Juan José Esquerre, ‘Jota Jota’ para los amigos, es una de las personas que más conoce sobre la hípica en el Perú. El gusto por los caballos y el turf lo heredó de su padre, Felipe Esquerre, pero cuando ingresó a trabajar en esta casa editora, el tema se convirtió en pasión.
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“En El Comercio, en 1963, conocí a Federico Roggero, jefe de la página hípica, y con él mi afición fue creciendo. Comencé llevándole informaciones sobre las carreras y el estado de los caballos, pero poco a poco fui asumiendo mayores responsabilidades. Con Roggero me convertí en un hípico de verdad, pues me hizo querer a los caballos y gozar con las carreras”, relata.
Durante más de 30 años, Esquerre se dedicó al periodismo. Se desempeñó como jefe de informaciones de este Diario y como coordinador del Grupo de Diarios de América, GDA, una red de información formada por los diarios líderes del continente para el intercambio de contenidos periodísticos y editoriales. Sin embargo, el interés en la hípica nunca se detuvo. Tampoco sus visitas al Hipódromo de Monterrico ni su asistencia a certámenes nacionales e internacionales, que lo convirtieron en voz autorizada en la hípica nacional. Es en estos escenarios donde ha recogido diversas historias sobre caballos, propietarios, profesionales y personas vinculadas al turf que hoy compila en su libro.
Historias verdaderas
Una de las anécdotas que el autor comparte en su obra tiene relación con su padre y el clásico Ciudad de Lima, prueba disputada el domingo 29 de diciembre de 1963, en el reciente inaugurado Hipódromo de Monterrico. «Mi padre era muy hípico y se ‘comía’ los programas. Resulta que se habían disputado seis carreras y no acertaba una. Vino el clásico y me dice: “Ahora sí recupero todo. Mis restos son para Pepe Pillo, que solo pierde quebrándose una pata”. Lo cierto es que Pepe Pillo se quebró la pata saliendo de carrera». Ríe.
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