José Silva

considera fundamental que uno se divierta en lo que hace para que las cosas salgan bien. Y esa filosofía la aplica en su trabajo. A sus 48 años parece haber aprovechado esta nueva oportunidad que le da la vida para reinventarse y ser feliz sobre un escenario, haciendo lo que para muchos nunca debió dejar de hacer: actuar, transformarse en otra persona y sentir los aplausos del público.

En el musical “Mamma Mía!”, Johanna es una divorciada que tiene bien claras dos cosas: vivir cómodamente y colocar al amor como la última de sus prioridades. Sin embargo, si esperabas encontrarte un personaje frívolo, te equivocas. San Miguel lo ha convertido en una figura cálida e irreverente.

En la historia que dirige Juan Carlos Fisher en el Peruano Japonés, Johanna y Wendy Ramos (Tanya y Rosie) deben ayudar a su amiga Donna –la protagonista, interpretada por Ebelin Ortiz—a descubrir cuál de sus tres ex parejas (Harry, Bill y Sam) es papá de su hija Sophie.

Lo que para cualquiera podría ser un terrible drama se convierte en una situación sumamente divertida, en la que tres sujetos (Paul Martin, Gustavo Mayer y Diego Bertie) se esfuerzan por ser el mejor papá sin estar seguros de que Sophie (Gisela Ponce de León) sea realmente su hija.

En esta ocasión, Johanna San Miguel visitó “El Comercio” para hablarnos sobre su papel en “Mamma Mía!”, el musical que viene presentándose a sala llena desde el 1 de junio y que irá hasta el 28 de agosto. Los interesados pueden comprar las entradas en Teleticket de Wong y Metro.

-Johanna, ¿cómo definirías esta versión de “Mamma Mía!” en el Peruano Japonés?

Es una fiesta. Transmite un mensaje muy entrañable y la gente de todas las edades, generaciones y géneros se puede identificar con situaciones, con los personajes o quizás con alguna canción o algún detalle. Y nos le ha pasado también a los actores que nos hemos identificado con alguna situación cuando leímos por primera vez el guión.

-¿Cómo defines a tu personaje en el musical?

Es súper divertido. Tanya es una mujer que se divorció tres veces y que prácticamente se ha casado siempre por dinero, por mantener un status muy cómodo. Ese es su objetivo. Es una mujer que no busca el amor, a diferencia de Donna [Ebelin Ortiz] y de Rosie [Wendy Ramos]. Y Tanya va al matrimonio de Sophie, la hija de Donna, y se encuentra con este problema de que su amiga no sabe cuál de sus tres ex es el papá de su hija. El objetivo de Tanya y Rosie es levantarle el ánimo y decirle a Donna que nada es tan terrible y que la vida continúa. En la película, mi personaje es bastante más rudo, pero yo aquí he tratado de hacerla muchísimo más dulce.

-¿Qué es lo que más te ha costado de este regreso al teatro?

¡Las coreografías! (risas) Como mi personaje es más sofisticada, entonces tenía que usar tacos. Si ves durante la obra soy la única que usa tacos, además de que soy chata. Juan Carlos me dijo que debía usar los tacos más altos del mundo y yo le dije ‘no te pases ah, me voy a caer’. Todos estaban muy cómodos ensayando con zapatillas y yo en tacos. Llegaba a casa con un dolor de pies que quería llorar. Igual pasa en la función. Suena zonzo pero estar dos horas y media parada, bailando, saltando y trepándote…

-¿Pero ya te adaptaste o sigues sufriendo por eso?

No, ya está todo bien. Ahora camino en tacos sin problemas.

-Algo que tiene Juan Carlos Fisher es una habilidad especial para asignar personajes exactos para cada actor. ¿Tanya era perfecto para ti?

