"Creo que todos los que nos hemos ido sentimos culpa, añoranza, rabia, sed de venganza, desarraigo y la duda de no saber si migrar y renunciar a los planes que teníamos fue lo correcto". Jano Clavier está a punto de estrenar una obra que reflexiona sobre todo lo que están viviendo los venezolanos que se vieron obligados a dejar su patria, sus sueños y familia. Aunque reconoce que es un privilegiado por tener DNI peruano, Clavier deja en claro que dejar su país no se le hizo fácil. Ahora, él tiene la oportunidad de sacar a la luz cuestionamientos que él y el elenco, en su mayoría venezolano, comparten.
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La forma en la que Clavier plantea el acercamiento es a través de un clásico que, además, da nombre a su obra. "Electra" llegará a las tablas del teatro La Plaza este viernes 21 y, con ella, la historia de una familia que se mata a sí misma. "Para mí, esa pulsión de muerte, ese absurdo círculo de sangre, es una metáfora de lo que es Venezuela hoy en día. En esta versión se propone que Orestes, el personaje que regresa a la casa para cumplir la venganza heredada, quiere cambiar las cosas. Él desea vivir allí y quiere eludir su misión para romper con el círculo".
El dramaturgo y director de esta puesta en escena reconoce que, tanto a él como al elenco, les gustaría ser el Orestes de esta obra. "Creo que él expresa la fantasía de poder hacer algo para detener el círculo de sangre y que sea posible vivir en la casa que dejamos".
–Tantas veces, Electra–
Dependiendo de la versión que se lea, Electra y Orestes (a veces solos o en tándem), se vengan de su madre, Clitemnestra, y de su amante, Egisto, por haber matado a su padre, Agamenón, quien es acusado de asesinar a su hija Ifigenia. El final, sin embargo siempre es el mismo: en sus manos queda la sangre del familiar.
Desde Sófocles, pasando por el músico Richard Strauss, las miradas sobre la historia de Electra abundan. Carl Gustav Jung acuñó un término para nombrar la versión femenina del complejo de Edipo, detalle que se subyace en la versión de Clavier. De igual forma, el rencor y el remordimiento del clásico forman parte de "A Electra le sienta bien el luto", obra del dramaturgo Eugene O'Neill. Y la lista continúa.
Clavier, respaldado por La Plaza, se suma a esta tradición. Él apuesta por situar la tragedia en la Caracas de hoy en día. La difícil situación que se vive en el país se contrasta con la fiesta que han organizado Clitemnestra y Egisto, quienes para adornar la casa han mandado a traer desde Miami unos globos dorados que brillan sobre el escenario.
La llegada de los invitados revelará la verdadera situación: en medio de tanta fiesta, el dolor los consume profundamente. Ni siquiera el burócrata del gobierno, aquel que trae el alcohol y la fiesta, es feliz: puede mantener un buen status social, pero el alma le cruje al ver que los hospitales no pueden salvar la vida de los niños. Esa y otras contradicciones se hacen presentes en lo que se termina por convertir en un drama desgarrador.
–La casa es el país–
Algunos autores han encontrado en el hogar, específicamente la casa familiar, una metáfora para hacer referencia a su país. Ciertas críticas, por ejemplo, sitúan a "Casa tomada" de Julio Cortázar dentro de esta lista. En el cuento se ve a un par de hermanos pasando sus días en una enorme y antigua casa colonial. Nada de lo que sucede afuera de las paredes les importa: solo quieren vivir tranquilos. Su paz, de un momento a otro, se interrumpe por el embate constante de presencias de naturaleza indescifrable. El miedo a perder su hogar hace que se aferren a él, pero ni en esas circunstancias se interesan por descifrar qué o quién los está molestando. Esa podría ser la Argentina que no quiere ver sus problemas.
Fito Páez también recurre a este recurso. En 1999, publicó "La casa desaparecida" –que pertenece al disco "Abre"–, y en ella describe las taras de su país y sentencia en sus estrofas que nada, ni siquiera aquello que los une, los puede volver una nación.
A esta usanza, ahora, se suma Jano Clavier. En "Electra", la casa es grande y "se nota que antes era blanca y ahora está gris por la lluvia y porque no tiene mantenimiento", recita uno de los personajes. "Tiene una muy buena energía -agrega Clavier-. Está en una montaña y se puede ver toda la ciudad".
Desde allí, algunos venezolanos solían evitar ver al resto de Latinoamérica, para, como confiesa el autor, prestarle especial atención al norte, a Estados Unidos, país con el que mantienen una relación de amor-odio. Los últimos eventos sucedidos en su país –el arribo de Juan Guaidó y al apoyo del país de Trump hacia su empresa– han vuelto a poner el tema sobre la mesa.
Clavier recuerda que varios mensajes y memes empezaron a circular por las redes sociales y que los que pudo ver estaban a favor de EE.UU. por traer la salvación encarnada por Guaidó. "Y la gente se sentía orgullosa de que estuvieran jodiendo a Maduro, pero quizás no se daban cuenta de la ironía: Estados Unidos se mostraba como el gran enemigo que Chavéz había dibujado durante toda su vida. Le estaban dando la razón a Chávez. Pero tal vez no es que la gente no se diera cuenta, sino que es tanta la necesidad de cambio, la necesidad de que alguien venga y detenga esto, que no importa quién sea.
Obviamente, la discusión es más compleja y esto lo acoto porque la izquierda suele tener el discurso de que EE.UU. es el culpable de todo y eso es quitarle crédito al gobierno de Venezuela que desde hace 20 años ha demostrado que es una organización criminal enquistada en el poder y que no tiene ganas de conversar con nadie. Allí, en el medio, está el pueblo".
MÁS INFORMACIÓN
Teatro La Plaza (Av. Malecón de la Reserva 610, Miraflores)
Estreno: viernes 21, 8 p.m.
Temporada: hasta el 23 de julio.
Días y horas: de jueves a martes, 8 p.m.; domingos, 7 p.m.
Entradas en Teleticket.
ELENCO
Morelis Rodríguez – Electra
Alejandra Guerra – Cliptemnestra
Ricardo Ospino – Orestes
Jesús Sosa – Egisto
Roselyn Gabriela Sosa Rea – Crisóstemis
Johan Escalante – Melquiades