El plástico se encuentra en todos los rincones del planeta y posiblemente también de los seres humanos. En 2022 los científicos informaron sobre el hallazgo de microplásticos en el torrente sanguíneo, y ahora una nueva investigación ha encontrado este material en el cerebro.
En el estudio, publicado en JAMA Network Open, científicos brasileños, explicaron cómo microplásticos en el cerebro humano se pueden acumular en una parte del cerebro humano que controla una parte importante de nuestras vidas: cómo oler.
Los investigadores en Brasil examinaron los bulbos olfativos de 15 cadáveres y detectaron la presencia de microplásticos en ocho de ellos. Los bulbos olfatorios, ubicados en la parte inferior del cerebro, con uno en cada cavidad nasal, contienen diferentes tipos de células nerviosas que son las responsables de ayudarnos a oler.
En la investigación se dio a conocer que el material más común que encontraron fue el polipropileno, uno de los polímeros más utilizados en productos plásticos en la actualidad.
¿Cómo llega el microplástico al cerebro?
Si pensabas que solo se podía ingerir el microplástico a través de los alimentos, las investigaciones indican que la contaminación también podría producirse a través de nuestras narices. “Estudios previos en humanos y animales han demostrado que la contaminación del aire llega al cerebro, y se han encontrado partículas en el bulbo olfatorio, por lo que pensamos que el bulbo olfatorio es probablemente uno de los primeros puntos por los que los microplásticos llegan al cerebro”, declaró a NBC News el doctor Thais Mauad, investigador líder de este estudio. “Pensamos que si las bacterias pueden llegar a través de este camino, los microplásticos también podrían hacerlo” , agregó el también profesor asociado de patología en la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo en Brasil.
¿Es posible evitar el polipropileno?
Es muy difícil que escapes del polipropileno. Este material se encuentra en todos lados, especialmente en nuestras propias cosas: muebles, alfombras, ropa. “Sabemos que el lugar donde estamos más expuestos a las partículas es en interiores, porque todas nuestras casas están llenas de plástico”, indicó Mauad.