La demencia es una enfermedad que afecta la memoria, la concentración y el juicio. Según Statista, más de 6 millones de personas la padecen en EE. UU., y cada año causa más de 100.000 muertes. Aunque los síntomas pueden ser leves al principio, con el tiempo empeoran. No existe una cura, pero detectar los signos tempranos puede mejorar las opciones de tratamiento. Otras afecciones graves del cerebro, como un derrame cerebral o la ruptura de un aneurisma, aparecen de forma repentina.
La salud cerebral es clave porque influye directamente en cómo pensamos, aprendemos, hablamos y tomamos decisiones. El Dr. Joshua Nass, neurólogo del Michigan Institute for Neurological Disorders (MIND) y director médico del programa de accidentes cerebrovasculares en el hospital Henry Ford St. John, destacó la importancia de prestarle atención a los síntomas que podrían advertir problemas graves en el cerebro.
“Veo pacientes todo el tiempo que ignoran los síntomas. Muchas veces, son los familiares quienes se dan cuenta primero. Desafortunadamente, a veces ya es demasiado tarde”, dijo en conversación con el New York Post.
Aunque la demencia no tiene cura, detectarla a tiempo puede mejorar el tratamiento y evitar complicaciones. (Foto referencial: Freepik)
Entre los signos que no deben ignorarse, Nass destaca los siguientes: “Si no eres una persona que sufre de dolores de cabeza y de repente tienes el peor de tu vida, esto podría ser una señal de aneurisma o sangrado, y debe ser evaluado de inmediato en urgencias”, advirtió.
Los aneurismas pueden aparecer por la presión alta, que debilita las paredes de los vasos sanguíneos. Además, pueden presionar nervios o tejidos del cerebro y causar problemas de visión o fuertes dolores de cabeza.
Otros síntomas como pérdida de visión, visión doble o debilidad en un lado del cuerpo pueden estar relacionados con un derrame cerebral. “La pérdida de visión o visión doble puede deberse a neuritis óptica, un derrame cerebral o un problema en la retina”, señaló Nass.
El Dr. Joshua Nass advierte que muchas personas ignoran síntomas que podrían ser signos tempranos de afecciones graves como aneurismas, derrames o tumores. (Foto referencial: Freepik)
La neuritis óptica es una inflamación del nervio óptico, que transmite las señales visuales al cerebro.
También pueden aparecer problemas de memoria o confusión debido a desequilibrios metabólicos, infecciones o demencia. “Con la nueva tecnología, podemos detectar la demencia antes, y hay tratamientos nuevos que ayudan a prevenir o retrasar su avance”, añadió.
El mareo constante, la sensación de que todo da vueltas o las caídas frecuentes podrían no deberse solo al oído interno. “Si persiste, esto puede representar más que un problema del oído interno, y se debe hacer una imagen cerebral”, indicó Nass.
También se deben evaluar episodios de desmayos o temblores: “Aunque esto típicamente puede ser un problema cardiovascular, se debe excluir una causa cerebral”.
Es clave prestar atención a señales como pérdida de visión, debilidad, mareos intensos o convulsiones repentinas. (Foto referencial: Freepik)
Sobre los temblores, el médico explicó: “Muchas veces vemos temblores en la consulta y es un temblor esencial benigno, que puede ser hereditario, pero debe descartarse Parkinson y otros trastornos del movimiento”.
Por último, Nass advirtió que episodios de convulsiones también requieren atención, incluso si no son sacudidas fuertes. “Pueden ser episodios en los que la persona se queda mirando fijo o presenta sacudidas musculares”, explicó.
“Especialmente si ocurre por primera vez, se debe hacer una evaluación completa para descartar un problema cerebral, como un tumor”, añadió.
Además, síntomas como entumecimiento pueden estar relacionados con deficiencias de vitaminas, diabetes o enfermedades como esclerosis múltiple.
Consejos para un envejecimiento saludable del cerebro
Mayo Clinic recomienda mantener la mente activa como una de las claves para un envejecimiento cerebral saludable. Actividades como leer, aprender cosas nuevas, jugar juegos de lógica o resolver crucigramas pueden ayudar a mantener la agudeza mental con el paso del tiempo.
Otro factor importante es adoptar un estilo de vida saludable. Hacer ejercicio de forma regular, llevar una alimentación equilibrada, dormir bien y controlar afecciones como la presión arterial alta o la diabetes contribuye significativamente a proteger la salud del cerebro.
Finalmente, la interacción también juega un papel clave. Mantener relaciones significativas, participar en actividades comunitarias y evitar el aislamiento ayuda a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y mejora el bienestar emocional.
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