Alicia Benavides fue una de las primera fotorreporteras en la prensa peruana.
Alicia Benavides fue una de las primera fotorreporteras en la prensa peruana.
Daniel Goya

Poco a poco la imagen empezó a aparecer, como si se tratara de un poder místico o el resultado de una alquimia imposible. Alicia Benavides tenía 33 años y lo que vio esa tarde cambió su vida para siempre. “Me pareció mágico, estaba maravillada”, recuerda cuando narra la primera vez que le enseñaron a copiar una fotografía. Era 1971, Alicia tenía cinco hijos, incluidos dos gemelos, estaba divorciada y su amigo Jesús Ruiz la había llevado por primera vez a un laboratorio de fotografía luego de ver las primeras fotos que ella tomó. “Tienes buen ojo”, le dijo él.

El escritor Julio Ramón Ribeyro bajo el lente de Alicia Benavides
El escritor Julio Ramón Ribeyro bajo el lente de Alicia Benavides

Cuando Alicia hace un esfuerzo por recordar su primera relación con la imagen menciona un juego que realizaba cuando tenía siete años. Ella compraba con su propina “un líquido lechoso que vendía un ambulante del parque al que iba con mi hermana”. Ese líquido servía para calcar las imágenes de la revista Billiken que su hermana compraba cada semana. “Yo copiaba los dibujos de la revista y luego las recortaba”, dice la fotógrafa como si pudiera ver las imágenes de su propio yo preservadas en su mente.


El historiador Jorge Basadre también fue retratado por Alicia Benavides
El historiador Jorge Basadre también fue retratado por Alicia Benavides

-Mujer de riesgos-
“¿Quieres ser mi ángel de la guarda?”, la propuesta encerraba un ruego. Alicia Benavides había llegado a la redacción de la revista “Oiga” después de asegurar que sabía todo lo que debía saberse de fotografía, a pesar de que solo habían pasado tres meses desde que agarró una cámara por primera vez. La pregunta se la hizo a Oscar Fernández, diagramador de la revista. A él le confesó que había llegado a la publicación diciendo que era una fotógrafa que todavía no era. “Él me iba diciendo las cosas elementales para cargar los rollos de película en la cámara y yo apuntaba todo en mi libreta para no olvidarme”, dice Alicia.

La escritora Blanca Varela en uno de los tantos retratos que le hozo Benavides
La escritora Blanca Varela en uno de los tantos retratos que le hozo Benavides

No era fácil ser mujer en ese entonces y tampoco lo es ahora, pero en la década del setenta Alicia Benavides volteaba a la izquierda y a la derecha y solo encontraba fotógrafos hombres que se ofrecían a darle trato preferencial. Muchos se ofrecían a cargarle la cámara. “No, te lo agradezco, pero no”, respondía ella que prefería tener la cámara cerca suyo y siempre lista para disparar. Una noche los hijos de Alicia estaban cenando con su abuela, frente al televisor, cuando el noticiero mostró a Alicia en pleno trabajo “El camarógrafo se detuvo en mí, porque era raro ver una mujer como reportera gráfica en esa época. Mi abuela me vio en la televisión y, después de suspirar, dijo "pobre mi nieta"”.

Benavides se especializó en retratos en blanco y negro y nunca usó flash
Benavides se especializó en retratos en blanco y negro y nunca usó flash

La opinión en la familia era que Alicia solo se distraía tomando fotos.
- ¿Cuándo vas a dejar ese 'hobby' tuyo de la fotografía? – preguntó el padre de Alicia un día.

- No es un 'hobby' papá, es mi trabajo, me pagan por hacerlo – respondió casi de forma didáctica Alicia.
- Si necesitas trabajar ¿por qué no trabajas en mi oficina?
- Papá, cuando entro a tu oficina y veo los mismos personajes, año tras año en los mismos lugares haciendo números, me da angustia. Ellos están contentos, pero yo no podría.

