Alfonso Rivadeneyra García

Las imágenes provocaron reacciones. (Ate, Lima) desarrollaron, a propósito del aniversario de su comunidad, desfiles que tenían que ver más con un festejo que con el acostumbrado despliegue marcial. Atuendos de colores, coreografías y un uso lúdico de la música es lo que se vio en su paso. Una performance que generó comentarios de aclamación, así como de crítica.

“Apoyo todo lo que implique la desmilitarización de la educación”. “Los desfiles cívicos ya no los hacen como antes”. “Un desfile de este tipo debería ser el reemplazante del desfile militar de 28 de julio de todos los años”. “El mejor performance en desfile alguno por Fiestas Patrias en la historia del Perú. Esto debería ser obligatorio en todo el país”. Estos fueron solo algunos de los comentarios publicados en torno a esta nueva forma para representar la tradición. Solamente que “nuevo” no es la palabra más exacta.

“Yo no creo que sea nuevo, porque si nos trasladamos a provincias hay una fuerte costumbre sincretista, de mezcla de diferentes cosas que al final producen un nuevo producto”, contó a El Comercio el sociólogo Jorge Yamamoto al ser consultado sobre estas manifestaciones. “¿Qué está surgiendo? Una manifestación de sincretismo, que no es la Parada Militar, pero es una fiesta donde se celebra la patria y tiene cosas mezcladas. Eso se veía desde hace décadas atrás, pero los migrantes lo van trayendo a las ciudades”, añadió.

No está de más examinar cuál es la lógica de un desfile militar, que ante todo es un ritual. “Los rituales técnicamente son formas de comunicarse con lo sagrado, con aquel otro mundo, con una dimensión que está más allá”, dijo el antropólogo Alexander Huerta-Mercado. Los rituales mantienen unida a la sociedad.

“Curiosamente en el Perú los rituales cívicos, los rituales que unen a la nación, han sido militares. Esto llama la atención y te hace pensar cómo la historia del Perú ha sido escrita desde una perspectiva militar. Analiza esto: Nosotros estudiamos la historia del Perú en textos que te hablan más bien de batallas. Muchas de estas batallas son victorias morales más que victorias, o la independencia hecha por batallas, y también gobiernos a comienzos de la República hechos por caudillos militares. (…) “Nosotros hemos tenido una tradición demasiado militar para este tipo de fiestas”, resaltó el estudioso.

Pero el desfile militar no es exclusivo de Perú. Cuenta Yamamoto que su origen se puede rastrear a los inicios de la humanidad, cuando todavía vivíamos en un aguerrido conflicto entre tribus. “El desfile militar tiene dos funciones principales en el desarrollo de la humanidad: decirle a los enemigos ‘cuidadito, no te metas conmigo’, y la del compromiso patrio, que yo desfilo como parte de ese orgullo nacional y que somos una nación que se defiende”, sostuvo el sociólogo. Claro, Yamamoto resalta que en Perú, “entre que damos pena y no somos tan agresivos y belicosos” como otros, el desfile “va mutando a una expresión cívica y a un rito”.

¿Y qué papel tienen los escolares en marco de estos desfiles? Hay colegios que fomentan la participación de sus estudiantes en estas actividades. Los hacen formar, tomar distancia, alzar una pierna y luego la otra. Incluso el corte de cabello es de estilo militar. Pero a diferencia de las décadas anteriores, ahora los estudiantes tienen acceso a internet, donde pueden ver que los desfiles no son la única forma de profesar patriotismo.

Así se desarrolló la Parada Militar en 1955, cuando todavía había marchas en el Campo de Marte.
Así se desarrolló la Parada Militar en 1955, cuando todavía había marchas en el Campo de Marte.
/ El Comercio

Allí entran las manifestaciones como los desfiles vistos en Huaycán, cuyos participantes se dejarán ver en la Parada Militar del lunes 29 de julio. “Yo creo que son respuestas más creativas y flexibles para conseguir aquello que antes era más un callejón sin salida de qué era la patria, una suerte de uso de símbolos y uso de obligaciones; más deberes que derechos”, contó Huerta-Mercado, para quien los jóvenes ya no están tan identificados con la idea del peruano de cuerpo dócil, obediente, militar. Que presentan en respuesta otras expresiones, pues en el mundo moderno ya “primó la individualidad, una lucha por la libertad y a identidad propia”.

Yamamoto resalta que manifestaciones como la de Huaycán muestran que a veces el rito se caracteriza por perder el sentido, pero la costumbre se mantiene y vira hacia lo cívico, “y ahí se va mezclando, fascinantemente, con otras tradiciones culturales como la andina, en la cual en la fiesta en vez de demostrar el belicismo, vamos a bailar y vamos a estar unidos”.

Finalmente, la Parada Militar y desfiles afines son algo que va a persistir con el tiempo, sin importar que haya quienes estén en contra. Dijo Huerta-Mercado: “Creo que es una tradición muy arraigada de todos modos que mantiene el Perú unido. Porque podemos hablar tú y yo sobre esto, pero va a seguir habiendo mucho éxito en esta Parada Militar. Va a seguir habiendo muchas personas que van a madrugar para ver esto porque sigue sosteniendo a la nación. (…) Digamos que es una tradición. Y conforme los chicos vayan creciendo va a haber nostalgia”.