Izq.: portada de la edición 20 de "Amauta". Centro: Retrato de José Carlos Mariátegui realizado por el mexicano David Alfaro Siqueiros y publicado en la revista “Grito” en 1932. Der.: Portada de "El Amauta Atusparia" (1932), novela de Ernesto Reyna. Diseño de José Sabogal.
Izq.: portada de la edición 20 de "Amauta". Centro: Retrato de José Carlos Mariátegui realizado por el mexicano David Alfaro Siqueiros y publicado en la revista “Grito” en 1932. Der.: Portada de "El Amauta Atusparia" (1932), novela de Ernesto Reyna. Diseño de José Sabogal.

En 1919, José Carlos Mariátegui emprendería un viaje a Europa del cual no volvería siendo el mismo. Ahora, exactamente 100 años después, Mariátegui ha vuelto a pasar por Europa como un huracán. Lo hizo a través de la exposición “Redes de vanguardia: Amauta y América Latina, 1926-1930”, que se presentó en el Museo Reina Sofía como parte de la feria ARCOmadrid, y que finalmente ha llegado al Perú, ya instalada en el Museo de Arte de Lima (MALI).

“La recepción de Mariátegui allá en España, y en toda Europa, ha sido muy buena, paradójicamente, entre medios de derecha”, señalan las curadoras de la muestra, Natalia Majluf y Beverly Adams. Y es cierto: extensos artículos aparecieron en el diario “Financial Times” y la revista “The Economist”. Esta última señalaba, por ejemplo, que Mariátegui fue un socialista comprometido, pero también logró ser un librepensador. “Eso lo hace muy valioso. La izquierda latinoamericana de hoy […] necesita urgentemente algo de ese pensamiento original de los años 20. Y la derecha debería reconocer que Latinoamérica sufre desigualdades inaceptables y necesita más tolerancia”.

Pero más allá de que históricamente la faceta política de Mariátegui es la que más ha llamado la atención, esta muestra indaga en su trascendencia crítica y teórica respecto a las artes plásticas de vanguardia, que él llevó a cabo a través de la revista “Amauta”. “Al principio queríamos hacer una exposición sobre las revistas latinoamericanas de los años 20 y 30, para entender el intercambio entre países. Pero era imposible abarcar tanto, así que decidimos concentrarnos en ‘Amauta’ por ser un objeto de estudio más específico y por su proyección a toda América Latina y Europa”, explica Beverly Adams, curadora del Blanton Museum of Art (Austin, Estados Unidos), quien dentro de poco asumirá como curadora de arte latinoamericano del MoMA.

Vanguardistas del aillo” (1930), óleo sobre tela de Jorge Vinatea Reinoso, que fue reproducido en la revista.
Vanguardistas del aillo” (1930), óleo sobre tela de Jorge Vinatea Reinoso, que fue reproducido en la revista.

PLURALIDAD DE REGISTROS
Es así que, luego de más tres años de trabajo, la muestra finalmente tomó forma. Lo que se ha inaugurado en el MALI es, en esencia, la misma exposición que pasó por ARCOmadrid, salvo algunos añadidos, como la imponente “Fiesta andina, La Cashua”, de Camilo Blas, y otras obras. El conjunto demuestra la sorprendente amplitud de artistas –peruanos e internacionales, consolidados y emergentes– cuyas creaciones fueron incluidas en las páginas de la revista. “Mariátegui viajó a Europa como un periodista con inquietudes literarias, pero interesado sobre todo en entender el proceso político y social de la posguerra –explica Natalia Majluf–; sin embargo, en el camino se encuentra con formas artísticas muy diferentes a las del Perú. Y cuando regresa a nuestro país, probablemente haya sido uno de los latinoamericanos que más arte contemporáneo había visto en Europa”.

Partiendo desde la identidad gráfica de la revista –de la que Sabogal se hizo cargo casi en su totalidad–, en ella confluyeron obras de Jorge Vinatea Reinoso, Julia Codesido, Elena Izcue, Carlos Quízpez Asín, los mexicanos Diego Rivera, Germán Cueto y Agustín Lazo, los argentinos Emilio Pettoruti, Norah Borges, Xul Solar y José Malanca, el francés Jean Charlot y varios más. Un cruce plural de estilos e incluso de contradicciones que, sin embargo, nunca se pretendió como una unificación de programas estéticos. Y es ese justamente el sentido de la muestra en el MALI: revelar la simultaneidad de los proyectos artísticos, con todos sus contrastes.

“Construir esta exposición era una oportunidad para analizar una narrativa de los años 20 desde la perspectiva local y a la vez mostrar el enorme impacto e influencia de José Carlos Mariátegui en esa época. Por eso no temo señalar que ‘Amauta’ es probablemente la revista más influyente de América Latina en el siglo XX”, agrega Majluf.