Yo creo que pude hacer bien tanto a Tanya como a Rosie, de todas maneras. Cuando Juan Carlos me propuso estar en “Mamma Mía!”, así me hubiera dado el personaje de Pepper [Guillermo Castañeda] yo hubiera aceptado. Quería estar ahí y estoy súper agradecida. Tanya me parece un personaje lindo, sus canciones y coreografías también. En un momento me cargan por los aires y me llevan de un lado a otro. ¡En los ensayos gritaba y chillaba!

-Y supongo que te reías mucho…

¡No! (risas) Gritaba porque estaba aterrada de que me carguen de un lado a otro. En una parte caigo incluso. Pero Vania Maías y los bailarines son tan profesionales que la confianza con los compañeros fluye.

-¿Cómo te has manejado con el elenco completo del musical?

Lo máximo. Son personas geniales. Con Gustavo [Mayer] es la primera vez que trabajo pero es muy agradable y simpático. Paul [Martin] es graciosísimo, Diego [Bertie] es un locón. He trabajado de chibola con él y es un amor de persona. En general es un grupo muy armonioso y “Mamma Mía!” es como un engranaje. Cada uno es una pieza fundamental. Actores, productores, los de tramoya, el ensamble, todos cumplimos una función igual de importante. Eso permite que las cosas salgan bien.

-¿La relación empieza y termina en el teatro o fuera de él también dialogas con tus compañeros de elenco?

Todas las noches nos envían notas con indicaciones relacionadas a cosas en las que cometimos algún error, o también nos dicen si hicimos algo muy bien. Pero también hay un chat de ‘Mamma Ladies’ (risas), por no decir ‘Las Mamamas’, en donde chateamos Ebelin, Wendy y yo, y nos matamos de la risa. Igual sí, salimos, vamos a la casa de Diego a comer, o quizás vienen a mi casa. Somos amigos y eso es lindo porque trabajar con gente que es amiga, que quieres mucho y que conoces hace tantos años, es un placer.

-¿Eres muy autocrítica con tu trabajo en el teatro? ¿Cuál crees que es el error en el que más has caído en esta temporada?

Sí soy muy autocrítica. Creo que en los pasos (de baile). A veces me ha pasado que no lo he hecho bien y hay momentos en que la coreografía es como un relojito suizo, tan perfecta, que si te sales se nota quién se equivocó. Yo creo que el público sí lo nota y eso me puede matar, me puedo morir de vergüenza.

Tres clásicos de Abba interpretados por el elenco de "Mamma Mía!" (Fuente: Arte en El Comercio)

-Hay otro detalle y es el humor, y tú lo manejas muy bien junto a Wendy Ramos. Ha sido como una nueva oportunidad para hacer casi una dupla y por primera vez en un musical…

Claro, aunque es un trío junto a Donna, pero bueno sí, son dos amigas que van a buscar a Donna. Y es demasiado divertido porque Wendy es fantástica. Aprendo muchísimo de ella. Es una súper actriz y es la mejor ‘claun’. A veces hacemos cosas antes de salir (risas), tipo rituales y cábalas, porque tienes que estar en un estado de juego. La idea es divertirse, porque ese es el truco para que las cosas funcionen. Si te dejas de divertir en tal o cual cosa, es momento de irte.

-Cuando uno sabe poco sobre “Mamma Mía!” y se encuentra con ustedes dos haciendo de dupla supongo que recordará Patacláun, por las claves de humor, las indirectas y todo lo que le ponen a sus personajes…

Obviamente, imagino que debe pasar porque ves a dos actrices que participaron de una serie muy querida y te va a remontar a escenas del pasado, pero estos personajes son completamente distintos.

-¡Definitivamente!

Antes yo pude haber sido una más Rosie y ella una más Tanya. Ella ahora es más fuerte, poderosa, imponente y yo soy mucho más dócil y ligera.

-En “Mamma Mía!” es Guillermo Castañeda el jovencito pícaro que te pretende. ¿Cómo ha sido trabajar con él?

