios de los corredores complementarios afirman que se ven perjudicados porque los pasajeros prefieren tomar estas minivanes por su rapidez.

“Yo tomo colectivo porque es más rápido. Voy cómoda. Lo tomas en cualquier lado y se llena en pocos minutos. Yo estoy dispuesta a pagar los 4 soles que cobra [el corredor cuesta S/1,70]”, dice una pasajera.

Inspectores de la Municipalidad de Lima consultados por este Diario, en un paradero de colectivos de Ate, al final de la prolongación Javier Prado, indican: “Solo podemos multarlos cuando hay operativos, ahora no”.

El gerente del Westin Lima Hotel, donde en los últimos meses se han instalado estos transportistas, dice que perjudica el orden en la zona.
“Cuando construimos el Westin tuvimos especial cuidado para no afectar el flujo de tránsito vehicular de la Javier Prado. Hoy en horas pico nos vemos perjudicados por la cantidad de colectiveros que se estacionan bloqueando uno de los ingresos principales”, dice Luis Barboza, gerente del hotel.

Contenido sugerido

Contenido GEC