Xilografía del mexicano Gabriel Fernández Ledesma (1900-1983).
Xilografía del mexicano Gabriel Fernández Ledesma (1900-1983).

CUESTIÓN DE CONTACTOS
Surge una pregunta inevitable: ¿Cómo logró Mariátegui, ese hombre de cerebro prodigioso pero salud frágil, construir una red de vanguardia que funcionaba como un reloj? Lo que hoy Internet hace totalmente viable, hace un siglo era una tarea titánica que él sostuvo sobre la base de contactos, viajes e intercambio epistolar.

“Una de las fuentes principales de la muestra son las cartas de Mariátegui –indica Majluf–. En una cantidad fabulosa y enorme. Toda la documentación recabada da cuenta de un trabajo de hormiga y de una gran red de intelectuales. Y aun así, hay que tomar en cuenta que por lo menos un tercio de su correspondencia fue interceptada cuando intervinieron y clausuraron la revista. Entonces podemos hablar de un conjunto aun mayor que se ha perdido”. A esto habría que agregar que “Amauta” se benefició por los viajes que realizaron jóvenes intelectuales en la época y por los exiliados apristas, que mantuvieron un estrecho contacto con la revista al menos durante su primera etapa.

Las conexiones internacionales de “Amauta” sirven curiosamente como un espejo para esta muestra, que también tiene un carácter itinerante: después de su paso por España y el Perú, “Redes de vanguardia” se exhibirá en el Museo del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México (del 17 de octubre de este año al 19 de enero del 2020) y en el Blanton Museum of Art, en Austin (del 16 de febrero al 17 de mayo del 2020). “También habría que mencionar que la exposición no se hubiese podido concretar sin el apoyo del Archivo Mariátegui. El trabajo de preservación que realiza es un acto heroico, completamente documentado y puesto en línea, lo cual lo hace inédito en el país y debería imitarse”, apunta Majluf en referencia al repositorio online que desde hace algún tiempo han habilitado los herederos del pensador y que puede consultarse en www.mariategui.org.

Un último asunto para tomar en cuenta, aunque parezca anecdótico: poco antes de su muerte en abril de 1930, Mariátegui había decidido dejar la presidencia del Partido Socialista del Perú y trasladarse a Buenos Aires, desde donde pensaba continuar con la publicación y difusión de “Amauta”. “Él escoge no seguir con el proyecto político, sino apostar por su trabajo en la revista. Eso dice mucho de su compromiso con el proyecto”, precisa Majluf. Eventualmente, su enfermedad le impediría viajar a Argentina y lo llevó a una muerte prematura, con apenas 35 años cumplidos. Quién sabe por que otros caminos lo habrían conducido su ímpetu y brillantez.

Retrato de 1926 del Amauta José Carlos Mariátegui, a cargo de Julia Codesido.
Retrato de 1926 del Amauta José Carlos Mariátegui, a cargo de Julia Codesido.

MÁS INFORMACIÓN
Lugar: Museo de Arte de Lima - MALI.
Dirección: Paseo Colón 125, Lima.
Temporada: hasta el 22 de setiembre.
Entradas: boletería.

Un préstamo significativo
Una de las piezas que se exhibirán especialmente para la instalación en Lima de la muestra “Redes de vanguardia: Amauta y América Latina, 1926-1930” es un gran óleo pintado en 1924 por Camilo Blas (Cajamarca, 1903-Lima, 1985) y que pertenece a la colección del Palacio de Gobierno.

La obra se titula “Fiesta andina, La Cashua” (en la foto) y es otra de las obras que fueron reproducidas en las páginas de la revista que dirigió José Carlos Mariátegui. Se trata de uno de los principales trabajos de Blas, representante del indigenismo, quien hizo sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima bajo la dirección de Daniel Hernández y posteriormente de José Sabogal. Allí tuvo como compañeros a Ricardo Flórez, Camino Brent y Julia Codesido, entre otros.

Para la estadía limeña de la muestra curada por Natalia Majluf y Beverly Adams también se han incluido otras obras especiales, como dos de los frisos que hizo Sabogal para el pabellón peruano de la Feria Iberoamericana de Sevilla (1929) y que pertenecen al Ministerio de Cultura.

Instalación de "Fiesta andina, La cashua", obra de Camilo Blas perteneciente a la colección del Palacio de Gobierno y cedida para esta muestra.
Instalación de "Fiesta andina, La cashua", obra de Camilo Blas perteneciente a la colección del Palacio de Gobierno y cedida para esta muestra.

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