"Glass": la crítica de Sebastián Pimentel a la esperada cinta de M. Night Shyamalan

Night Shyamalan es un caso especial en el Hollywood contemporáneo. Es uno de esos realizadores que no toleran la indiferencia. Hasta hace poco, el mundo de la cinefilia se dividía entre los que amaban todas sus películas y los que las odiaban. Algo que seguramente agrada a este sucesor de Alfred Hitchcock y Steven Spielberg, amante de los contactos extrasensoriales, el asombro de mundos imaginarios y espectrales, o los vínculos emocionales entre anónimos superdotados y víctimas tocadas por el milagro.

Quizá estos fanatismos en pro o en contra de Shyamalan tengan que ver con su autoría "a lo Hitchcock" (como el maestro de "La ventana indiscreta", el director indo-estadounidense hace breves apariciones en sus películas). Pero la verdad es que más allá de las comparaciones con otro autores, y si atendemos a la singularidad de su obra, encontraremos películas menos o más logradas, y alguna que otra cinta admirable.

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Entre los mejores títulos del autor, destacan su trilogía conformada por "El protegido" (2000), "Fragmentado" (2016) y "Glass" (2019). En "El protegido", se cuenta la historia de David Dunn (Bruce Willis), guardia de seguridad de vida mediocre que poco a poco toma conciencia de que es indestructible. En "Fragmentado", un joven (James McAvoy) afectado por un trastorno de múltiple personalidad es capaz de transformarse en lo que él llama La Bestia, especie de hombre-animal con una fuerza salvaje.

Pero lo interesante no es la anécdota, sino el secreto que anida en cada personaje, en la ambigüedad que impide definirlos, en lo provisional de lo que Shyamalan nos hace conocer de ellos. En el fondo, se pone en entredicho lo que todos creemos saber sobre lo que es un superhéroe. Y es probable que el origen indio de nuestro autor le haga escudriñar con distancia crítica y especial lucidez no tanto en los efectos especiales, sino en el problema mental o espiritual que está detrás del tema de los poderes superhumanos.

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Por ello, estas películas no tratan sobre Superman o Aquaman, sino sobre seres grises o marginados que, frente a su sufrimiento existencial, se abren a la posibilidad de ser extraordinarios. Y lo hacen por medio de la fe. La creencia hace posible una fuerza o habilidad especial del cuerpo es lo que parece sugerir Shyamalan. Y eso vale tanto para el inquebrantable hombre del impermeable (Willis) como para el esquizoide joven de múltiples identidades (McAvoy) o el misterioso Mr. Glass (Samuel L. Jackson).

La película que nos ocupa se titula precisamente "Glass" (cristal). Su protagonista padece una enfermedad por la cual sus huesos se rompen como un frágil vidrio, pero también está el hecho de que las tres cintas son como un único cristal donde la luz que proyecta una se trasluce en las otras dos. Por otro lado, Mr. Glass funciona como un vértice entre La Bestia y El Hombre Indestructible, debido a que es el gran titiritero que, pese a su debilidad corporal, controla la psique de los otros dos superdotados.

En contraste con las atmósferas contemplativas de "El protegido" y la violencia kubrickiana de "Fragmentado", el de "Glass" es un realismo que se concentra en la prisión-clínica en la que se confina a sus extraños personajes. Y si esta cinta cuenta con el problema de tener que recurrir a muchas explicaciones a través de la palabra, lo hace al menos con preguntas válidas: ¿ellos son superhéroes o villanos?, ¿son humanos? Con una delicadeza visual y una imaginación que la mayoría de directores de Hollywood envidiaría, Shyamalan hace con este filme un cierre no muy perfecto, pero sí satisfactorio y convincente respecto a un universo propio, complejo y lleno de un genuino misterio.

LA FICHA
Título original: "Glass".
Género: drama, misterio.
País y año: EE.UU., 2019.
Director: M. Night Shyamalan.
Actores: Anya Taylor-Joy, James McAvoy, Samuel L. Jackson, Sarah Paulson, Bruce Willis.

Calificación: ★★★