Decepcionado. Así dice sentirse el ministro del Interior, Walter Albán, luego de que se descubriera que unos 15 policías de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), e incluso el jefe de la misma dependencia, Vicente Álvarez, robaban gasolina asignada por el Estado.
"El perjuicio económico sin duda debe haber sido significativo, pero lo más doloroso es que hay un perjuicio moral. Nosotros estábamos muy orgullosos por el trabajo de Dircote, nos sentíamos muy confiados del trabajo que estaba realizando y esta gente le ha hecho un daño que es muy grave a la institución", dijo Albán.
El jefe del sector Interior aseguró que todos los efectivos involucrados, sin importar el ragno que tengan, tendrán que responder por el delito y explicó que el general Vicente Álvarez aún no es separado del cargo porque las investigaciones continúan. No obstante, Albán admitió que los mecanismos de control dentro de la policía ante casos de corrupción dentro de la institución han fallado.
"Como ministro del Interior tengo que darle prioridad a esos temas. Estamos trabajando con los mecanismos de control para que estos funcionen mejor porque estamos evidenciando que no han venido trabajando bien. Veremos la manera de ir creando mecanismos al interior de esta institución que prevean este problema y que erradiquen prácticas corruptas que lamentablemente parece ser que estan instaladas hace mucho tiempo", agregó.
El ministro aseguró que para hacerle frente a los actos de corrupción, el sector creó el año pasado la Inspectoría del Sector Interior que trabajará en paralero con la Inspectoría de la policía. "Estamos terminando de afinar los mecanismos de actuación de esa inspectoría y pronto vamos a nombrar a un inspector general para que realice estos temas", sentenció.
Albán dio estas declaraciones en la presentación del Informe del Desarrollo Humano Regional (IDH) 'Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina' del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).