Rosa Beltrán (cuarta de izq. a der.) moderó el martes la charla entre los finalistas de la bienal: Antonio Soler, Rodrigo Blanco Calderón, Gioconda Belli, Manuel Vilas y Gustavo Faverón. (EFE)
Rosa Beltrán (cuarta de izq. a der.) moderó el martes la charla entre los finalistas de la bienal: Antonio Soler, Rodrigo Blanco Calderón, Gioconda Belli, Manuel Vilas y Gustavo Faverón. (EFE)
Juan Carlos Fangacio

En su tercera edición, que comenzó el lunes en Guadalajara, la Bienal Mario Vargas Llosa se ha dado de cara contra las críticas. Unas que le achacan su machismo, debido a una disparidad que ciertamente no puede pasarse por alto: 13 panelistas hombres y solo 3 mujeres. Cuatro finalistas al premio frente a solo una mujer. Y un jurado en esa misma proporción, cuatro a una.

En ese terreno desigual, un pronunciamiento titulado y firmado por más de 100 escritores y escritoras de Hispanoamérica ha dejado clara la desazón: “Queremos manifestar nuestro hartazgo y rechazo ante la disparidad de género que rige en la mayoría de eventos culturales y literarios en América Latina, así como la mentalidad machista subyacente. Es inadmisible que en el siglo XXI, en plena ola de reivindicaciones por la igualdad, se organice sin perspectiva de género un evento como [esta] Bienal”.

EN RESPUESTA
Quien ha respondido al comunicado es el español Juan Jesús Armas Marcelo, director de la Cátedra Vargas Llosa. “No seguimos otro criterio más que la calidad literaria”, aseguró. Pero ese es justamente uno de los argumentos en torno al que más compromiso se exige.

“Seguramente la organización está convencida de que su selección está fundada en la meritocracia y el trabajo se ha hecho bien y a conciencia –dijo a este Diario la escritora Micaela Chirif–. Lo que no ven es que el universo dentro del cual seleccionan está sesgado por la constante invisibilización de las mujeres que esas prácticas contribuyen a reforzar”.

Claudia Salazar Jiménez, autora de “La sangre de la aurora”, señala por su parte: “Estamos en un momento en que las escritoras ya no aceptamos que nuestras creaciones sean invisibilizadas. Reclamamos no solamente nuestro lugar en el canon, sino también en los espacios literarios públicos”.

“Persistir en hacer encuentros, conferencias y festivales sin participación de las mujeres es un atropello que ya no es tolerable, sobre todo porque hay mujeres con la suficiente preparación para hacerlo”, agrega la poeta Victoria Guerrero Peirano.

La bienal anunciará mañana al ganador de su concurso de novela entre los finalistas Antonio Soler (España), Rodrigo Blanco Calderón (Venezuela), Gioconda Belli (Nicaragua), Manuel Vilas (España) y Gustavo Faverón (Perú).

HABLAN LAS ESCRITORAS

KATYA ADAUI
"No queremos ser el cupo. Las mujeres debemos estar porque lo merecemos. El mundo está leyendo a las mujeres. Los pesos pesados todavía se leen entre ellos. Si los grandes eventos no cambian las cosas, insistiremos."

MICAELA CHIRIF
"No sé si hay algo que agregar a lo que dice la carta de rechazo que se ha hecho pública. ¿Por qué es fundamental hacer notar taras como esa? Porque están tan arraigadas y normalizadas que forman parte del 'sentido común' de muchísima gente, en especial hombres (eso se llama ideología, ¿no?). Seguramente la organización está convencida de que su selección está fundada en la meritocracia y el trabajo se ha hecho bien y a conciencia. Lo que no ven es que el universo dentro del cual seleccionan está sesgado por la constante invisibilización de las mujeres que esas prácticas contribuyen a reforzar. Hay que hacer un esfuerzo por dejar de ser machistas. Hay que incomodarse, cuestionarse y repensar las cosas. Y eso es lo que no ha hecho la organización de la bienal."

VICTORIA GUERRERO
"La carta es una manera de llamar la atención sobre un problema que tiene una gran importancia hoy: la participación igualitaria de la mujer en el campo literario. No se puede ser ciego a las demandas que hoy las mujeres estamos haciendo en la vida política y cultural. Persistir en hacer encuentros, conferencias y festivales sin participación de las mujeres es un atropello que ya no es tolerable, sobre todo porque hay mujeres con la suficiente preparación para hacerlo. Los y las productores y organizadoras de estos eventos ya no pueden seguir haciéndose los ciegos. Por supuesto, siempre habrá fuerzas contrarias, gente que quiere caricaturizar nuestra lucha porque no quiere perder su pequeña parcela de poder. Pero creo que muchas trabajadoras y, cada vez más, trabajadores del campo literario están con nosotras. Comprenden que la justicia necesita igualdad de oportunidades.
Para mí, una de las graves consecuencias de las mesas llenas de hombres, no es solamente el anonimato e invisibilización en que se mantiene la obra de muchas mujeres y de sus propuestas éticas y estéticas sino que las escritoras e intelectuales siguen manteniéndose, muchas veces, en un lugar subalterno con respecto a sus pares hombres en cuanto a sus ingresos. Recuerda que muchos de estos encuentros reciben un pago (un salario, un premio o un viático) que es un reconocimiento al trabajo que hacemos."

VALERIA ROMÁN
"Creo que hay dos cuestiones que se deben resaltar sobre este asunto: en primer lugar, hay una necesidad de exponer este tipo de taras porque la segregación y la marginalización del trabajo de las mujeres sigue existiendo, muy a pesar de los avances que las mismas mujeres pudieron conquistar a través de su lucha. Muy a pesar de que las mujeres hemos construido y conquistado espacios, dentro de los circuitos culturales se continúa reproduciendo una lógica machista, no solo a nivel de visibilización y reconocimiento, sino también al trato que recibimos las autoras (en el caso específico de la escena literaria): acoso, hostigamiento, desprecio, entre otras cosas.
En segundo lugar está exponer quiénes son aquellos que reproducen esta lógica dentro de estos espacios, lo cual indudablemente es una cuestión que excede lo literario y se demarca en un asunto político. Político en el sentido de cuestionar y disputar contra aquellos que tiene el poder de seguir perpetuando este tipo de segregación: no es nada casual que sea Vargas Llosa quien ocupe esta posición, conociendo su posición ampliamente reaccionaria y conservadora contra los movimientos emancipatorios, como lo es el feminismo."

CLAUDIA SALAZAR JIMÉNEZ
"Pues estamos en un momento en que las escritoras ya no aceptamos que nuestras creaciones sean invisibilizadas. Reclamamos no solamente nuestro lugar en el canon sino también en los espacios literarios públicos. Es una lucha que tomará algún tiempo, pero en la que seguiremos con constancia. Aceptar la intervención de las mujeres en los espacios literarios revierte en una mayor pluralidad que enriquece para todos la visión del mundo."

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