Una vez trabajé con él en una obra de Carlín. Cuando me dijeron que él haría a Pepper me reí tanto. Ha sido todo muy divertido porque es un personaje muy gracioso y Guillermo le ha metido cosas muy tiernas a Pepper. La escena (junto a él) resulta muy divertida.

-Por ratos Tanya ni lo mira sobre el escenario…

Es cierto. Es que ella no busca el amor ni por asomo. Su objetivo máximo es divertirse, estar con sus amigas, ayudar a Donna, ¡y hacer que Rosie consiga pareja!

-¿Tuviste la chance de ver previamente el musical en un teatro del extranjero?

No, nunca pude ver la obra afuera. Pero sí he visto la película y es linda. ¿Y qué más puedo saber de “Mamma Mía!”? Las canciones de Abba, obviamente. Yo tengo 48 años y Abba es de mi época de chibola. Veías los videos y esos efectos antiquísimos, que por entonces nos parecían ‘súper modernos’.

-Al final del musical todos tienen que vestir una ropa muy pintoresca…

Ese es un trabajo de Sitka Semsch, que es la mejor. Los vestuarios del final, muy setenteros, con zapatos inmensos y campanas. Paul Martin, Diego Bertie y Gustavo Mayer con el pecho al aire. Es muy divertido. Para nosotros estar todas las noches frente al público es un regalo maravilloso. Ver a la gente parada, cantando y viviendo una fiesta es como decir ‘qué suerte estar aquí haciendo este mix precioso y con un público tan feliz’. Todos nos vamos con una sensación indescriptible. Para un actor eso es todo.

-En la parte final del musical la gente puede sacar su celular y grabar lo que pasa en el escenario…

Al final la gente puede sacar su celular porque ya es todo como un concierto y baja esta bola gigantesca de espejos. La gente canta y graba, luego cuelga el video en su Facebook. Es como si esa cuarta pared del teatro se rompe y estamos todos juntos, celebrando la vida.

-Han demorado varios años para traer “Mamma Mía!” al Perú, no solo por el costo, sino también por todo lo que significa. ¿Estás satisfecha con el resultado final?

Definitivamente. No tengo palabras para expresar lo feliz que estoy. Estoy muy agradecida con Juan Carlos por convocarme. Hablamos al respecto hace casi un año y acepté en una. Ni si quiera terminé mi café y le dije que sí. Yo quería hacer teatro hace mucho tiempo pero por diferentes razones no podía. Ahora estoy en el teatro y de ahí nadie me mueve.

-¿Solías ir mucho al teatro en tus tiempos libres? ¿Qué tipo de género aprecias más?

Sí, claro. Iba a ver a mis amigos. Me encantan todos los géneros. Esta es mi primera vez en un musical y me he quedado encantada porque aprendes mucho. Es un reto cantar y bailar a la vez. Es exigente y me gusta aprender nuevas cosas. Ya le dije a Juan Carlos que para el siguiente musical quiero estar de todas maneras.

-¿Crees que el teatro ha ido dejando de lado esta idea de que es elitista?

Definitivamente. A veces las personas pueden decir que el teatro cuesta un montón de plata pero felizmente hay una plataforma que permite acceder a distintos precios. Además, en el caso de “Mamma Mía!”, el Teatro Peruano Japonés  permite que desde donde estés lo veas extraordinario. Particularmente a mí me gusta mezzanine (arriba) porque te permite ver todo de forma panorámica. Ves cada detalle, desde la escenografía, los bailes también los verás en conjunto. Además ahí tienes más opciones de precios.

-¿Por qué nuestros lectores tendrían que ir a ver el musical “Mamma Mía!”?

Es una obra que te hará salir del teatro con el corazón más grande. Vas a valorar muchas cosas, la familia, los amigos. La obra se cierra con una gran fiesta y se todos convierten casi en una sola persona celebrando la vida, la amistad y el amor.

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