Es fácil decir que para mantener una relación a distancia basta solo con tomar la decisión, respetarla y seguir hacia adelante. Esos románticos citan las experiencias de Sigmund Freud, quien durante cuatro años mantuvo enamorada a Martha con más de mil cartas y solo seis encuentros. Antón Chéjov también salta a la luz por su amor con Olga Knipper, a quien veía muy de vez en cuando porque su enfermedad lo obligaba a estar en un clima menos duro que el de Moscú. Con casos como esos, la distancia a la que el coronavirus nos ha obligado, sumado al uso de Whatsapp, Facebook y Zoom, hacen que la cuarentena producida por el coronavirus parezca un problema menor para las parejas actuales.
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Valdría, sin embargo, preguntarse qué tan cierto es eso. O, en todo caso, pensar cómo las condiciones extraordinarias que nos tocan vivir afectan la vida en pareja, tanto de los convivientes como los que no lo son.
Para ello, charlamos con tres especialistas, quienes nos dieron sus opiniones. Ellas son Katherin León Olórtegui, psicóloga y psicoterapeuta; Cristhina Bernal, especialista en mindfulness y compasión; y Andrea Montalvo, psicóloga clínica.
–¿Es la cuarentena mala para el amor?
Cristhina Bernal (CB): No. Considero qué pone sobre la mesa muchas de las cualidades que cultivamos en una relación de pareja, desde la paciencia, comprensión, compañerismo, apoyo, amor y respeto. Sin embargo, si no cultivaste valores que permitan que tu relación se sostenga, la convivencia no será sencilla. En esta situación de incertidumbre y estrés, las críticas pueden salir con mayor facilidad, lo que impedirá que las personas se relacionen con más tolerancia y, pronto, cada uno tomará una actitud defensiva. Para evitar esto es importante tener en cuenta qué estoy aportando a la relación para, al menos, hacer todo este proceso más llevadero.
Katherin León (KL): A mi parecer, no. La cuarentena es una forma de proteger al resto de personas, vivamos con ellas o no.
Andrea Montalvo (AM): No es necesariamente mala. Hablando de parejas que viven juntas y en las que no hay una relación de abuso, ahora tienen que pasar el 100% de su tiempo al lado del otro, y eso puede ser una incubadora o acelerador de varias cosas. En estos momentos se pueden descubrir cuáles son los límites de cada uno, cuáles son sus herramientas para manejar los conflictos; se puede aprovechar el tiempo para tener conversaciones significativas, y lograr que la relación se vuelva más fuerte. Pero, por otro lado, puede ocurrir que se aburran rápidamente el uno del otro; que encuentren un desequilibrio en los roles de pareja; que descubran patrones y resentimientos que no habían notado antes; y que todo esto genere conflictos que, muy probablemente, iban a aparecer en el tiempo.
–Ahora que el virus está pasando en China, en Xi'an se han presentado una cantidad nunca antes vista de divorcios. ¿Cómo evitar sacar lo peor de uno mismo cuando se comparte, por obligación, tanto tiempo con otra persona?
CB: Creo que antes de entender al otro, tiene que ver con sostenerse cada uno en la incertidumbre. Si cada uno atiende sus propios miedos y ansiedades, el tiempo juntos será más llevadero. Saber que quien está a tu lado puede estar pasándola igual o peor ayuda a tener una actitud más amable. Eso sí, es importante recordar que todos somos novatos en vivir situaciones como esta. Tener una rutina también puede ayudar. Por ejemplo, muchas personas están haciendo teletrabajo, lo que significa que es importante hacer una lista, fijar cómo se organizarán, en qué momento habrá tiempo para los dos. Intentar hacer cosas que jamás hicieron, como armar rompecabezas, jugar videojuegos, meditar, hacer clases de ejercicios en línea, entre otras cosas, también puede ayudar. Estar dentro de la casa no tiene que ser aburrido: todo depende de la actitud.
Katherin León (KL): La convivencia en pareja es una situación difícil que requiere del despliegue de nuestras habilidades, porque sostener en armonía un hogar compuesto por dos personas con creencias, opiniones, costumbres, motivaciones y formas distintas de ver el mundo, es uno de los retos más complicados. Allí reside la importancia de establecer relaciones con personas con bases similares a las propias. Uno de los aspectos esenciales para una buena gestión de la vida cotidiana son las relaciones de poder en la pareja. ¿A qué me refiero? A cuestiones como la toma de decisiones, organización de actividades, a disponer de nuestros propios espacios, entre otras cosas. Para conseguirlo es necesario revisar las creencias, valores, tipo de personalidad, etc. Cuando hay conflictos que atañen a estos temas es porque, probablemente, haya una lucha de poderes. En esos casos, lo ideal es negociar, dialogar y discutir para llegar a acuerdos. También es entender que mis necesidades y demandas tienen el mismo valor que las de mi pareja. Finalmente, esto puede convertirse en una invitación para mejorar.
