Lynlee Boemer pesaba solo 1 libra y 3 onzas (casi medio kilo) cuando los médicos le extrajeron un tumor que casi igualaba su peso. A las 23 semanas de gestación, la sacaron del vientre de su madre, Margaret Boemer, durante 20 minutos para realizar una cirugía que duró unas cinco horas. Luego, los cirujanos volvieron a colocarla en el útero.
Margaret, residente de Lewisville, Texas, no dudó en someterse a la cirugía fetal abierta. “Sabía que estábamos haciendo esto para intentar salvar su vida”, dijo Margaret a People. “Eso es en lo único en lo que podía concentrarme”, agregó.
A las 16 semanas de embarazo, durante una ecografía de rutina, la madre de dos hijas descubrió que su bebé tenía teratoma sacrococcígeo, un tipo de tumor que se desarrolla en la base del coxis y ocurre en una de cada 40 mil embarazos.
Después de consultar con médicos en el Hospital Infantil de Texas en Houston, se le informó que la cirugía fetal abierta era una opción. Esta compleja intervención quirúrgica repara los defectos de nacimiento en el útero.
Así, Margaret fue monitoreada cada dos semanas para rastrear el crecimiento del tumor. A las 23 semanas de embarazo le dijeron que el corazón de Lynlee estaba comenzando a experimentar insuficiencia cardíaca, por lo que no había tiempo que perder.
“Fue un poco de pánico y nerviosismo”, recuerda la madre, “pero sabía que era lo que había que hacer para darle vida”.
Los médicos enumeraron todos los riesgos posibles: su útero podría romperse, podría tener un coágulo de sangre o incluso sangrar.
El Dr. Oluyinka Olutoye, cirujano pediátrico y codirector del Centro Fetal del Texas Children’s y el Dr. Darrell Cass, cirujano pediátrico y codirector del Centro Fetal del Texas Children’s, dirigió la cirugía.
“Estaba dispuesta a soportar todos esos riesgos para darle una oportunidad en la vida”, señaló Margaret.
Después de la complicada cirugía y una difícil recuperación, la mujer pudo tener a su bebé en su vientre otras 12 semanas.
Finalmente, Lynlee nació el 6 de junio de 2016, a las 36 semanas y cinco días, pesando 5 libras y 5 onzas.
Después de otra cirugía a los 8 días, Lynlee permaneció en la UCIN durante 24 días. Hoy, la pequeña crece, se alimenta y se desarrolla como cualquier otra niña.
Su familia observa de cerca su columna vertebral para verificar que su evolución se lleve a cabo sin mayor problema.
“Somos muy fuertes y mi esposo Jeff es maravilloso. Traía a nuestras hijas a visitarme todos los fines de semana”, asegura Margaret. “Ahora estamos todos juntos y muy felices”.
¿Qué es un teratoma sacrococcígeo?
El teratoma sacrococcígeo (TSC) es un tumor que se desarrolla antes del nacimiento y crece en el coxis (o “hueso dulce”) del bebé. Según Children’s Hospital of Philadelphia, es el tumor más común que tienen los recién nacidos.
Por lo general, está cubierto de piel, pero puede cubrirlo un tejido delgado y transparente llamado membrana. La mayoría de los tumores tienen muchos vasos sanguíneos que los atraviesan. Vienen de muchos tamaños diferentes y, a veces, pueden crecer hacia fuera desde la espalda o hacia el estómago.