“Cuentos peruanos de la pandemia”, libro editado por Ricardo González Vigil . (Foto: Hugo Pérez / USI / Mascapaycha)
“Cuentos peruanos de la pandemia”, libro editado por Ricardo González Vigil . (Foto: Hugo Pérez / USI / Mascapaycha)
José Carlos Yrigoyen

El aporte de Ricardo González Vigil (Lima, 1949) a las letras nacionales es, a estas alturas, invalorable. No solo porque, desde su posición de crítico literario en las páginas de este diario, reivindicó autores que el establishment se resistía a considerar (los poetas de Hora Zero o Miguel Gutiérrez, por dar dos ejemplos) sino por su infatigable y rigurosa faceta de antólogo, que nos ha prodigado selecciones memorables como “El cuento peruano”, “Poesía peruana siglo XX” o su “Poesía peruana vanguardista”.

Estamos ante un intelectual inquieto, prolífico, que no detiene su labor ni siquiera frente el acoso de la pandemia del covid-19. Prueba de su insistencia es que ha hecho oportunidad de la crisis para elaborar una nueva antología en torno al virus mortífero que seguimos combatiendo, a pesar de los reveses y el dolor: “Cuentos peruanos de la pandemia”. González Vigil ha editado este libro con una firme convicción: “Un momento histórico como el que estamos experimentando reclama el poder de la ficción literaria para aprehenderlo a cabalidad, en todo lo que significa para la humanidad y, en general, para la vida en la Tierra”. Siendo el presente un contexto que pone en juego los diversos estamentos de lo humano, las opciones narrativas de su abordaje se multiplican hacia todas direcciones: el realismo, lo fantástico, la ciencia ficción, la encrucijada emocional, la farsa que libera o la distopía que desenmascara.

Esa variedad está plasmada en los 36 cuentos congregados. No obstante, debemos señalar que algunos autores consiguen hallar el equilibrio en el vértigo cotidiano de una situación insólita con más suerte que otros. Entre ellos se encuentra Roger Rumrrill, el recordado poeta de “Memorias desde un otoño”, que nos obsequia “En cuarentena”, un relato donde un onirismo preñado de visiones de la selva nos introduce en la vida de un anciano que recurre a los fantasmas y deidades amazónicos para sobrevivir al coronavirus, transfigurándolo así en otra entidad más de su colorida y sabia mitología.

Del mundo de los sueños también procede “Planeta virus 4”, una sobresaliente incursión de la ya consagrada novelista arequipeña Teresa Ruiz Rosas en la corriente fantástica. Solidaridad y esperanza surcan el cuento, dando lugar a una utopía renovadora del género humano, que abruptamente se contrasta con la desolación y la miseria de nuestra realidad más cercana, para la que no hay ensoñación posible.

Como ocurría en varios cuentos del Decamerón de Boccaccio, en medio de la negrura de la enfermedad y la muerte emerge el humor entre los relatos aquí reunidos. “Flor de papas” es un delicioso apunte posmoderno a cargo de Fernando Iwasaki, repleto de guiños a la cultura popular que derivan inevitablemente en una sonrisa. Lo mismo puede decirse de “Invasores en Marte”, la propuesta más lograda, divertida y compleja presentada por Daniel Salvo, superando ampliamente los acercamientos de “El primer astronauta peruano en el espacio”. su libro debut. Parodia de literatura de anticipación, alegoría de los marginados del progreso que se adhieren a él con sus propias mañas, este cuento recupera elementos característicos de la ciencia ficción clásica para reacomodarlos, sin disfuerzos, en el terreno del costumbrismo originario del Perú.

Las tribulaciones, soledades y secretos de la clase media cercada en el aislamiento social obligatorio son notablemente descritos en las historias de Alina Gadea y Susanne Noltenius, dos escritoras que comparten en sus cuentos un asunto últimamente bastante común en la nueva narrativa local: la madre castradora que impide la felicidad de su progenie. Por su parte, Nataly Villena, en “Retorno”, toca el tema de la homosexualidad femenina en el mundo rural con un texto bascula entre la ficción y la crónica directa, oscilación de géneros que le retribuye interesantes hallazgos.

Finalmente, hay que mencionar dos relatos de resuelta factura. El primero es “La casa del presente sin ventanas”, joya verbal de Alexis Iparraguirre, uno de nuestros prosistas de mayor enjundia, quien humaniza un frío universo tecnológico cubriéndolo de cierto misticismo que revela la atrocidad de esa realidad presuntamente aséptica. El segundo, “Hayson Chuquimango”, de Diego Trelles Paz, fábula triste del desarraigo y de la incomunicación que no solo lo corrobora como un narrador ágil y ameno, sino que delata una mirada madura que va más allá del trabajo con la oralidad de sus entregas precedentes. En síntesis, la antología de González Vigil trasciende las eventualidades que la motivaron y la hicieron realidad.

Ricardo González Vigil (editor). Cuentos peruanos de la pandemia.

Macaypacha editores, 2021. 485 pp.

Relación con el autor: conocidos.

Valoración: ★★★★ de 5 posibles.

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