Una reja significa, básicamente, miedo. Pueden levantarse en las calles de cualquier ciudad peruana o a lo largo del Río Grande, como sueña el presidente Trump. Sobre cómo romper ese miedo trata la propuesta curatorial del arquitecto Felipe Ferrer “Playground. Artefactos para interactuar”, elegida para representar al Perú en su Pabellón de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2020.
Para el arquitecto José Orrego, Director del Concurso y Comisario de la Bienal de Arquitectura, el proyecto de Ferrer reflexiona lúdicamente sobre cómo la estructura de la reja ha sido interiorizada por los ciudadanos. “Acostumbrados a los barrotes, los peruanos no nos damos cuenta de cómo la ciudad y sus espacios públicos van perdiendo la fluidez y la continuidad”, afirma. En su análisis, el arquitecto limeño sueña soluciones en las que las rejas se eliminan y los habitantes vuelven a apropiarse del espacio público..
La próxima edición de la bienal de arquitectura más importante del mundo se realizará en esta ciudad italiana entre el 23 de mayo y el 29 de noviembre de 2020.
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La propuesta peruana resulta pertinente al tema planteado por Hashim Sarkis, curador general de la próxima edición de la Bienal. Bajo el título “How will we live together?”, Sarkis invita a los países participantes a reflexionar críticamente sobre el espacio vital en la sociedad. “Playground” implica una profunda reflexión sobre el espacio público y los mecanismos que pueden aislarlo de las personas.
“Si nosotros circulamos por nuestra ciudad, vemos cómo la reja, presente en todas partes, empieza a ser invisible, como si fuera natural”, lamenta Orrego. “Por ello, empezar a poner en evidencia el problema de cómo el espacio público es secuestrado en lugar de ser recuperado para la gente es algo que nos pareció muy pertinente”.
Para ello, Ferrer recurre a planteamientos muy gráficos. Por ejemplo, retira virtualmente las rejas hoy presentes en edificios emblemáticos como el Palacio de Gobierno, como un ejercicio para imaginar cómo recuperar estos espacios para la ciudad. “Lo que debe llamarnos la atención es que el acto de enrejar está normalizado. La reja se ha convertido en un elemento arquitectónico por obligación, en un ruido de fondo. Por eso no nos damos cuenta de su impacto social”.
Asimismo, la propuesta plantea reciclar rejas reales que han sido desmontadas para liberar el espacio público y construye con ellas bancas, columpios entre otros elementos, sean lúdicos o utilitarios para que la gente pueda encontrarse y departir.
La puesta en escena del pabellón peruano promete ser desconcertante. El proyecto propone enrejar el mismo pabellón peruano, incluyendo letreros de “No pasar”, y presentará una abertura que permitirá el acceso de los visitantes. “Encontrar enrejado el pabellón causará mucho impacto. Luego, el público encontrará elementos lúdicos que desmontan el carácter de la reja, los que, en lugar de separar, nos invitará a conversar y construir comunidad”, afirma.
La investigación de Ferrer había quedado entre las finalistas de la convocatoria de la Bienal pasada, cuando se apostó por una notable visión sobre las huacas en Lima. Dos años después, el autor presentó una reflexión mucho más elaborada y profunda, lo que le valió la elección del jurado de manera unánime. “Eso es lo que buscamos para la bienal: provocar que los temas sugeridos por el curador general abran discusiones en cada país, y que éstas vayan construyendo discursos que puedan ser válidos para las bienales sucesivas”, dice Orrego.
LOS FINALISTAS
Este año se evidenció una gran diversidad entre las propuestas participantes al concurso. “Al ser nuestra quinta participación en la Bienal de Venecia, observamos que las propuestas presentadas han sido mucho más maduras, centradas, específicas al tema curatorial”, señala Orrego.
Además de la propuesta ganadora, llegaron a la discusión final los proyectos “Futuro en el interior/The future is (inside us)”, de Favio Chumpitaz; “Ruralized”, curada por Hector Loli; “Transversal”, de Oscar Pita Wu y “Materia Común / Common Matters”, a cargo de Rodolfo Cortegana. Junto con José Orrego, el jurado estuvo conformado por José Beingolea del Carpio (UNI), Reynaldo Ledgard Parró (PUCP), Ángeles Maqueira (U. de Lima), José Ignacio Pacheco Díaz (U. Privada del Norte), Marta Morelli Bellido (Asociación Peruana de Estudios de Arquitectura), el curador Sharif Kahatt, y Marianela Castro de la Borda, como jurado invitado.
A través del Patronato Cultural del Perú, institución que tiene a su cargo llevar adelante la bienal, junto con el diario El Comercio, la Fundación Wiese y PromPerú, se empieza así el diseño el montaje. La institución se reunirá con el arquitecto Ferrer para aterrizar su propuesta curatorial.