(AM): Cuando una pareja se ve forzada a alterar su rutina ocurren muchas cosas. Primero, cada miembro de la pareja tiene que enfrentar cambios en su vida y, para superarlos, todos tenemos herramientas distintas. A esto le sumamos que la persona con la que ahora pasamos todo nuestro tiempo también está teniendo que enfrentar cambios similares, un escenario que se puede prestar para generar muchos conflictos. La comunicación es básica para evitar sacar lo peor de uno mismo y establecer límites claros: las personas podrán manifestar cómo se sienten y si algo les molesta, además que es más fácil solucionar los conflictos cuando se puede hablar de ellos. Por otro lado, es muy importante establecer límites en la relación, esas fronteras que delimitan cuánto una persona está dispuesta a tolerar, cuáles son sus necesidades y cómo nos relacionamos con otros. Esos límites deben quedar claros, ser justos y respetuosos de uno mismo y de la otra persona.
–Quizás también funcione al revés y los malos tiempos unan más a las personas ¿Qué tanto sentido tiene eso?
CB: Eso está relacionado al instinto de supervivencia y al hecho que somos seres sociales. En una situación como esta, donde de pronto tienes al lado a alguien que consideras vulnerable, te surge, desde el amor, el cuidado, la atención y comprensión hacia ese ser porque deseas que esté bien y que no le pase nada malo. Es decir que cuidas al otro para que experimente sufrimiento y, quizás por eso, le preguntas con más constancia: “¿cómo te sientes? “.
Katherin León (KL): Las situaciones complejas son invitaciones para que las parejas evalúen su situación, para que se conozcan más y sepan cómo reacciona la otra persona en tiempos de estrés, ansiedad, cómo manejan sus impulsos, cómo gestionan sus emociones. Es probable que, en una etapa inicial de enamoramiento, se muestre lo bonito, los puntos por mejorar se oculten o que estos se manejen de forma distinta. Es distinto en situaciones reales de crisis, en las que las personas muestran sus miedos e inseguridades. Es ahí que se evalúa la respuesta de la pareja. Esto puede tener dos resultados: que se confirme que la persona es la adecuada para tener una relación o que se trata de alguien que no tolera y cuyas actitudes y comportamientos dañan.
(AM): Esto también puede suceder. Al estar forzado a compartir todo el tiempo con otra persona, se pueden descubrir o crear nuevas dinámicas en la vida de pareja que, finalmente, ayuden a unirlos más que antes. Puede ocurrir que descubran nuevas y mejores formas de resolver conflictos, al tener que enfrentar nuevas situaciones juntos; o que aprovechen el tiempo juntos y lo inviertan en conocerse mejor y en volverse más amigos, lo que hará que se aprecien más que antes. Finalmente, esta situación va a poner a prueba las habilidades que tenemos todos para enfrentarnos al estrés y a los conflictos, y qué tanto estamos dispuestos a tolerar en nuestras parejas. En los casos en los que se maneje de una manera positiva, puede que la pareja salga del otro lado del aislamiento más unida que antes y con nuevas dinámicas y estrategias para enfrentar la vida juntos.
–Con respecto a las parejas que no conviven, quizás el deseo y la imposibilidad de tocarse juegue a favor de la relación. ¿Qué opinas?
Katherin León (KL): Depende. Sabemos que existen cuatro componentes en las relaciones de pareja: el amor, el compromiso, la intimidad y el romance, cuyas características dependen de la cultura. Ello invita a ver las relaciones de dos modos: quizás se trate de algo pasional y que se evalúe a partir de la falta de contacto físico y ver que no hay nada más en común; o que se confirme que la pareja se quiere conocer más en otras áreas.
AM: Hay parejas que no viven juntas a las que este tiempo lejos les va a dar la posibilidad de “extrañarse” y que, a la larga, va a tener muchos beneficios. A veces, no estar físicamente con la pareja por un tema de distancia física, ayuda a utilizar otros canales o medios para mantener la relación cercana. Por ejemplo, existen los mensajes, fotos y videos (siempre con mucho cuidado), que ayudan a que la comunicación sea mucho más fluida con respecto al tema del deseo, lo que les gusta y lo que no y que, al tener que experimentar con nuevas formas de estar cerca, la relación se vuelva más unida también.
–¿Qué recomendarías a las parejas que viven juntas para que la relación no se les vaya de las manos?
CB: Lo importante es cultivar cualidades que nutran a la relación de pareja. Siempre van a existir diferencias, pero lo importante en este momento es tener en mente que el otro hace lo mejor que puede y con la mejor intención. Importa también, aun si compartes el espacio, tener tiempo a solas porque eso puede ayudar a que entiendas tus propios problemas. Ayuda, además, tener una lista u organizarse para resolver las cosas de la casa y que nadie siente que hace más o menos que el otro. La equidad, en estas circunstancias, ayudará mucho. Y, en general, en una situación de incertidumbre, tener claridad o certeza sobre las cosas que controlas hará que los niveles de estrés y ansiedad no se eleven y, por ende, la interacción con la pareja se hará más llevadera.
