Kylie Minogue vuelve con CD de temática sexual: "Kiss Me Once"
Kylie Minogue vuelve con CD de temática sexual: "Kiss Me Once"

FRANCISCO MELGAR WONG

 

En su disco más reciente, “Kiss Me Once” (2014), Kylie Minogue ha decidido bajar del pedestal de ‘princesa del pop’ para seguirle los pasos a , Miley Cyrus y otras aspirantes al trono.

En “Aphrodite” (2010), su placa anterior,  Kylie tuvo al amor como tema central, y para ello adoptó estrategias para la composición y producción de las canciones del disco. Negándose a caer en la estructura estrofa/coro, las canciones de “Aphrodite” se revelaban con el paso del tiempo, como dos personas que apuestan por una relación sentimental a largo plazo. Los densos y majestuosos arreglos musicales evidenciaban que los temas habían sido hechos para recitales en estadios y no tanto para discotecas.

De hecho, no pasó mucho tiempo para que Minogue se embarcara en una gira y lanzara el registro de la presentación en vivo que hizo en la O2 Arena: “Aphrodite Les Follies: Live in London” (2011).

Con “Kiss Me Once” ocurre todo lo contrario. Antes de empezar la grabación del disco, Minogue contrató como productora ejecutiva a Sia Furler, cuyo currículum incluye trabajos para Katy Perry, Ke$ha, Britney Spears y Rihanna. Y el espíritu de estas jóvenes divas del pop se presiente a lo largo de todo el disco.

"Into the Blue" es uno de los temas del nuevo disco

Al inicio dije que con “Kiss Me Once”, Minogue había bajado del pedestal para seguir los pasos de las jóvenes aspirantes al trono. La razón es que a diferencia de "Aphrodite", la cantante australiana ha hecho un disco cuyo tema ya no es el amor, sino aquel que ha probado ser enormemente productivo para Rihanna, Miley y demás: el sexo.

Por eso, la composición y producción de las canciones de “Kiss Me Once” apuntan estrictamente a ello, desde sus títulos (“Sexy Love”, “Sexercise”, “Les Sex”) hasta la composición (una desnuda y directa estructura estrofa/coro) y también la producción (abundantes ritmos discotequeros con pinceladas de synth pop).

Los seguidores de Kylie tienen que admitirlo, “Kiss Me Once” no es un disco de autor (como quizás lo sea el más reciente álbum de Beyoncé o incluso el "Impossible Princess" de la propia Minogue), sino un disco planificado milimétricamente por el productor.

El resultado está a la vista: tenemos frente a nosotros un álbum de canciones que buscan posicionarse en YouTube y iTunes al lado de los hits más recientes de las nuevas divas del pop. Para ello, Kylie ha descendido al llano y ha decidido competir con ellas en su mismo territorio: hits de temática sexual e impacto inmediato.

Esto tiene dos consecuencias para “Kiss Me Once”. Una positiva y una negativa. Por un lado, es admirable que Kylie, que cuenta ya con 45 años, no se duerma en sus laureles y combata por el éxito que le están arrebatando artistas dos décadas más jóvenes que ella. Pero, por otro lado, es decepcionante escuchar un álbum que se reduce a un ejercicio de estilo cuyas intenciones comerciales son a todas luces obvias.

Vivimos una época que  exige resultados inmediatos a los artistas. Por ello, muchas veces la visión personal del músico debe ser dejada de lado para producir discos efectivos e inmediatos, pero cuyo valor musical acaba agotándose tan rápidamente como su tiempo en los primeros lugares de ventas. Y ese es el riesgo que Kylie ha decidido correr con “Kiss Me Once”.

El problema es que al renunciar a sus pretensiones y unirse a la fiesta, ha acabado bailando perdida entre el montón.

Puntuación: 2/5

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