“He tenido desencantos por hacer lo que creo que debo hacer"

Tiene 20 años cantando ópera en escenarios de todo el mundo, pero ahora que es candidato al Congreso ha dejado salir al político que habita en él. sabe cómo evadir preguntas, exponiendo sus promesas electorales –que asegura cumplirá de convertirse en legislador– cada vez que puede. 

—¿Por qué te animaste a postular a un cargo público?

Antes que nada, por amor a mi país. Eso que quede bien claro. Segundo, esto no es nuevo en mi vida. Lo he ido postergando porque tenía muchas ganas de cantar, y las sigo teniendo, pero ahora voy a cantar por el Perú y para el Perú.

—¿Eres consciente de que si llegas al Congreso tendrás que dejar de cantar?

Por cinco años, evidentemente.

—¿Estás dispuesto a hacer ese sacrificio?

Por supuesto, es una decisión ya tomada. No puedo legislar y tener una agenda de conciertos.

—Para un tenor, ¿dejar de cantar por cinco años no es oxidarse?

No, si hay disciplina, práctica y ejercicio, como los deportistas, no tiene por qué haber óxido. Lo que no puedo hacer es seguir dedicándome de lleno al canto. Si personas como yo no toman la decisión y se comprometen, esto no va a cambiar. En mi vida llegó el momento de hacer algo. Tengo treinta y tantas noches firmadas para la próxima temporada lírica en el teatro, allá [en Alemania]…

—¿Cómo vas a hacer con eso si te eligen congresista?

Bueno, voy a tener que renunciar.

—A trabajos ya pactados…

Sí, siempre he sido consecuente con mis ideas. He tenido muchos desencantos en la vida por hacer lo que creo que debo hacer. Tengo que empezar “Los maestros cantores de Núremberg”, de Wagner, en marzo. Ya estoy en conversaciones, hago de uno de los maestros, por lo cual no estoy todo el tiempo en escena, entonces puedo retrasar mi llegada a los ensayos hasta ver el resultado de las elecciones. Te aclaro: las personas con las que yo trabajo me quieren mucho. Yo soy un tipo que funciona a base de cariño y afecto. Y mi trabajo es el primer lugar donde los recibo y los doy. Ese sería el último compromiso si soy elegido.

—¿Y el resto? ¿Crees que está bien romper compromisos ya asumidos?

Se pueden postergar, reorganizar. Es la decisión que he tomado. No podemos permitir que la educación y la cultura en nuestro país disminuyan. Y si eso no es asumido por personas como yo, con experiencia y preparación en el tema del arte y la cultura, los políticos tradicionales no lo podrán hacer, porque no tienen experiencia en el campo de batalla. Yo sí la tengo. Sé los ajustes que hay que dar a este violín para que quede a tono y afinado.

—Eres miembro estable de la Ópera de Múnich desde hace 15 años. ¿Cómo vas a manejar eso de ser elegido?

Lo voy a dejar. ¿Por qué sorprende tanto que alguien quiera al Perú? ¿Acaso nadie cree que hay que jugarse por el Perú? Yo creo que hay que hacerlo. Y voy a ganar.

—¿De qué manera tu experiencia como tenor se va a traducir en propuestas culturales?

Desde ocuparme de tener alumnos para que haya alguien aquí en el Perú que les dé la experiencia escénica y técnica que tengo yo hasta presentar proyectos de ley.

—¿Vas a dar clases también?

Por supuesto que voy a ir a las escuelas de música a colaborar. No voy a tener un empleo fijo porque no me va a dar el tiempo, pero sí iré a colaborar con los chicos y no solo les voy a enseñar técnica, sino lo que es estar en carrera, la presión que significa mantenerse, como me he mantenido yo, en vigencia por veinte años. Tenemos que crear una industria. Hay artistas que mueren abandonados, sin tener un seguro social. Esas cosas tienen que cambiar.

—¿Por qué crees que se ha descuidado ese tema?

Porque hay cosas que corregir entre nosotros. Los artistas no estamos bien sindicalizados en el Perú. Como el medio es tan salvaje, cada uno tiene que salvar su pellejo, y lo sé porque he sido artista aquí. Entonces, lo primero que tenemos que hacer es unirnos y trabajar como grupo.

—¿Se puede hacer eso como congresista?

Bueno, puedo trabajar directamente con los artistas y después nuestros resultados llevarlos al Congreso.

—Pero reunirse con los artistas es algo en lo que ya se debería ir trabajando…

Desde hoy. Desde ayer. Ya lo estoy trabajando. Ya tengo un equipo de gente formado. Me levanto todos los días a las 6 y me acuesto a la 1 de la mañana. Eso para mi voz es brutal, porque necesita descansar.

—Bueno, de llegar al Congreso usarías mucho tu voz.

Es un gran sacrificio en muchas maneras, pero las recompensas y el cariño que voy a recibir de mi gente son un premio suficiente.

—Un tenor suele tomar cuidados extremos con su instrumento vocal.

Bueno, nunca he sido especialmente maniático con mi voz. Soy un tipo muy trabajador, muy dispuesto. He hecho mi carrera con mucha disposición. Me contratan por eso. No solo hay que cantar bonito o tener suerte. Esto tienen que ver los directores: que entra Petrozzi a la sala de ensayo e ilumina la mañana gris.

—Ahora, también se podría pensar que, de llegar al Congreso, el área cultural más favorecida será la lírica.

No será así. Mira, yo quiero muchas cosas, pero tampoco soy ministro de Cultura. Hablaré con el de turno, que espero además sea de mi partido. Y le compartiré todo lo que sé. Sé cómo funciona un teatro en Europa, sé cómo se consiguen fondos, sé cómo se contratan a los artistas, cómo se hacen las audiciones, etc. Pero acá necesitamos una revolución cultural, la gente está caliente, la ciudad está agresiva. El consumismo nos ha llevado a pensar que lo mejor que podemos hacer es tener. Ahora se necesita llenar de gasolina el espíritu. ¿Y qué es eso? La cultura, el saber.

—Todo eso siempre se dice en una campaña política.

Bueno, a mí lo que digan los demás me tiene sin cuidado. Yo no me puedo preocupar por que el congresista tal no cumpla lo que promete. Un gran porcentaje de políticos quiere reelegirse, tener su plata y sus asesores. No es mi caso. Yo voy a vivir a partir de julio con un gran porcentaje menos [de dinero] al que estoy acostumbrado. Si eso no es un signo de solidaridad, tendré que buscar otros.

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