Retrato Mario Vargas Llosa por Alicia Benavides
Retrato Mario Vargas Llosa por Alicia Benavides

La conversación podía ser distinta cada vez, pero el tema era recurrente. No obstante llegaría el día en que su padre reconocería que su hija era una fotógrafa profesional y muy buena en su trabajo.
Fue cuando le encargaron hacer fotos murales para un stand de café en la Feria del Hogar. Alicia necesitaba una mesa grande para pegar las fotos en los bastidores así que usó la mesa del comedor de su padre. "Él miró las enormes fotos y quedó impresionado, luego me vio trabajar y los señores que me habían contratado le dijeron a mi padre que yo trabajaba muy bien. Cuando los clientes se fueron, mi padre me felicitó y nunca más volvió a decir que mis fotos eran un 'hobby'".

Alicia Benavides empezó a fotografiar con una cámara que le prestó su padre
Alicia Benavides empezó a fotografiar con una cámara que le prestó su padre

Fotógrafa todo terreno
Alicia Benavides ha tomado fotos a escritores, artistas, periodistas, pensadores, políticos, poetas, cantantes, presidentes, pintores. Ha publicado en medios de Argentina, Estados Unidos, Alemania y Francia. Sus imágenes bien podrían componer el recuerdo del Perú de las últimas décadas.

Benavides trabajó para las revistas Oiga y Caretas
Benavides trabajó para las revistas Oiga y Caretas

Luego de trabajar en la revista “Oiga” de 1972 a 1979, entró a “Caretas” y trabajó hasta 1991. En 1984 fue ayudante del fotógrafo suizo Fredo Meyerhenn en Berna, Suiza. Fue becada en 1986 por la UNESCO en el Programa Internacional del Desarrollo de la Comunicación, en el Instituto Nacional de Reportaje “Werner Lamberz” en Berlín, Alemania. Cursó estudios de fotografía en el Instituto Antonio Gaudí y en la Pontificia Universidad Católica del Perú. (PUCP).

La fotógrafa fue becada por la Unesco en reconocimiento a su trabajo.
La fotógrafa fue becada por la Unesco en reconocimiento a su trabajo.

Asimismo, ha colaborado para las revistas nacionales “Qué Hacer”, “Debate”, “La Tortuga”, y “Espejo”; y para las editoriales de la PUCP, Peisa, y el Fondo Editorial del Banco de Crédito. Sus colaboraciones internacionales comprenden medios como “El Periodista” de Buenos Aires, “GEO” de Hamburgo, “Liberation” de París, “Newsweek” de Nueva York y “The Washington Post” de Washington.

Sus imágenes se encuentran en los libros de Fernando de Szyszlo y Adolfo Winternitz, así como en catálogos de gastronomía peruana y turismo. Durante tres décadas fue docente de fotografía en la facultad de arte de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

El periodista César Hildebrandt retratado por Alicia Benavides
El periodista César Hildebrandt retratado por Alicia Benavides

Adiós a la cámara
Hace más de 20 años que Alicia no entra a un laboratorio de fotografía ni agarra una cámara para trabajar. Hace 20 años murió el hijo que quería ser fotógrafo como ella por un cáncer al cerebro. Ella le enseñó a revelar y copiar fotografías. Pasaban horas trabajando en el laboratorio como maestra y alumno. “Ahora, bueno, cuando veo a alguien que quiere tomar una foto me ofrezco a hacerla. Ya pasaron más de 20 años de eso”, cuenta Alicia como quien se repone de una resaca del pasado.

“Yo siempre me consideré una fotorreportera, no una artista”, señala Alicia para explicar las escasas exposiciones en las que ha participado. “Pero, bueno, acepté esta exposición porque tengo una relación especial con el Centro de la Imagen, creo que es maravilloso que hoy los chicos puedan estudiar fotografía”.

Antes de despedirse, Alicia confiesa que le dan ganas de matricularse en algún curso de fotografía del centro de la Imagen. “Tengo 81 años, pero puede ser ¿no? Siempre fui una fresca”, finaliza.

HOMENAJE A ALICIA BENAVIDES
Día
: Sábado 24 
Lugar: Galería El ojo ajeno
Dirección: Av. 28 de julio 815, Miraflores
Hora: 11:30 a.m.

Alicia Benavides publicó su trabajo en medios de Argentina, Estados Unidos, Alemania y Francia.
Alicia Benavides publicó su trabajo en medios de Argentina, Estados Unidos, Alemania y Francia.

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