Mientras la ciudad enciende sus faroles, un bar en Miraflores abre sus puertas para recibir la noche. Solo 25 personas acceden a un ambiente íntimo, donde la atención es personalizada y la experiencia mixológica única, combinando ingredientes locales con propuestas innovadoras. Fiel a su nombre grabado en la marquesina, Lady Bee da la bienvenida al público con una decoración inspirada en abejas, antes de presentar la carta de temporada que despliega en todo su esplendor el significado de la palabra “dulce”.
“Somos un espacio que nació con la voluntad de compartir nuestra cultura y nos sentimos muy afortunados de contar con un fabuloso grupo humano que lo hace posible”, menciona Alfonso Palomino, cofundador de Lady Bee junto a Gabriela León, quienes origen del nombre, Lady Bee, una contracción entre dos cocteles clásicos, el White Lady y el Bee’s Knees. Sí, cuando lo lee en voz alta emula un pequeño zumbido.
En la intimidad del bar, donde se agitan y resuenan los shakers, la creatividad se fusiona con una mirada hacia lo nuestro, aprovechando cada insumo de proveedores locales para dar vida a una variedad de cócteles que hoy los posicionan en el puesto 16 de la prestigiosa lista de The World’s 50 Best Bars. “Este momento es una gran sorpresa, algo que debemos asumir con mucha responsabilidad, alegría y compromiso para seguir trabajando arduamente”, agrega Palomino.
Como parte de la experiencia, se destacan opciones minimalistas como el “Miraflores” —en referencia al corazón del distrito que lo alberga— elaborado con pisco, limón y miel, o creaciones más complejas como el Mishkina Tumbo Albahaca, inspirado en la mishkina, pieza fundamental de la cocina amazónica, que se mezcla con destilado de caña, tumbo y albahaca.
Propuesta sostenible
El bar no solo actúa como un punto de encuentro gastronómico, sino que también fomenta prácticas responsables al reutilizar ingredientes de la cocina y del bar, reduciendo así el desperdicio. Característica que invita a reflexionar, sorbo a sorbo, sobre el impacto que este enfoque tendrá en la evolución futura de la coctelería peruana.
Así como las ideas que conforman su pensamiento sostenible, principio que rige Lady Bee, van evolucionando, su coctelería no pierde el ritmo, variando su carta conformada por 18 bebidas cada dos meses, de las cuales 6 cambian según la temporada.
De igual manera, la carta de comidas varía según las vedas, en el caso del producto marino, que es mayoritario. También ofrecen pan de masa madre, mantequilla y miel del monte, panceta con membrillo, doncella con frejol palo, y pato con arazá. Sin olvidar el infaltable puré que complementa a la perfección los cócteles que inician la experiencia.
Se trata de una cocina fácil de comer, con pocos procesos y en cantidades que permiten degustar dos o tres platos por visita, lo que ofrece una visión casi completa de la propuesta de Alfonso Palomino y Gabriela León, quienes imprimen la carta pocas horas antes de abrir el bar a las 6:00 p.m.
Si surgen dudas durante la estadía en Lady Bee, la carta no deja espacio a interrogantes, describiendo con claridad los ingredientes de cada cóctel. Y si alguien busca más detalles —esos que importan cuando se trata de cócteles— los bartenders están más que dispuestos a mostrar el largo proceso que culmina en las copas de los comensales.
Alejándose de las pretensiones de clasificarse como “vanguardia”, la premiada propuesta gastronómica ubicada en la Av. Ernesto Diez Canseco 329, a dos cuadras del Parque Kennedy, se concentra en lo que ocurre en la barra, la cocina y el proceso de transformar productos peruanos en la experiencia perfecta de las noches limeñas. ¡Salud!
Horarios:
Martes a jueves: 6:00 p.m. - 11:30 p.m.
Viernes y sábados: 6:00 p.m. - 1:00 a.m.