Llegan puntuales a la cita: primero el autor, poco después, su editor. En el hall de El Comercio, Javier Flórez del Águila recibe con un fuerte abrazo a Jorge Chiarella. Hace 45 años, uno era un experimentado historietista, y el otro, un periodista treintón, responsable de la página de amenidades. Hoy, el abrazo estrecha a un eminente médico neurólogo y a uno de nuestros mayores directores teatrales. No se han visto en 45 años, desde que "Selva misteriosa" dejara de salir tras el secuestro del Diario decidido por el general Velasco, pero la amistad y la admiración mutua persisten entre ambos.
Flórez del Águila y Chiarella recorren el Diario reconociendo rincones, sorprendidos por los evidentes cambios. Advierten con nostalgia que los talleres de fotomecánica han desaparecido hace décadas. Flórez del Águila conserva, como una reliquia, los clichés de plomo con que se imprimían sus historietas. Por su parte, el veterano director recuerda su ingreso al Diario como asistente de Luis Antonio Meza, el recordado músico y compositor entonces a cargo de la página cultural. Estuvo tres años fatigando teclados mecánicos, muy cerca de los escritorios de Deportes, sección en la que practicaba Alejandro Miró Quesada Cisneros. Luego, convocado para hacerse cargo de la sección Amenidades, ambos colegas decidieron organizar un concurso de historietas que le diera un espacio a un artista local para destacar entre tantas tiras estadounidenses.
Celebrado en 1971, el concurso fue un éxito con más de 80 participantes. Sin embargo, "Selva misteriosa" fue declarada ganadora unánime. "La cosa era brava, porque el premio implicaba un contrato para publicar la tira diariamente", recuerda Chiarella.
LA SELVA ESPERADA
El archivo histórico de El Comercio los recibe con un volumen empastado del Diario sobre la mesa. Reúne las ediciones de 1974, el último año de publicación de “Selva misteriosa”. En feliz compañía, la tira destaca entre los pinceles de otros maestros. Está "Rip Kirby", historieta de género policial creada por Alex Raymond, además de otros títulos populares como "James Bond", "Periquita", "Popeye" o "Mafalda". Ver su obra allí, en el noble papel amarillento, a Flórez del Águila aún le emociona.
Y es que aquellas tiras de prensa se habían convertido, durante décadas, en una leyenda. A lo largo de 45 años, todos hemos considerado a "Selva misteriosa" una historieta de culto sin haber podido leerla. Hasta hoy: gracias al obsesivo empeño de los editores Hernán Migoya y Giancarlo Román, la Amazonía ilustrada por del dibujante de 85 años luce hoy renacida. Como si la memoria pudiera reforestarse.
A continuación, los renovados amigos llegan a nuestro estudio web para continuar con la entrevista programada. En ella, Flórez del Águila, con su característica modestia, afirma sentirse "maravillado" por la edición de Planeta que ha sabido favorecer los originales realizados entre 1971 y 1974. "Yo jamás había imaginado ‘Selva misteriosa’ como un libro", confiesa. En efecto, el dibujante siempre creyó que el lenguaje que había utilizado entonces, propio de la época, resultaba pasado de moda para el lector actual. Pensaba que para una posible reedición debía actualizar todo su lenguaje. Sin embargo, visto el resultado, admite su error de apreciación: "Ahora que puedo releerlo, me doy cuenta de que 'Selva misteriosa' es un documento testimonial del habla de limeños y loretanos. Uno de mis intereses era dar voz a los loretanos, ese lenguaje ignorado tanto tiempo", afirma.
Si Flórez del Águila resulta especialmente modesto, Chiarella no esconde su orgullo al sentirse parte de la historia. "Cuando vimos por primera vez su trabajo en el concurso, nos fascinó el lenguaje y la forma en que encaraba la expresión gráfica. ‘Esto es cine’, decíamos. Era algo que nunca habíamos visto antes. Y ahora, cuando puedo volver a ver 'Selva misteriosa' después de años gracias a Javier, me vuelve el mismo asombro. Me llena de satisfacción que hubiéramos elegido esta serie y haber tenido a Javier Flórez del Águila en las páginas de El Comercio", exclama.
UNA OBRA MADURA
Por supuesto, Flórez del Águila no era un autor bisoño en 1971, cuando su obra mayor se impuso en el concurso de El Comercio. A los 40 años, había reunido una compleja experiencia en las páginas de la revista "Avanzada", teniendo como maestros a Rubén Osorio y Hernán Bartra, la histórica dupla conocida como Osito-Monky. Para su autor, "Selva misteriosa" era ya una obra de madurez, donde explora nuevas formas de manejar el espacio, el tiempo narrativo y la gráfica. Fue una época en que asumió la influencia del estadounidense Jim Steranko, exquisito y revolucionario dibujante de la DC y de Marvel. "Por ser tan revolucionario lo sacaron de esas editoriales", apunta. Y añade: "En la primera aventura de ‘Selva misteriosa’ utilicé ideas de Jim Steranko, sus composiciones tipo collage, su grafismo y sus tramas. Pero a mi manera".
Chiarella, su editor entonces, compartía ese entusiasmo por la innovación. "Recuerdo el rostro de Javier cuando me traía semanalmente sus tiras y disfrutaba verme sorprendido. Soy de los que creen que siempre hay que arriesgar. Mi única angustia era que, como Javier es también un gran médico, cada vez tenía menos tiempo para trabajar. ¡Me asustaba que no llegara a cumplir con la entrega de la semana!", confiesa el actor, quien al parecer no ha olvidado esa angustia en 45 años.
"¡Primera vez que te escucho esa confesión!", exclama sorprendido el dibujante. Así, otro misterio de la "Selva misteriosa" se esclarece. Y una vieja amistad se consolida.
EL LIBRO
Título: "Selva misteriosa"
Autor: Javier Flórez del Águila
Editorial: Planeta Cómic
Páginas: 286