Bosé vivía retirada desde hace años en la pequeña localidad española de Brieva, pero siempre que podía acompañaba a sus numerosos descendientes en la presentación de sus proyectos artísticos.
Lucía Bosé
Agencia EFE

Luchino Visconti la descubrió para el cine cuando tenía sólo 16 años y se ganaba la vida como empleada en una pastelería milanesa. “Tú eres un animal cinematográfico”, le dijo el maestro del neorrealismo italiano a , fallecida este lunes a los 89 años.

La actriz italiana trabajó también con Antonioni, Fellini, Buñuel o Juan Antonio Bardem y fue la conocida matriarca de una saga de artistas que han llevado la transgresión y el apellido materno como bandera.

Nacida en Milán, el 28 de enero de 1931, su humilde infancia tuvo lugar durante la Italia fascista y la Segunda Guerra Mundial, lo que marcó claramente su carácter. Tenía 16 años cuando un grupo de amigas enviaron, sin su conocimiento, una fotografía suya a la preselección del concurso de Miss Italia. Compitió con bellezas como Gianna María Canale o Gina Lollobrigida pero fue ella quien salió con el título oficial bajo el brazo.

Dos años después, en 1949, estrenaba su primera película, “No hay paz debajo de los olivos”, sustituyendo a Silvana Mangano y con Raf Vallone como pareja cinematográfica. Pero fue su segundo trabajo, “Crónica de un amor”, a las órdenes de Antonioni, el que la convirtió en una actriz de renombre.

“La señora de las camelias” (1953), también de Antonioni o “Satyricon” (1969), de Fellini, son algunas de sus películas más recordadas. El éxito la llevó a España, contratada por Bardem para rodar “Muerte de un ciclista” (1955), una visita que daría un giro a su vida ya que durante una fiesta celebrada en la Embajada de Cuba, conoció a Luis Miguel Dominguín.

El famoso torero dejó a Ava Gadner, con la que mantenía un sonado romance, para casarse con Lucía. El matrimonio civil se celebró el 1 de marzo de 1955. Ese mismo año, en junio, comenzó el rodaje de “Así es la aurora”, a las órdenes de Buñuel y el 19 de octubre, se casaron por la Iglesia.

El matrimonio tuvo tres hijos, Miguel, Lucía y Paola y en 1968, después de trece años, se separaron. Fue una noticia explosiva en la sociedad española de la dictadura de Franco. “El motivo fue el de siempre. Me cansé de cuernos, porque era la mujer más cornuda de España”, diría años después la actriz en una entrevista. También reconoció haber encañonado al torero para evitar que le quitara a sus hijos. Un fuerte carácter que demostró a lo largo de una vida en la que la independencia fue su bandera.

El final de su matrimonio coincidió con su regreso al cine. Ese mismo año, Pere Portabella le ofreció protagonizar “Nocturno 29” a la que siguió “Bajo el signo del escorpión”, de Paolo y Vittorio Taviani. Entre sus películas de esta época destacan “Del amor y otras soledades”, de Basilio Martín Patino, “Un invierno en Mallorca”, “L’ospite”, de Lilliana Cavani, “La messe dorée”, o “Lumiere”, junto a Jeanne Moreau.

En 1975 rodó uno de los trabajos más reconocidos de su carrera, la serie de televisión “La señora García se confiesa”, junto a Adolfo Marsillach, y en 1980 siguió participando en series televisivas como “Ma mere, mon enfant” o “La cartuja de Parma”.

Desde que su hijo, Miguel Bosé, triunfara en el mundo de la música, Lucía se fue alejando de las pantallas para dedicarse a otras facetas como la pintura.Trabajó en pocos proyectos cinematográficos, como “Crónica de una muerte anunciada” (1987), “El avaro” (1990), “El último harén” (1999) o el documental “A propósito de Buñuel” (2000).

En el 2000 y ya con el característico pelo azul que llevó en sus últimos años, inauguró en la localidad española de Turégano su Museo de los Ángeles, la primera sala de exposiciones del mundo sobre esta temática.Para ello rehabilitó una antigua fábrica de harina, donde se han mostrado 15 exposiciones permanentes de artistas contemporáneos y ocho itinerantes, todas ellas con el denominador común de mostrar a los ángeles vistos desde la mirada de artistas de diferentes culturas.

En 1973 publicó un libro bajo el título de “Poemas de Somosaguas”. Veinte años después, en 2003, presentó su biografía “Diva, divina”, escrita por la periodista Begoña Aranguren y el año pasado publicó otra biografía escrita por Roberto Liberatori.

En 2018 tuvo que acudir a los tribunales por una acusación de apropiación indebida de un dibujo de Pablo Picasso de la que finalmente resultó absuelta. Vivía retirada desde hace años en la pequeña localidad española de Brieva, pero siempre que podía acompañaba a sus numerosos descendientes en la presentación de sus proyectos artísticos. Porque además de Miguel, cantante, su hija Paola fue modelo y su nieta Bimba -hija de Lucía y fallecida hace poco más de tres años por un cáncer- se dedicó principalmente a la música.

La última de la saga es Dora Salvatore, la hija de Bimba, que a sus 15 años apareció recientemente en el programa OT interpretando uno de sus temas, “Ojos de serpiente”.


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