KL: Es necesario conversar, expresar cómo se sienten, aprender a gestionar las emociones, asumir un compromiso real. También es necesario establecer espacios para cada uno, tiempos fuera; así como crear espacios para que la pareja comparta, converse y lleven adelante las responsabilidades del hogar. Es probable que, cuando la cuarentena pase, se conozcan más y sea una invitación a iniciar un proceso de terapia psicológica individual o en pareja.
AM: Trabajar en la confianza, la comunicación y los límites. Cuando tomamos la decisión de vivir con una pareja, estamos aceptando a la otra persona con todo lo que trae y, además, nos estamos exponiendo completamente y esto es fácil olvidarlo en el día a día. Cuando estamos ocupados y nos dedicamos solo al trabajo, es fácil que nos sumerjamos en la vida afuera de la pareja y que dejemos eso para el final. En ocasiones raras como la que estamos viviendo, en que las parejas nos vemos expuestas a tener que estar todo el tiempo juntas, es importante que se aborde la confianza otra vez: el sentir que podemos ser nosotros mismos y que vamos a ser aceptados por la otra persona tal y como somos. Además, como mencioné antes, es muy importante trabajar en tener una comunicación fluida para poder resolver los conflictos que, indudablemente, van a ocurrir. Para eso mismo sirve el establecimiento de límites: para tener una comunicación abierta y honesta; para respetar las diferencias entre los miembros de la pareja; preguntar con honestidad qué es lo que el otro quiere; poder decir que “no” sin miedo y poder definir el valor propio y no esperar que otros – en este caso la pareja – lo hagan.
–¿Y a los que están separados por las circunstancias?
KL: Existen varios aspectos de la pareja que se pueden trabajar, así como también los lados personales para mejorar como personas. Gracias a las herramientas virtuales las parejas pueden programar actividades, ejercicios físicos por videollamadas, juegos en línea, cursos virtuales, citas por video, siempre y cuando el acuerdo de respeto y consentimiento estén por delante.
AM: Esta situación puede ser muy complicada, especialmente para la persona que se quedó lejos porque no consiguió un vuelo o porque tiene que hacer la cuarentena fuera de casa. En una situación de cuarentena o aislamiento como la que estamos viviendo, pasar el tiempo en casa y no en un lugar ajeno provee una sensación de seguridad que puede ser muy calmante. Sin embargo, la preocupación por una pareja que está lejos puede añadir una dosis extra de miedo, rabia o ansiedad a la que naturalmente estamos sintiendo por todo lo que está pasando. A estas personas les recomendaría que abran canales de comunicación lo más fluidos posible. Intentar aprovechar todas las herramientas tecnológicas que tenemos disponibles para poder comunicarse, y hablar acerca de cómo se están sintiendo, siempre siendo muy empáticos con el otro; tener en cuenta que esta situación va a acabar eventualmente, e intentar apoyarse mutuamente para pasar la separación de la mejor manera.
–¿Qué hacer cuando las herramientas virtuales son insuficientes?
CB: A todos nos pasa eso, estando o no en aislamiento físico. A veces tenemos de todo, pero no es suficiente. Es importante hacer una lista de las cosas que te gustan hacer, algo sencillo que te ayude a mantener la calma y la tranquilidad, como pintar, dibujar, leer, hablar con alguien, cocinar, etc. Recordemos que en encierro o no, lo importante es atender a lo que nos pida nuestra esencia.
KL: Es lamentable que, en estos momentos, sean los únicos recursos con los que contamos. En esas circunstancias, podemos empezar a cuidar los vínculos con la familia que tenemos cerca o con quienes convivamos. Así también es una oportunidad para crecer como personas y mejorar.
AM: En estos casos, las parejas podrían acordar hacer actividades en simultáneo para luego compartirlas cuando estén juntos. Por ejemplo, escribirse cartas o contarse a diario lo que han hecho o cómo se han sentido (esto puede hacerse en una especie de diario o en un archivo en la computadora) como si le estuvieran hablando a la otra persona puede hacerlos sentirse más cerca de su pareja, incluso cuando la distancia física es grande. La idea es que postcuarentena se compartan estos textos para mantenerse al tanto de qué hicieron y cómo se sintieron mientras estaban separados.
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¿Quiénes son las personas que corren más riesgo por el coronavirus?
Debido a que la covid-19 es un nuevo coronavirus, de acuerdo con los reportes que se tienen a nivel mundial, las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes son las que desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.
¿Debo usar mascarilla para protegerme del coronavirus?
Si no tiene síntomas respiratorios característicos del covid-19 (tos) ni debe cuidar de alguien que esté infectado, no es necesario llevar una mascarilla.
La OMS recomienda evitar su uso, debido a que en esta pandemia, estos implementos puede escasear. Ahora, recuerde que si usa uno, este es desechable; es decir, solo se puede utilizar una vez.
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